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Las cigüeñas vuelven a Cantabria

Las cigüeñas vuelven a Cantabria

La cigüeña blanca sobrevuela Cantabria en su viaje migratorio dos veces al año, antes del invierno y al inicio de la primavera, aunque algunas han optado por quedarse. Factores como el cambio climático y la transformación del paisaje han modificado sus hábitos, alterando su ciclo de invernada y reproducción

Clara Privé

Santander

Lunes, 10 de marzo 2025, 07:19

Cigüeña Blanca

(Ciconia ciconia)

Como cada año por estas fechas, el cielo de Cantabria se tiñe de blanco y negro, pero no por nubes, sino por unas simpáticas aves migratorias que buscan el mejor hábitat para la época de cría.

Envergadura

180 - 218 cm

La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) es un ave mayoritariamente migradora de larga distancia. Debido a su naturaleza planeadora, evita volar sobre grandes extensiones de agua, ya que depende de las corrientes térmicas de aire. En el caso de la población occidental de esta especie, utiliza la península ibérica y, en concreto, el estrecho de Gibraltar para cruzar hacia el Sahel, su zona de invernada. Por ello, es cada vez más común avistarla en territorio español.

Altura

100 - 115 cm

Su pico se caracteriza por un color rojizo o anaranjado en adultos, rojo sucio en juveniles y prácticamente negro en pollos

Plumaje blanco y negro iridiscente

Patas de color rojizo en adultos y rosado en jóvenes

El peso promedio varía entre 2,3 y 4,5 kg, pero en casos excepcionales, algunos ejemplares han superado los 5 kg.

En los años ochenta, Cantabria vio prácticamente desaparecer su población de cigüeñas blancas y reintrodujo de manera artificial parejas de esta especie, que han decidido abandonar su costumbre migratoria. “En Cantabria este fenómeno se produce en Sobremazas (Heras), en la finca de Pepín Quintana, y en Santillana del Mar, en la colonia próxima al zoo", explica Ángel Herrero, biólogo y coordinador de la población de cigüeñas en Cantabria de SEO/BirdLife.

En Cantabria, la cigüeña blanca depende de tres espacios vitales para su supervivencia: el entorno y riberas del embalse del Ebro, las vegas del río Izarilla y las vegas del río Camesa. Estas áreas abiertas de pastos, charcas y aguas someras le proporcionan alimento, que incluye insectos, ranas, peces, roedores y pequeños reptiles. Es interesante destacar que a diferencia de otras localidades no se trata de una población reproductora dependiente de vertederos, ya que el más cercano, el de Reinosa, fue clausurado a mediados de los años 90.

La región está al borde del límite de distribución de esta especie y no reúne las condiciones óptimas para su habitabilidad. Solo en el sur de Cantabria hay poblaciones de manera natural. En municipios como Valderredible o Valdeprado del Río, a pesar de ser climáticamente favorables, en la actualidad no existen hábitats de alimentación adecuados o estos son escasos debido a la desaparición o intensificación de la agricultura y la expansión de bosques y matorrales. En cuanto a su hábitat, la cigüeña blanca necesita medios abiertos donde alimentarse, similares a la sabana, como campos de cultivo y praderas extensas; la presencia de charcas, lagunas o marismas mejora aún más sus condiciones. Además, prefieren climas continentales, ya que en entornos húmedos muchos pollos mueren debido a las lluvias primaverales, especialmente en abril. Estas aves no invernan en Cantabria; sin embargo, algunas adelantan su llegada a diciembre o enero, por lo que ya es común observarlas en esas fechas.

Distribución de la especie durante el invierno observada en el I Atlas de Invierno (2007-2010; SEO/BirdLife, 2012). Fuente: SEO BirdLife

España se caracteriza principalmente por ser un lugar de reproducción para esta especie. La Cordillera Cantábrica es un punto habitual de observación de cigüeñas blancas entre enero y julio, el periodo de cría. Otras zonas de reproducción incluyen Galicia y el Valle del Ebro. Existen en la región dos colonias de cría a partir de aves cautivas y aves silvestres en el Zoo de Santillana del Mar (1994) y Heras (1992). También hay nidos en Marina de Cudeyo, Gama y Limpias, procedentes de aves de Heras. Según SEO/BirdLife, se estima que la población reproductora se ha estabilizado en torno a las 250 parejas.

