El largo letargo de Alto Campoo

Los trabajadores se afanaban esta semana en reparar los últimos desperfectos. El Diario Montañés visitó la estación de esquí el miércoles. La empresa pública que la gestiona, Cantur –depende de la Consejería de Turismo que dirige Eva Guillermina Fernández–, declinó hacer declaraciones para explicar los detalles de los trabajos de cara al inicio de temporada.

La queja que repite año tras año la representación de los trabajadores es que todo debería estar listo antes de noviembre. «La puesta a punto va con retraso, es cierto, pero por la mala gestión de la dirección anterior. Se necesitan, por lo menos, 15 o 20 días más», explica Guillermo Villegas (CC OO), presidente del comité de empresa de Cantur. «La nueva dirección, con Luis Martínez Abad a la cabeza, se ha encontrado con una estación al borde de la quiebra, totalmente desmantelada por su antecesor, Bernardo Colsa. Si alguien se propone hacerlo adrede peor que él, no lo consigue», añade. Y pone un ejemplo concreto: «El equipo de mantenimiento, que en su mayor parte son personas con contratos fijos discontinuos, permanecen aún en casa pendientes de que les llamen para trabajar».

Alto Campoo iniciará noviembre sin estar lista, aunque sus gestores cuentan a su favor con la cada vez más tardía presencia de nieve. De unos años para acá, la tradicional apertura, que se fijaba para el puente de diciembre, se ha ido retrasando progresivamente por la ausencia de precipitaciones. El año pasado fue aún más anómalo y hubo que esperar hasta el 20 de enero para recibir a los primeros usuarios.

Antes de que las instalaciones reciban el visto bueno y los remontes transporten esquiadores, es necesario tener completado el montaje de las sillas, comprobar que los mecanismos de tracción que las impulsan funcionan correctamente y superar la prueba de carga. Esta última certifica que todo está en orden y que, por tanto, es seguro dar al botón de encendido. Otros años causó problemas e incluso retrasó los plazos de apertura. Alto Campoo ha usado recientemente helicópteros para transportar hasta los postes de las pistas más altas poleas para sustituir parte de los mecanismos.

El miércoles fue el día en el que visitó la estación el nuevo director de Cantur, Luis Martínez Abad. Lo hizo para comunicar a los trabajadores que Cristina López Vayas será la sustituta temporal –el anuncio es para la presente temporada 2023/2024– del actual director de la estación, Joan Font, que se encuentra de baja por enfermedad desde mayo del año pasado. Su ausencia se está notando demasiado, ya que su buen hacer se ha cortado en seco. El arranque de la última campaña fue caótico. Hubo pistas cerradas, remontes averiados o sin personal para atenderlos, esquiadores colgando durante más de media hora del telesilla, baños fuera de servicio, cafetería sin café por falta de agua, máquinas expendedoras de pases que no funcionaban, problemas en los accesos, en el aparcamiento y larguísimas colas en todas partes...

«Joan Font es un profesional. Sabe lo que hace y lo que quiere. Uno de sus objetivos era profesionalizar la estación», afirma Villegas. Su sustituta temporal tiene mucho trabajo por delante. Martínez Abad la ha elegido, según destacó el Gobierno el día de su nombramiento, «por su experiencia y conocimiento tanto de la estación como del resto de instalaciones de Cantur». Desde el comité de empresa aplauden la decisión. «Es muy acertada. Viene de la escuela de Font. Tenemos la esperanza y confiamos en que esta persona puede llevar a buen puerto Alto Campoo», subrayan. «Su designación fue, de hecho, una de los consejos que dio el propio Font tras caer de baja. Los trabajadores tenemos buenas vibraciones tanto con ella como con Martínez Abad», concluye Villegas.

López Vayas tiene un gran reto profesional por delante. Viene avalada por su formación y conocimientos. Es miembro del Comité de Dirección de la estación y pertenece al Comité de Promoción de la Asociación de Estaciones de Esquí y Montaña de España (Atudem) desde 2001. Sin embargo, no fue la elegida el año pasado para ponerse al frente de Alto Campoo tras la baja del aún director. Cantur optó por repartir las funciones de Joan Font entre un triunvirato de trabajadores: un oficial de primera de mantenimiento, el jefe de pistas y el encargado de la oficina técnica. Una decisión muy criticada por entonces por el comité de empresa, que se quejó de que la estación se quedaba «en manos de personal técnico sin cualificación ni conocimientos».

El reguero de averías técnicas y desbarajustes a lo largo de la temporada fue la tónica predominante. Aun así, Alto Campoo firmó, en cifras, una de sus mejores temporadas. Eso sí, fue de las más atípicas. Por un lado, la más corta de su historia con tan solo 66 días de funcionamiento, apenas dos meses de actividad. Nevó muy tarde y no pudo abrir hasta el 20 de enero y bajó la persiana el 31 de marzo. Por otro lado, pese a la brevedad del periodo, logró el tercer mejor registro de esquiadores: 116.0000.

Únicamente las temporadas 2021/22, con 150.629 personas y 140 jornadas de apertura, y la 2017/18, con 121.011 usuarios en 143 días, superaron este registro. La 2022/2023 se convirtió en la más intensa y productiva con una media de 1.756 esquiadores por jornada, frente a los 1.076 de la campaña anterior y muy por encima de la media histórica fijada en el entorno de los 800. Vendió 8.615 pases anuales, dato sólo superado en la 2021/2022 (9.610 pases anuales y 62.647 forfait de día).