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Los majestuosos reyes del bosque han comenzado la berrea este 2022 más temprano de lo que nos tenían acostumbrados otros años en Cantabria. De hecho, a finales de agosto se escucharon berridos en algunos montes de nuestra región. Este adelanto se puede deber al inusual verano que hemos vivido, muy cálido y con muy pocas lluvias.
En los últimos años, muchos curiosos acuden a la berrea, para participar en un acontecimiento que se ha convertido en reclamo turístico y que incluso agencias y hospedajes usan como gancho para atraer viajeros y amantes del medio natural. Esta moda ha puesto en valor a estos animales, pero también les ha ocasionado algunas molestias en sus conquistas. Además, la actividad cinegética muchas veces produce un choque de intereses entre quienes quieren hacer avistamiento de la berrea y quienes quieren cazar ejemplares.
En torno a la figura del ciervo existe simbología e iconografía desde el inicio de los tiempos de la humanidad. Este animal representa grandes poderes o aparece como dios antropomórfico relacionado con la abundancia y la fertilidad, u otras atribuciones según la cultura. Dentro de la herencia literaria y folclórica, el ciervo se manifiesta de numerosas formas, si bien representa o asume frecuentemente la acción interventora y benéfica con los grandes personajes. Desde la mitología griega y desde el legado oriental, hasta leyendas celtas o en la cultura del cristianismo, el ciervo es uno de los seres que conducen al héroe en la llamada de la aventura, el guía de la calidad y el 'otro mundo'.
En el Paleolítico son muchas las representaciones del ciervo, bien en pinturas o grabados en las paredes de numerosas cuevas como por ejemplo en las cuevas de Las Monedas, de El Castillo, la de Las Chimeneas, todas ellas en el término municipal de Puente Viesgo; también, en la cueva de Altamira aparecen grabados un ciervo y una cierva enfrentados.
Los machos de ciervo perdieron su cornamenta (lo que se conoce como desmogue) en los meses de marzo y abril, para dar paso automáticamente a las nuevas armas de lucha que se preparan para estar robustas en la berrea del otoño. En primavera y verano, se pueden ver grupos de machos pastando por los montes mientras las cuernas crecen y se endurecen.
En el mes de agosto se desprenden del 'correal', frotándose contra árboles jóvenes. El correal o borra es el terciopelo que recubre las cuernas del cérvido en la formación de las cuernas. Éstas contienen vasos capilares que nutren la cornamenta en su desarrollo. Una vez que la masa ósea de las cuernas está formada, los machos se desprenden del correal y ya están preparados para las peleas en el celo (la conocida berrea).
En los últimos años se ha puesto de moda 'ir a la berrea', especialmente entre la gente de ciudad porque en los pueblos están acostumbrados a oír los bramidos y el choque de luchaderas y coronas en las brañas a primera y última hora del día fundamentalmente. En Cantabria, el celo suele explotar con las primeras brumas y lluvias del clima otoñal, a mediados de septiembre, aunque este año se ha adelantado.
Los machos, que formaban 'toradas', se disgregan y luchan con otros contrincantes para acaparar el máximo número de hembras. Todos quieren el mayor harén y para ello hacen un esfuerzo físico enorme con el fin de verse triunfadores. Puede haber harenes de hasta más de 50 hembras.
Ellas se suelen ir con el ganador, normalmente el macho más fuerte y 'cornudo', y serán cubiertas por el semental para parir a los gabatos en la primavera, en los meses de mayo y junio, después de una gestación que dura unos 235 días.
Los ciervos, o también llamados con cariño 'reyes del bosque', se extienden ampliamente por las sierras de la geografía peninsular. En nuestra región, a mediados del siglo XX, se practicaron sueltas de ejemplares de ciervo. Una repoblación de ejemplares provenientes de los montes de Toledo, durante los años 1949 a 1954. Entre 1972 y 1974, vuelve a hacerse otra suelta de venados traídos de Toledo, Jaén y Cuenca, soltando entre Saja, Palombera y Mozarguero un total de 36 machos y 78 hembras.
A pesar de que es un animal muy popular, conocido por toda la población por su aparición en cuentos infantiles y porque es una especie cinegética, hay algunos falsos mitos en torno a sus cuernas. Por ejemplo, es falso que cada punta represente un año de vida del animal. El número de puntas dependerá de edad y genética, pero no es acertado decir que cada punta se corresponda a un año.
El berrido o bramido es una señal para el contrincante, un aviso que puede indicar al rival a qué clase de oponente se enfrentará en su encuentro. Parece ser que la tasa de berridos por unidad de tiempo que emite un macho está relacionada con su capacidad de ganar en una pelea, por lo que puede ser utilizada por los oponentes para decidir retar o no a un oponente (Clutton-Brock y Albon, 1979; Reby y McComb, 2003).
Las peleas entre los machos pueden ser muy violentas, con cuernas rotas y heridas en el cuerpo. La berrea es un momento de alta exigencia por eso podemos encontrar machos completamente exhaustos, con la lengua fuera, agotados tras días de lucha, cortejo y desplazamientos hacia donde están las hembras para reunirlas en harenes. El éxito reproductivo del ciervo está en aparearse con el mayor número de ciervas posibles.
A tener en cuenta
1.La berrea es un momento de alto desgaste energético para estos ungulados, por lo que nuestra prioridad debería ser disfrutar de este bello espectáculo sin ocasionar molestias tales como adentrarse en los bosques donde se encuentran berreando o foquear por la noche.
2.Elegir miradores o puntos apartados para poder hacer esperas y así tener éxito en la escucha y quizá poder ver peleas.
3.Contratar los servicios de empresas de naturaleza especializadas en observación. Si son profesionales, podremos vivir una experiencia inmersiva porque no sólo acudiremos a la berrea, sino que nos hablarán de la ecología trófica, su biología y de otras especies que habitan los bosques.
4.Evitar llevar perros sueltos porque, por instinto, puede escaparse detrás de los animales y, además, molestar a otras personas que estén disfrutando de la observación.
5.Evitar zonas en las que se vaya a cazar ese día. Este punto suele ser muy conflictivo, ya que muchas veces se produce un fuerte choque de intereses entre quienes van a cazar ciervos y quienes van a observar la berrea.
6.Normalmente para escuchar la berrea se acude a entornos rurales. Se debe respetar a sus pobladores y no dejar basura. Lamentablemente, es típico hacer botellones y dejar todos los residuos en el monte.
7.Si acudimos a un refugio de montaña para vivir más de cerca este acontecimiento, debemos llevarnos nuestra basura y no dejar absolutamente nada en el refugio, ni dejar bolsas de basura cerradas porque nadie va a venir a recogerlas.
8.Lleva prismáticos. No sólo podrás ver a los ciervos, sino que podrás avistar a otros animales del bosque.
9.Si no tienes éxito no te frustres, quédate y disfruta del resto de los habitantes del bosque y de sus sonidos.
10.Evita publicar lugares exactos de avistamiento de berrea en redes sociales para evitar masificaciones en unos pocos puntos concretos. Los ciervos te lo agradecerán.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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