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Joyas arquitectónicas a orillas del Ebro

Lunes, 2 de marzo 2020, 15:24

San Martín de Elines. Cuando se dice que es la colegiata de este nombre tiene visita, no se dice porque sí. Es una edificación sorprendente, con esa torre circular tan alta adosada, todas esas figuras y las cenefas, las ventanitas decoradas. Según los estudios, fue construida a principios del siglo XII sobre los restos de una iglesia anterior que sería de estilo mozárabe; de esta otra época, dos siglos antes, conserva algunos restos. Y el claustro renacentista por el que se entra a la iglesia expone piezas de la colegiata y de algunas iglesias de los alrededores (canecillos, pilas bautismales y sepulcros)

San Martín de Elines. Cuando se dice que es la colegiata de este nombre tiene visita, no se dice porque sí. Es una edificación sorprendente, con esa torre circular tan alta adosada, todas esas figuras y las cenefas, las ventanitas decoradas. Según los estudios, fue construida a principios del siglo XII sobre los restos de una iglesia anterior que sería de estilo mozárabe; de esta otra época, dos siglos antes, conserva algunos restos. Y el claustro renacentista por el que se entra a la iglesia expone piezas de la colegiata y de algunas iglesias de los alrededores (canecillos, pilas bautismales y sepulcros)
San Martín de Elines. Cuando se dice que es la colegiata de este nombre tiene visita, no se dice porque sí. Es una edificación sorprendente, con esa torre circular tan alta adosada, todas esas figuras y las cenefas, las ventanitas decoradas. Según los estudios, fue construida a principios del siglo XII sobre los restos de una iglesia anterior que sería de estilo mozárabe; de esta otra época, dos siglos antes, conserva algunos restos. Y el claustro renacentista por el que se entra a la iglesia expone piezas de la colegiata y de algunas iglesias de los alrededores (canecillos, pilas bautismales y sepulcros)

Desde la ermita rupestre parte un sendero entre árboles que llega hasta Villaverde de Hito, que dicen que debe la primera mitad de su nombre a la frondosidad del bosque. Allí, a unos minutos a pie del punto anterior, hay un iglesia, la de San Cosme y San Damián, cuya particularidad es que tiene una espadaña adosada a la que se sube por una escalerita. Lo mismo ocurre en la vecina Santa María de Hito, donde la espadaña es el único resto de su construcción románica del templo de Santiago Apóstol. Aquí, además, se encuentran los únicos vestigios de romanización encontrados hasta el momento en la comarca. El yacimiento existe pero no se visita, pero que se sepa.

Desde la ermita rupestre parte un sendero entre árboles que llega hasta Villaverde de Hito, que dicen que debe la primera mitad de su nombre a la frondosidad del bosque. Allí, a unos minutos a pie del punto anterior, hay un iglesia, la de San Cosme y San Damián, cuya particularidad es que tiene una espadaña adosada a la que se sube por una escalerita. Lo mismo ocurre en la vecina Santa María de Hito, donde la espadaña es el único resto de su construcción románica del templo de Santiago Apóstol. Aquí, además, se encuentran los únicos vestigios de romanización encontrados hasta el momento en la comarca. El yacimiento existe pero no se visita, pero que se sepa.
Desde la ermita rupestre parte un sendero entre árboles que llega hasta Villaverde de Hito, que dicen que debe la primera mitad de su nombre a la frondosidad del bosque. Allí, a unos minutos a pie del punto anterior, hay un iglesia, la de San Cosme y San Damián, cuya particularidad es que tiene una espadaña adosada a la que se sube por una escalerita. Lo mismo ocurre en la vecina Santa María de Hito, donde la espadaña es el único resto de su construcción románica del templo de Santiago Apóstol. Aquí, además, se encuentran los únicos vestigios de romanización encontrados hasta el momento en la comarca. El yacimiento existe pero no se visita, pero que se sepa.

La roca arenisca horadada allá por entre el siglo VII y el X está consagrada a San Acisclo y Santa Vitoria de Arroyuelos, y aseguran que es la de mayor complejidad de las ermitas rupestres de Cantabria. Tiene dos plantas. Abajo se ve perfectamente el banco corrido y hasta los armaritos excavados en las paredes, y unas escaleras suben a la de arriba, que es mejor adivinar desde fuera. Lo que se ve así es una pared levantada por mano humana y una ventanita y en el suelo, los restos de una necrópolis con tumbas de tipo antropomorfo.

La roca arenisca horadada allá por entre el siglo VII y el X está consagrada a San Acisclo y Santa Vitoria de Arroyuelos, y aseguran que es la de mayor complejidad de las ermitas rupestres de Cantabria. Tiene dos plantas. Abajo se ve perfectamente el banco corrido y hasta los armaritos excavados en las paredes, y unas escaleras suben a la de arriba, que es mejor adivinar desde fuera. Lo que se ve así es una pared levantada por mano humana y una ventanita y en el suelo, los restos de una necrópolis con tumbas de tipo antropomorfo.
La roca arenisca horadada allá por entre el siglo VII y el X está consagrada a San Acisclo y Santa Vitoria de Arroyuelos, y aseguran que es la de mayor complejidad de las ermitas rupestres de Cantabria. Tiene dos plantas. Abajo se ve perfectamente el banco corrido y hasta los armaritos excavados en las paredes, y unas escaleras suben a la de arriba, que es mejor adivinar desde fuera. Lo que se ve así es una pared levantada por mano humana y una ventanita y en el suelo, los restos de una necrópolis con tumbas de tipo antropomorfo.

