Consejos para reducir riesgos cuando vayas a esquiar

La lesión más frecuente es la que afecta a las rodillas: «esguinces y roturas de ligamentos y menisco», explica el secretario de la Federación Vizcaína de Deportes de Invierno, Alberto Serrano. «La gente aparca el coche en la estación y se lanza a las pistas sin calentar. Además, al subir en el remonte, los músculos se quedan fríos y hay un mayor peligro aún de lesión», añade. En ese manual que debe aprender todo esquiador antes de lanzarse por las pistas, el calentamiento ocupa un lugar prioritario.

Y no lleva mucho tiempo. Son apenas «de diez a doce minutos» de ejercicios sencillos. «Hay que hacer movimientos generales de los músculos grandes y rotaciones suaves en las articulaciones. Y ojo, estirar con frío antes del ejercicio es peligroso», indica Aure Medina, profesor de Educación Física. Los estiramientos hay que dejarlos para cuando acabamos la jornada. Medina insiste en que las lesiones llegan «por falta de forma física, de potencia en tren inferior –glúteos, cuádriceps, isquiotibiales o gemelos– y de tono muscular».

Otro gesto antes de arrancar: fijarnos en los planos de la estación. Aventurarnos en pistas para las que no estamos preparados –las hay verdes, azules, rojas y negras, según la pendiente, del 10% al 50%– causa caídas peligrosas. «El esquí es un deporte que se puede disfrutar con 80 años si vamos por la pista de nuestro nivel y a la velocidad adecuada. Pero debemos ser conscientes de nuestras limitaciones», aconseja el secretario de la federación vízcaína. Resalta, además, la necesidad de aprender la técnica básica con profesores. «Los amigos que te enseñan a esquiar sin saber y te empujan a ir a zonas para las que no estás preparado, pueden colocar al esquiador en situaciones difíciles».

Las placas de hielo están detrás de tres de los cuatro accidentes mortales ocurridos en las últimas semanas, el de un montañero en el pico de Aspe y tres esquiadores dentro y fuera de las pistas de Astún, unos siniestros que han impulsado al Gobierno aragonés a iniciar una campaña de seguridad.«Eviten las zonas heladas y renuncien a hacer la actividad en situaciones adversas», ha pedido a los aficionados.

Es importante conocer el estado de la nieve y vigilar el tiempo. «El 9 de enero hubo una nevada fuerte y después ha hecho un frío intenso y se han formado muchas placas de hielo que suponen un peligro», advierte Patrik Roldán, profesor de la estación aragonesa de Candanchú. «Cuando un esquiador sin técnica suficiente pilla una placa de hielo, derrapa y baja descontrolado a una velocidad muy alta y puede sufrir caídas y provocar atropellos y choques con graves consecuencias», añade. Llevar los cantos de los esquís afilados para que se agarren en el hielo, reducir la velocidad y no aventurarse fuera del trazado es fundamental. «Esquiar fuera de pistas, y más en solitario, es una temeridad en las condiciones de estas semanas, con hielo y peligro de aludes», destaca Roldán. Abandonar si llega la niebla o una tormenta es otro de los mandamientos del buen esquiador.

Las estaciones han registrado un aluvión de aficionados en los últimos fines de semana, otra circunstancia que eleva los accidentes. «Este deporte se popularizó desde que la tecnología de los esquís hizo más sencillo esquiar y bajó el precio del material», resalta el profesor de Candanchú. A eso se han sumado este año las ganas de esquiar después de que la temporada pasada no se pudo por la pandemia. «El esquí es un deporte maravilloso pero entraña un riesgo. A mis alumnos les insisto en la prudencia, porque se pueden alcanzar altas velocidades y el impacto en un accidente lo recibe el cuerpo», subraya.