El primer censo de esta especie se produjo en 1995 y registró 7.594 aves invernantes, mientras que el último censo oficial a nivel estatal (2004) contabilizó 31.229 ejemplares. Se espera que el censo poblacional sea actualizado este año (2025), tras una convocatoria realizada por SEO/BirdLife, lo que permitirá conocer con exactitud la cifra actual.

Distribución observada en el III Atlas (2014-2018). Las cuadrículas UTM de 10×10 km marcadas como «Reproductor» incluye reproducción posible, probable o segura. Fuente: SEO BirdLife

Los estudios indican que las aves más veteranas regresan antes de la migración, mientras que las de primer y segundo año lo hacen más tarde. La cigüeña blanca es una especie monógama y suele mantener la misma pareja mientras sea posible. Cada pareja construye su propio nido, que defiende de otras cigüeñas durante toda su vida, mostrando comportamientos de dominancia y agresividad si otro individuo intenta apropiarse de él.

Las cigüeñas blancas construyen sus nidos en zonas elevadas, como torres, campanarios, árboles altos o estructuras artificiales, buscando seguridad y una vista despejada de los alrededores. Utilizan ramas, hierbas y otros materiales que encuentran en su entorno, reforzándolos año tras año, lo que puede hacer que alcancen un gran tamaño, suelen medir 2 metros de diámetro, y mucho peso, generalmente de 200 y 400 kilogramos, aunque en ocasiones pueden a superar la tonelada. Esta labor es realizada por ambas aves de la pareja, reforzando su vínculo y garantizando un refugio estable para la puesta y cría de los polluelos.

La edad del ave influye considerablemente en su comportamiento migratorio previo al periodo de invernada –de septiembre a enero o febrero–. Según los estudios, las aves de esta especie que pueden observarse en España son ejemplares adultos, tanto españoles como centroeuropeos, mientras que los juveniles siguen migrando a las zonas africanas. Aun así, la población que inverna en la península es cada vez mayor.

Cigüeña Blanca

(Ciconia ciconia)

Como cada año por estas fechas, el cielo de Cantabria se tiñe de blanco y negro, pero no por nubes, sino por unas simpáticas aves migratorias que buscan el mejor hábitat para la época de cría.

Envergadura

180- 218 cm

La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) es un ave mayoritariamente migradora de larga distancia. Su condición de planeadora la obliga a minimizar el vuelo sobre grandes extensiones de agua, ya que depende de las corrientes térmicas de aire. En el caso de la población occidental de esta especie, utiliza la península ibérica y, en concreto, el estrecho de Gibraltar para cruzar hacia el Sahel, su zona de invernada. Esto provoca que cada vez sea más común verla en territorio español.

Su pico se caracteriza por un color rojizo o anaranjado en adultos, rojo sucio en juveniles y prácticamente negro en pollos

Altura

100 - 115 cm

Plumaje blanco y negro iridiscente

Patas de color rojizo en adultos y rosado en jóvenes

El peso promedio varía entre 2,3 y 4,5 kg, pero en casos excepcionales, algunos ejemplares han superado los 5 kg.

En los años ochenta, Cantabria vio prácticamente desaparecer su población de cigüeñas blancas y reintrodujo de manera artificial parejas de esta especie, que han decidido abandonar su costumbre migratoria. “En Cantabria este fenómeno se produce en Sobremazas (Heras), en la finca de Pepín Quintana, y en Santillana del Mar, en la colonia próxima al zoo", explica Ángel Herrero, biólogo y coordinador de la población de cigüeñas en Cantabria de SEO/BirdLife.