De vuelta de estos paseos, en la carretera que une San Martín de Elines y Polientes hay que hacer una parada en Cadalso. El pueblo es minúsculo y lleva un nombre que asusta pero tiene una ermita rupestre, también pequeñísima, y es un hallazgo. No es que haya que buscarla mucho, está situada a ras de carretera, bien a la vista. Lo de hallazgo viene a que es como si alguna expedición alenígena hubiera dejado ahí tirada una de sus naves para que los curiosos tuvieran que detenerse sí o sí y acercarse a observarla. Creen que data del siglo IX. En la distancia, en la llanura junto al Ebro, se ve una torre fuerte en estado de abandono total, con más de cinco siglos de vida.

De vuelta de estos paseos, en la carretera que une San Martín de Elines y Polientes hay que hacer una parada en Cadalso. El pueblo es minúsculo y lleva un nombre que asusta pero tiene una ermita rupestre, también pequeñísima, y es un hallazgo. No es que haya que buscarla mucho, está situada a ras de carretera, bien a la vista. Lo de hallazgo viene a que es como si alguna expedición alenígena hubiera dejado ahí tirada una de sus naves para que los curiosos tuvieran que detenerse sí o sí y acercarse a observarla. Creen que data del siglo IX. En la distancia, en la llanura junto al Ebro, se ve una torre fuerte en estado de abandono total, con más de cinco siglos de vida.
De vuelta de estos paseos, en la carretera que une San Martín de Elines y Polientes hay que hacer una parada en Cadalso. El pueblo es minúsculo y lleva un nombre que asusta pero tiene una ermita rupestre, también pequeñísima, y es un hallazgo. No es que haya que buscarla mucho, está situada a ras de carretera, bien a la vista. Lo de hallazgo viene a que es como si alguna expedición alenígena hubiera dejado ahí tirada una de sus naves para que los curiosos tuvieran que detenerse sí o sí y acercarse a observarla. Creen que data del siglo IX. En la distancia, en la llanura junto al Ebro, se ve una torre fuerte en estado de abandono total, con más de cinco siglos de vida.

Es raro ver una torre defensiva en el llano, teniendo colinas desde las que vigilar el avance del enemigo. En Ruerrero optaron por este otro sistema, más tradicional. En lo alto del pueblo se levanta así una atalaya construida en los siglos XIV-XV; le faltan muchas piedras, pero su carácter de vigía sigue intacto. Tiene adosada otra torrecita más pequeña, que sirve como contrafuerte, y que se puede apreciar mejor desde alguno de los caminillos de la parte baja y a las afueras del pueblo.

Es raro ver una torre defensiva en el llano, teniendo colinas desde las que vigilar el avance del enemigo. En Ruerrero optaron por este otro sistema, más tradicional. En lo alto del pueblo se levanta así una atalaya construida en los siglos XIV-XV; le faltan muchas piedras, pero su carácter de vigía sigue intacto. Tiene adosada otra torrecita más pequeña, que sirve como contrafuerte, y que se puede apreciar mejor desde alguno de los caminillos de la parte baja y a las afueras del pueblo.
Es raro ver una torre defensiva en el llano, teniendo colinas desde las que vigilar el avance del enemigo. En Ruerrero optaron por este otro sistema, más tradicional. En lo alto del pueblo se levanta así una atalaya construida en los siglos XIV-XV; le faltan muchas piedras, pero su carácter de vigía sigue intacto. Tiene adosada otra torrecita más pequeña, que sirve como contrafuerte, y que se puede apreciar mejor desde alguno de los caminillos de la parte baja y a las afueras del pueblo.

La capital de Polientes está situada a 112 km al sur de Santander y se asienta a 716 m de altitud. Cuenta con una población de 216 hab. (2004), es el centro administrativo del término y reúne amplias instalaciones de hostelería con una variada oferta tanto gastronómica como de hospedaje. Varios ejemplos interesantes de arquitectura popular se concentran en Polientes, donde lo más sobresaliente de su patrimonio histórico es la iglesia parroquial de San Cristóbal (en la imagen), una obra barroca con retablos modernos.

La capital de Polientes está situada a 112 km al sur de Santander y se asienta a 716 m de altitud. Cuenta con una población de 216 hab. (2004), es el centro administrativo del término y reúne amplias instalaciones de hostelería con una variada oferta tanto gastronómica como de hospedaje. Varios ejemplos interesantes de arquitectura popular se concentran en Polientes, donde lo más sobresaliente de su patrimonio histórico es la iglesia parroquial de San Cristóbal (en la imagen), una obra barroca con retablos modernos.
La capital de Polientes está situada a 112 km al sur de Santander y se asienta a 716 m de altitud. Cuenta con una población de 216 hab. (2004), es el centro administrativo del término y reúne amplias instalaciones de hostelería con una variada oferta tanto gastronómica como de hospedaje. Varios ejemplos interesantes de arquitectura popular se concentran en Polientes, donde lo más sobresaliente de su patrimonio histórico es la iglesia parroquial de San Cristóbal (en la imagen), una obra barroca con retablos modernos.

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