Fallece un hombre tras caer una roca sobre su coche junto al Cares

Eran las dos de la tarde cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento, por parte del 112, de que se había producido un accidente, en la AS-114, a la altura del kilómetro 38,500, cerca de la localidad de Trescares.

Inmediatamente se desplazaron a la zona patrullas del destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Ribadesella y, también, otra patrulla de Seguridad Ciudadana del puesto de Carreña (Cabrales). El médico desplazado en la ambulancia certificó el fallecimiento del conductor a las 15.15 horas. Su mujer y su hija sufrieron una crisis nerviosa ante la tragedia que estaban sufriendo. Ambas fueron trasladadas al Hospital Comarcal del Oriente, en la localidad de Arriondas.

También acudieron a la zona el jefe de Bomberos del SEPA de la zona oriental, a cinco bomberos del parque de Llanes y al grupo de rescate, a bordo del helicóptero medicalizado. Finalmente no fue necesaria la intervención de estos últimos.

En el concejo de Peñamellera Alta apuntaban ayer que en esta zona es habitual que se produzcan desprendimientos de rocas. En ese sentido, este mismo año se habían ejecutado obras para mejorar la seguridad en el tramo contiguo -entre Mildón y Trescares- al lugar de la AS-114 en el que ayer tuvo lugar el argayo.

Los usuarios de esta carretera autonómica se habían quejado del peligro que implicaba esta vía, que discurre por una ladera calificada de «inestable» por los propios vecinos. Una carretera que estuvo meses parcialmente cortada debido precisamente a otro desprendimiento; en junio del año pasado una roca de gran tamaño abrió un agujero en la carretera que impedía la normal circulación. Estas obras implicaron, entre otras medidas, la colocación de pantallas y mallas de contención. Se trata, además, de una carretera con cierta intensidad de tráfico tanto de vecinos como de turistas.

Cantabria también ha sido testigo de trágicos accidentes como este. En el Desfiladero de la Hermidad se han dado sucesos similares. Uno de los más graves ocurrió en 1967 cuando un desprendimiento aplastó a tres coches, dejando 4 fallecidos y 6 heridos graves. Posteriormente, una pedra de 20 kilos, según publicaron los medios, acabó con la vida del transportista Emilio Gómez Bedoya, padre del actual alcalde de Potes, Francisco Javier Gómez.