En Cantabria, la cigüeña blanca depende de tres espacios vitales para su supervivencia: el entorno y riberas del embalse del Ebro, las vegas del río Izarilla y las vegas del río Camesa. Estas áreas abiertas de pastos, charcas y aguas someras le proporcionan alimento, que incluye insectos, ranas, peces, roedores y pequeños reptiles. Es interesante destacar que a diferencia de otras localidades no se trata de una población reproductora dependiente de vertederos, ya que el más cercano, el de Reinosa, fue clausurado a mediados de los años 90.

La región está al borde del límite de distribución de esta especie y no reúne las condiciones óptimas para su habitabilidad. Solo en el sur de Cantabria hay poblaciones de manera natural. En municipios como Valderredible o Valdeprado del Río, a pesar de ser climáticamente favorables, en la actualidad no existen hábitats de alimentación adecuados o estos son escasos debido a la desaparición o intensificación de la agricultura y la expansión de bosques y matorrales. En cuanto a su hábitat, la cigüeña blanca necesita medios abiertos donde alimentarse, similares a la sabana, como campos de cultivo y praderas extensas; la presencia de charcas, lagunas o marismas mejora aún más sus condiciones. Además, prefieren climas continentales, ya que en entornos húmedos muchos pollos mueren debido a las lluvias primaverales, especialmente en abril. Estas aves no invernan en Cantabria; sin embargo, algunas adelantan su llegada a diciembre o enero, por lo que ya es común observarlas en esas fechas.

Distribución de la especie durante el invierno observada en el I Atlas de Invierno (2007-2010; SEO/BirdLife, 2012). Fuente: SEO BirdLife

España se caracteriza principalmente por ser un lugar de reproducción para esta especie. La Cordillera Cantábrica es un punto habitual de observación de cigüeñas blancas entre enero y julio, el periodo de cría. Otras zonas de reproducción incluyen Galicia y el Valle del Ebro. Existen en la región dos colonias de cría a partir de aves cautivas y aves silvestres en el Zoo de Santillana del Mar (1994) y Heras (1992). También hay nidos en Marina de Cudeyo, Gama y Limpias, procedentes de aves de Heras. Según SEO/BirdLife, se estima que la población reproductora se ha estabilizado en torno a las 250 parejas.

El primer censo de esta especie se produjo en 1995 y registró 7.594 aves invernantes, mientras que el último censo oficial a nivel estatal (2004) contabilizó 31.229 ejemplares. Se espera que el censo poblacional sea actualizado este año (2025), tras una convocatoria realizada por SEO/BirdLife, lo que permitirá conocer con exactitud la cifra actual.

Distribución observada en el III Atlas (2014-2018). Las cuadrículas UTM de 10×10 km marcadas como «Reproductor» incluye reproducción posible, probable o segura. Fuente: SEO BirdLife

Los estudios indican que las aves más veteranas regresan antes de la migración, mientras que las de primer y segundo año lo hacen más tarde. La cigüeña blanca es una especie monógama y suele mantener la misma pareja mientras sea posible. Cada pareja construye su propio nido, que defiende de otras cigüeñas durante toda su vida, mostrando comportamientos de dominancia y agresividad si otro individuo intenta apropiarse de él.

Las cigüeñas blancas construyen sus nidos en zonas elevadas, como torres, campanarios, árboles altos o estructuras artificiales, buscando seguridad y una vista despejada de los alrededores. Utilizan ramas, hierbas y otros materiales que encuentran en su entorno, reforzándolos año tras año, lo que puede hacer que alcancen un gran tamaño, suelen medir 2 metros de diámetro, y mucho peso, generalmente de 200 y 400 kilogramos, aunque en ocasiones pueden a superar la tonelada. Esta labor es realizada por ambas aves de la pareja, reforzando su vínculo y garantizando un refugio estable para la puesta y cría de los polluelos.

La edad del ave influye considerablemente en su comportamiento migratorio previo al periodo de invernada –de septiembre a enero o febrero–. Según los estudios, las aves de esta especie que pueden observarse en España son ejemplares adultos, tanto españoles como centroeuropeos, mientras que los juveniles siguen migrando a las zonas africanas. Aun así, la población que inverna en la península es cada vez mayor.

