Secciones
Servicios
Destacamos
alain mateos
Martes, 7 de septiembre 2021, 14:16
En uno de los veranos más 'extraños' que se recuerdan en el norte de España, siempre hay alternativas a los típicos planes de playa o monte. Las excursiones de un día, o incluso los fines de semana al completo, recorriendo los encantos de otras comunidades ... próximas a Cantabria resulta un gran plan que muchas veces se queda en el tintero. Estas son algunas de nuestras propuestas:
1
Una de las características de muchos pueblos de La Rioja y, por ende, de la España rural, es el olvido. El paso de los años y el éxodo a las ciudades han dejado huérfanas de vida a numerosas localidades. Una de ellas es Turruncún. Vacía desde hace décadas, solo recibe a turistas curiosos, que pasean por sus calles y contemplan sus casas fantasmales, y visitantes del cementerio.
Turruncún pertenece a Arnedo desde 1975. Nunca fue una localidad con mucha población. De hecho, sus habitantes nunca superaron el millar. La Guerra Civil y el final de la minería aceleraron lo inevitable. Los últimos habitantes de Turruncún datan de los años 80 y se contaban con los dedos de una mano.
2
El valle de Aezkoa, en Navarra, presenta su mayor atractivo desde el mirador de Zamariain. Un trampolín de roca arenisca que salta al vacío, directo hacia el río Irati y el robledal de Betelu. Asomarse produce una sensación extraordinaria pero, como se aprecia en la fotografía principal, solo apta para quienes no padecen de vértigo.
La ruta para llegar es sencilla aunque monótona. Parte desde la localidad navarra de Garaioa. A tres kilómetros y medio del centro del pueblo, por una pista asfaltada que se torna camino para adentrarse en un bosque de robles y hayas, se alcanza el mirador de Zamariain donde se pueden disfrutar de las mejores vistas del valle de Aezkoa.
3
Para quienes buscan un turismo diferente y descubrir nuevas rutas de cascadas, adentrarse en Las Merindades es adentrarse en una suerte de paraíso en el que el patrimonio, la historia y la naturaleza se dan la mano para brindar al oriundo y al visitante una retahíla de sensaciones difíciles de describir. Hay una sola forma de vivir esta zona de Castilla León como tantas como personas las pisan; cada uno desde una perspectiva diferente, única.
Hay quien descubre sus tesoros siguiendo el hilo conductor de los orígenes de Castilla, quien deja que el rumbo lo marquen los sentidos del gusto y el olfato y quien se adentra en sus rincones buscando el rumor del agua. Y es que, la caprichosa orografía, la omnipresencia del karst y la acción de ríos como el Ebro, el Nela o el Trueba han ido dibujando durante siglos un paisaje espectacular, en el que las cascadas y los saltos de agua se erigen como protagonistas.
Pocos son los que no conocen, al menos de oídas, el salto del Nervión, la cascada de Orbaneja del Castillo, la de Pedrosa de Tobalina o las de Tobera. Pero más allá de esas cuatro grandes referencias, hay todo un mundo por descubrir.
4
Si hay un paisaje que merece la pena ver es el de los bufones de Pría, muy cerca de la localidad de Llanes, en Asturias. Estos acantilados se caracterizan por sus famosas chimeneas que escupen con fuerza las aguas del mar Cantábrico. El momento ideal para visitar este paisaje es en otoño aunque a partir de septiembre, depende del día, ya se puede apreciar el rugido del Cantábrico.
Para llegar a los acantilados conviene ir en coche. A escasos 500 metros hay un parking donde se podrá aparcar e ir andando hasta la entrada a los bufones. Eso sí, es muy importante mirar el parte marítimo antes de ir. Es imprescindible que la marea esté en su punto álgido.
5
La cascada del Ézaro en Dumbría (La Coruña) es todo un espectáculo natural. Una de sus peculiaridades es su nexo con el océano Atlántico. Las aguas del río Xallas caen a 40 metros de altura para desembocar en aguas saladas, a las puertas del Atlántico. Todo un espectáculo prácticamente irrepetible en el resto de Europa.
La mejor época del año para visitar la cascada es en invierno. Las abundantes precipitaciones favorecen a contemplar el Ézaro en su esplendor aunque en verano es un buen momento para acudir ante la poca presencia de turistas. El buen tiempo, además, ofrece otro tipo de planes como los miradores de Ézaro donde se pueden disfrutar de las mejores vistas desde el monte O Pindo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.