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Airbus A330-200. Asiento 27L. Ventanilla. Como me gusta. 10.974 metros de altitud, 811 km/h y -66 grados centígrados fuera. Estamos sobrevolando Siberia. Acabo de regresar del servicio y solo he visto pantallas con fotos y vídeos de esquiadores enterrados en nieve polvo. ... Solo escucho risas y veo caras sonrientes. Es extraño en un vuelo internacional, sobre todo después de haberse acabado las vacaciones. Por eso me animo a escribir. Todo tiene una explicación.
Es hora de volver a casa y descansar después de quince días en Japón y a cinco días de partir hacia Canadá. He estado esquiando con dos grupos de grandes amigos y compañeros de viaje, trabajando día a día para que este fuera, al menos, uno de los mejores viajes de esquí de sus vidas. ¡Y ha sido extraordinario!
Pero, ¿por qué ir a hasta Japón para esquiar? Los pasajeros de este vuelo creo que podrían pasarse horas explicándolo. Yo trataré de ser breve. Pondré palabras a sus sonrisas.
¿Os imagináis un lugar con más de 600 estaciones de esquí? Donde si dices que eres español, te preguntan: ¿ Y en España se esquía? Raro, ¿verdad? Esto es Japón. ¿Y una isla donde cada día puedes disfrutar con la mejor nieve polvo del planeta, la más seca, de mejor calidad y de mayor acumulación? Ahora, la pregunta del millón: ¿Por qué en una isla? ¡La nieve tiene que ser húmeda y mala!
Pues bien, Hokkaidō es un 'horno' al que metemos una mezcla de ingredientes explosivos: latitud, mar de Japón y su inusual temperatura, volcanes y, como no, la 'levadura', ese helador aire de la zona de Siberia que precisamente ahora mismo sobrevuelo. Todo cocinado con el programa 'Jet Stream infernal y constante' en altitud. El resultado es el mejor bizcocho que existe: el 'Japow', la nieve que a los mejores esquiadores del mundo atrae cada año.
Queremos esquiar enterrados hasta el cuello, llenarnos la cara de nieve y con cada giro dejar de ver, que todo se vuelva blanco. Que no haya ningún ruido al esquiar, fluir entre árboles de inmensos bosques... Para conseguirlo debemos conocer esta isla como la palma de la mano, todos sus trucos, su clima y su enloquecedora meteorología; viajar por ella subido en sus carreteras sepultadas de nieve y hielo, recorrer sus extrañas montañas, laberintos de bosques y esquiar en los rincones donde, según la precipitación, el viento, y la temperatura, más y mejor nieve tengamos. Hokkaidō es un lugar enterrado en metros y metros de nieve, donde parece que ha habido una guerra. ¡Pero estas guerras nos encantan!
Pensemos objetivamente. ¿Ir al otro lado del mundo para esquiar nieve polvo, sin ninguna previsión, sin parte de nieve y siempre encontrarla? Es real, siempre pasa en Japón.
Vuelvo feliz. Hemos cumplido todos lo objetivos marcados pero, sobre todo, después de 2 semanas esquiando sin parar sigo teniendo hambre de 'Japow', de alejarme de las pistas, de estar solo con el grupo en medio del bosque enseñándoles las mejores lineas, de esquiar doce horas diarias con los más cañeros, de esquiar enterrados en plena noche, de seguir disfrutando con los amigos que afortunadamente tengo en Japón y de lo salvaje que es practicar este deporte en el otro lado del mundo, en un lugar único donde se hacen cosas únicas.
Creo es hora de la cenar, las luces del avión se acaban de encender y todos se desperezan, se miran y se ríen. Todos están felices y esas sonrisas y miradas cómplices son las que día a día me enganchan más a esta profesión y me convierten en un enamorado de mi trabajo. Vamos a por el arroz con curry, un clásico, y a seguir durmiendo. Debo descansar, Canadá me espera en pocos días.
¿Por que ir hasta Japón a esquiar? Si total, la nieve es nieve, está fría y moja.
¡Hasta la próxima, amigos!
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