Envergadura

180 - 218 cm

Cigüeña Blanca

(Ciconia ciconia)

Como cada año por estas fechas, el cielo de Cantabria se tiñe de blanco y negro, pero no por nubes, sino por unas simpáticas aves migratorias que buscan el mejor hábitat para la época de cría.

La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) es un ave mayoritariamente migradora de larga distancia. Debido a su naturaleza planeadora, evita volar sobre grandes extensiones de agua, ya que depende de las corrientes térmicas de aire. En el caso de la población occidental de esta especie, utiliza la península ibérica y, en concreto, el estrecho de Gibraltar para cruzar hacia el Sahel, su zona de invernada. Por ello, es cada vez más común avistarla en territorio español.

Su pico se caracteriza por un color rojizo o anaranjado en adultos, rojo sucio en juveniles y prácticamente negro en pollos

Su pico se caracteriza por un color rojizo

Altura

100 - 115 cm

Altura

100 - 115 cm

Plumaje blanco y negro iridiscente

Plumaje blanco y negro iridiscente

El peso promedio varía entre 2,3 y 4,5 kg, pero en casos excepcionales, algunos ejemplares han superado los 5 kg.

Patas de color rojizo

Patas de color rojizo en adultos y rosado en jóvenes

En los años ochenta, Cantabria vio prácticamente desaparecer su población de cigüeñas blancas y reintrodujo de manera artificial parejas de esta especie, que han decidido abandonar su costumbre migratoria. “En Cantabria este fenómeno se produce en Sobremazas (Heras), en la finca de Pepín Quintana, y en Santillana del Mar, en la colonia próxima al zoo", explica Ángel Herrero, biólogo y coordinador de la población de cigüeñas en Cantabria de SEO/BirdLife.

En Cantabria, la cigüeña blanca depende de tres espacios vitales para su supervivencia: el entorno y riberas del embalse del Ebro, las vegas del río Izarilla y las vegas del río Camesa. Estas áreas abiertas de pastos, charcas y aguas someras le proporcionan alimento, que incluye insectos, ranas, peces, roedores y pequeños reptiles. Es interesante destacar que a diferencia de otras localidades no se trata de una población reproductora dependiente de vertederos, ya que el más cercano, el de Reinosa, fue clausurado a mediados de los años 90.

La región está al borde del límite de distribución de esta especie y no reúne las condiciones óptimas para su habitabilidad. Solo en el sur de Cantabria hay poblaciones de manera natural. En municipios como Valderredible o Valdeprado del Río, a pesar de ser climáticamente favorables, en la actualidad no existen hábitats de alimentación adecuados o estos son escasos debido a la desaparición o intensificación de la agricultura y la expansión de bosques y matorrales. En cuanto a su hábitat, la cigüeña blanca necesita medios abiertos donde alimentarse, similares a la sabana, como campos de cultivo y praderas extensas; la presencia de charcas, lagunas o marismas mejora aún más sus condiciones. Además, prefieren climas continentales, ya que en entornos húmedos muchos pollos mueren debido a las lluvias primaverales, especialmente en abril. Estas aves no invernan en Cantabria; sin embargo, algunas adelantan su llegada a diciembre o enero, por lo que ya es común observarlas en esas fechas.

Distribución de la especie durante el invierno observada en el I Atlas de Invierno (2007-2010; SEO/BirdLife, 2012). Fuente: SEO BirdLife

España se caracteriza principalmente por ser un lugar de reproducción para esta especie. La Cordillera Cantábrica es un punto habitual de observación de cigüeñas blancas entre enero y julio, el periodo de cría. Otras zonas de reproducción incluyen Galicia y el Valle del Ebro. Existen en la región dos colonias de cría a partir de aves cautivas y aves silvestres en el Zoo de Santillana del Mar (1994) y Heras (1992). También hay nidos en Marina de Cudeyo, Gama y Limpias, procedentes de aves de Heras. Según SEO/BirdLife, se estima que la población reproductora se ha estabilizado en torno a las 250 parejas.

