Alto Campoo quiere abrir esta semana

Ya hay ganas de nieve. De eso no hay duda. Tras varios días de precipitaciones y ventiscas, Alto Campoo se sacudió ayer el frío. El día soleado sin prácticamente nubes en el cielo permitió a los trabajadores de la empresa pública dar los últimos retoques. Porque las nevadas registradas durante el fin de semana de Reyes llegaron, como es habitual en la estación cántabra, de manera venteada. Ayer, los trabajos se concentraban en varias zonas a la vez. La primera se encontraba en los accesos. Una máquina fresadora escupía nieve del aparcamiento principal a varios metros de altura. A su lado, un camión equipado con una cuña quitaba los restos a los que la fresadora no alcanzaba. Aunque era lunes, primera jornada tras las vacaciones navideñas, a medida que se iba acercando el mediodía iban apareciendo coches con amantes de la nieve que no querían desaprovechar el primer gran claro de la temporada. Como Sergio, que contemplaba como sus hijos Mateo, Martín y Julia se revolcaban por el suelo mientras trataban de hacer un muñeco de nieve. «Esta misma tarde cogemos un avión hacia Mallorca, donde vivimos, así que hemos aprovechado para que pisen nieve, que ya tenían ganas», explicaba.

No lejos de allí media docena de trabajadores de Cantur limpiaban de nieve el tubo de la zona de principiantes, donde una cinta transportadora se encarga de llevar a los esquiadores más jóvenes y a los menos avezados a una zona más alta para que inicien sus descensos.

Pero lo que más llamaba la atención eran los cañones de nieve. «Tenemos la mayoría a pleno rendimiento. Estamos fabricando a tope y vamos a seguir así durante varias jornadas, siempre que la meteorología nos lo permita», explicaba la directora de Alto Campoo. Otro arduo trabajo es el de ir pisando la nieve para hacer pista. Es decir, ir creando una base que sirva de cimiento para las próximas nevadas. Dentro, el edificio multiusos también estaba lleno de cajas. «Son los retoques de última hora. A lo largo de esta semana se incorporarán la mayoría de los trabajadores para tener todo listo de cara a la apertura», aseguraba López Vayas.

La directora de Alto Campoo cruza los dedos para que el temporal que se espera desde hoy deje aún más nieve, aunque cree que tampoco será un inconveniente para poder abrir. Así que las apuestas apuntan a que podría ser a finales de semana cuando la estación cántabra dé el pistoletazo de salida a la temporada. Es lo que desean los negocios que giran en torno a la estación. La Pequeña Suiza, una tienda de alquiler de material de esquí que además dispone de cafetería, es uno de ellos. La regenta a sus 75 años un histórico del esquí cántabro: Ángel Rábago García. «Lo único que pido es que no entre el viento sur. Si eso sucede, la nieve se va a una velocidad espantosa», explica. Tiene el mostrador lleno de bastones, botas y esquís. «Estoy ordenando los últimos para la apertura. El problema es que aquí pasamos de la nada, como ahora, al todo casi sin tiempo. Hay que tenerlo listo para que los clientes esperen lo menos posible», añade.

Rábago García regenta no lejos de allí el Complejo Puente Romano, en Riaño, justo al lado de la carretera de acceso a la estación. Dispone de posada, apartamentos, cabañas y restaurante. «Allí sí que hemos notado el bajón de la falta de nieve. Como no ha caído ni un solo copo hasta ahora, la gente ha venido muchísimo menos para alojarse. Podría decir que salvo el puente de la Constitución y ahora algunas fechas de las Navidades la ocupación ha sido bajísima», comparte.

Hay otros negocios, en cambio, que no lo notan tanto. «Nosotros en verano y, en general, cuando hace buen tiempo, siempre trabajamos bien. No nos quejamos», exponen Félix y Verónica, del restaurante Pico Casares, en La Lomba. «Con el esquí se forma algo de tapón, todos suben y bajan a la misma hora, y es difícil atenderlos a todos a la vez», subrayan.

Aunque Alto Campoo aún no ha abierto, sí que se ven esquiadores que aprovechan la jornada de lunes para hacer las primeras bajadas. Son esquiadores de montaña que, con pieles sintéticas bajo las tablas, pueden subir por las empinadas pendientes sin resbalar. Una vez arriba, las quitan, las guardan en la mochila y se lanzan ladera abajo. «La nieve está increíble. Vengo de la zona de Los Asnos. Allí aún no han pisado la pista y hay tramos de nieve polvo para gozar», explica Alberto, que ha conducido desde San Felices de Buelna «para inaugurar» la temporada.

A medida que avanzan las horas, llegan más. «Esto es una gozada, tenemos toda la estación para nosotros con este sol y sin prácticamente esquiadores. Estas son las pocas ventajas de las que podemos disfrutar los que hacemos travesía, al menos hasta que abra la estación», relata por su parte Joaquín, llegado desde Santander. «Mañana –por hoy– vuelvo pronto. Por la tarde tengo que trabajar, pero quiero aprovechar. En Cantabria no se pueden desperdiciar los días», añade. Y no le falta razón. El año pasado la temporada duró exactamente 69 días, que fueron los que Cantur pudo conservar la nieve. Aun así, cerró con récord histórico de visitantes.

Otro dato: de esas 69 jornadas, en solo doce se registraron precipitaciones. La campaña, al igual que en el resto de estaciones del país, se sostuvo con la innivación artificial.

Aunque aún es pronto, todo apunta a que este año puede repetirse lo mismo. «Es verdad que tiene pinta de que será una temporada intensa, pero esperemos que sea lo más larga posible», desea la directora de Alto Campoo.