El primer censo de esta especie se produjo en 1995 y registró 7.594 aves invernantes, mientras que el último censo oficial a nivel estatal (2004) contabilizó 31.229 ejemplares. Se espera que el censo poblacional sea actualizado este año (2025), tras una convocatoria realizada por SEO/BirdLife, lo que permitirá conocer con exactitud la cifra actual.

Distribución observada en el III Atlas (2014-2018). Las cuadrículas UTM de 10×10 km marcadas como «Reproductor» incluye reproducción posible, probable o segura. Fuente: SEO BirdLife

Los estudios indican que las aves más veteranas regresan antes de la migración, mientras que las de primer y segundo año lo hacen más tarde. La cigüeña blanca es una especie monógama y suele mantener la misma pareja mientras sea posible. Cada pareja construye su propio nido, que defiende de otras cigüeñas durante toda su vida, mostrando comportamientos de dominancia y agresividad si otro individuo intenta apropiarse de él.

Las cigüeñas blancas construyen sus nidos en zonas elevadas, como torres, campanarios, árboles altos o estructuras artificiales, buscando seguridad y una vista despejada de los alrededores. Utilizan ramas, hierbas y otros materiales que encuentran en su entorno, reforzándolos año tras año, lo que puede hacer que alcancen un gran tamaño, suelen medir 2 metros de diámetro, y mucho peso, generalmente de 200 y 400 kilogramos, aunque en ocasiones pueden a superar la tonelada. Esta labor es realizada por ambas aves de la pareja, reforzando su vínculo y garantizando un refugio estable para la puesta y cría de los polluelos.

La edad del ave influye considerablemente en su comportamiento migratorio previo al periodo de invernada –de septiembre a enero o febrero–. Según los estudios, las aves de esta especie que pueden observarse en España son ejemplares adultos, tanto españoles como centroeuropeos, mientras que los juveniles siguen migrando a las zonas africanas. Aun así, la población que inverna en la península es cada vez mayor.

Cigüeña Blanca

Envergadura

180 - 218 cm

(Ciconia ciconia)

Como cada año por estas fechas, el cielo de Cantabria se tiñe de blanco y negro, pero no por nubes, sino por unas simpáticas aves migratorias que buscan el mejor hábitat para la época de cría.

La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) es un ave mayoritariamente migradora de larga distancia. Debido a su naturaleza planeadora, evita volar sobre grandes extensiones de agua, ya que depende de las corrientes térmicas de aire. En el caso de la población occidental de esta especie, utiliza la península ibérica y, en concreto, el estrecho de Gibraltar para cruzar hacia el Sahel, su zona de invernada. Por ello, es cada vez más común avistarla en territorio español.

Su pico se caracteriza por un color rojizo o anaranjado en adultos, rojo sucio en juveniles y prácticamente negro en pollos

Altura

100 - 115 cm

El peso promedio varía entre 2,3 y 4,5 kg, pero en casos excepcionales, algunos ejemplares han superado los 5 kg.

Plumaje blanco y negro iridiscente

Patas de color rojizo en adultos y rosado en jóvenes

En los años ochenta, Cantabria vio prácticamente desaparecer su población de cigüeñas blancas y reintrodujo de manera artificial parejas de esta especie, que han decidido abandonar su costumbre migratoria. “En Cantabria este fenómeno se produce en Sobremazas (Heras), en la finca de Pepín Quintana, y en Santillana del Mar, en la colonia próxima al zoo", explica Ángel Herrero, biólogo y coordinador de la población de cigüeñas en Cantabria de SEO/BirdLife.

En Cantabria, la cigüeña blanca depende de tres espacios vitales para su supervivencia: el entorno y riberas del embalse del Ebro, las vegas del río Izarilla y las vegas del río Camesa. Estas áreas abiertas de pastos, charcas y aguas someras le proporcionan alimento, que incluye insectos, ranas, peces, roedores y pequeños reptiles. Es interesante destacar que a diferencia de otras localidades no se trata de una población reproductora dependiente de vertederos, ya que el más cercano, el de Reinosa, fue clausurado a mediados de los años 90.

La región está al borde del límite de distribución de esta especie y no reúne las condiciones óptimas para su habitabilidad. Solo en el sur de Cantabria hay poblaciones de manera natural. En municipios como Valderredible o Valdeprado del Río, a pesar de ser climáticamente favorables, en la actualidad no existen hábitats de alimentación adecuados o estos son escasos debido a la desaparición o intensificación de la agricultura y la expansión de bosques y matorrales. En cuanto a su hábitat, la cigüeña blanca necesita medios abiertos donde alimentarse, similares a la sabana, como campos de cultivo y praderas extensas; la presencia de charcas, lagunas o marismas mejora aún más sus condiciones. Además, prefieren climas continentales, ya que en entornos húmedos muchos pollos mueren debido a las lluvias primaverales, especialmente en abril. Estas aves no invernan en Cantabria; sin embargo, algunas adelantan su llegada a diciembre o enero, por lo que ya es común observarlas en esas fechas.

Distribución de la especie durante el invierno observada en el I Atlas de Invierno (2007-2010; SEO/BirdLife, 2012). Fuente: SEO BirdLife

España se caracteriza principalmente por ser un lugar de reproducción para esta especie. La Cordillera Cantábrica es un punto habitual de observación de cigüeñas blancas entre enero y julio, el periodo de cría. Otras zonas de reproducción incluyen Galicia y el Valle del Ebro. Existen en la región dos colonias de cría a partir de aves cautivas y aves silvestres en el Zoo de Santillana del Mar (1994) y Heras (1992). También hay nidos en Marina de Cudeyo, Gama y Limpias, procedentes de aves de Heras. Según SEO/BirdLife, se estima que la población reproductora se ha estabilizado en torno a las 250 parejas.

El primer censo de esta especie se produjo en 1995 y registró 7.594 aves invernantes, mientras que el último censo oficial a nivel estatal (2004) contabilizó 31.229 ejemplares. Se espera que el censo poblacional sea actualizado este año (2025), tras una convocatoria realizada por SEO/BirdLife, lo que permitirá conocer con exactitud la cifra actual.

Distribución observada en el III Atlas (2014-2018). Las cuadrículas UTM de 10×10 km marcadas como «Reproductor» incluye reproducción posible, probable o segura. Fuente: SEO BirdLife

Los estudios indican que las aves más veteranas regresan antes de la migración, mientras que las de primer y segundo año lo hacen más tarde. La cigüeña blanca es una especie monógama y suele mantener la misma pareja mientras sea posible. Cada pareja construye su propio nido, que defiende de otras cigüeñas durante toda su vida, mostrando comportamientos de dominancia y agresividad si otro individuo intenta apropiarse de él.

Las cigüeñas blancas construyen sus nidos en zonas elevadas, como torres, campanarios, árboles altos o estructuras artificiales, buscando seguridad y una vista despejada de los alrededores. Utilizan ramas, hierbas y otros materiales que encuentran en su entorno, reforzándolos año tras año, lo que puede hacer que alcancen un gran tamaño, suelen medir 2 metros de diámetro, y mucho peso, generalmente de 200 y 400 kilogramos, aunque en ocasiones pueden a superar la tonelada. Esta labor es realizada por ambas aves de la pareja, reforzando su vínculo y garantizando un refugio estable para la puesta y cría de los polluelos.

La edad del ave influye considerablemente en su comportamiento migratorio previo al periodo de invernada –de septiembre a enero o febrero–. Según los estudios, las aves de esta especie que pueden observarse en España son ejemplares adultos, tanto españoles como centroeuropeos, mientras que los juveniles siguen migrando a las zonas africanas. Aun así, la población que inverna en la península es cada vez mayor.

Actualmente, la cigüeña blanca está categorizada como una especie de bajo riesgo de extinción. Aunque los polluelos pueden ser atacados por búhos, águilas o zorros, los adultos no tienen depredadores naturales. Sin embargo, existen casos documentados de electrocución en tendidos eléctricos. Para conocer sus patrones de movimiento, los investigadores emplean dispositivos de seguimiento remoto (GPS), que constituyen la principal fuente de datos, complementados por registros históricos de anillamientos y recuperaciones.

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