El Embalse de Cervera de Pisuerga cumple un siglo en plena Montaña Palentina

Hablar hoy de gran embalse para referirse al pantano de Cervera es casi una exageración, ya que sus 10 hectómetros cúbicos de capacidad palidece ante el conjunto del sistema Pisuerga del que forma parte, junto a las posteriores construcciones del embalse de La Requejada (1940) y Aguilar (1963), cuya capacidad total supera los 315 hectómetros cúbicos.

Pero este embalse resulta fundamental para garantizar la regulación hidráulica del Pisuerga y el abastecimiento de agua a la población, así como para el riego de cultivos en la zona oriental de la provincia de Palencia. Con motivo de este centenario, los agricultores y ganaderos de Asaja-Palencia recuerdan la importancia de estas grandes infraestructuras hidráulicas y la visión que, en su momento, mostraron quienes las impulsaron venciendo no pocas resistencias en su época.

Según explica la CHD, responsable de la gestión del embalse de Cervera, este primer pantano nació con la misión fundamental de asegurar el abastecimiento de aguas a otra infraestructura pionera de la ingeniería hispana: el Canal de Castilla. Posteriormente, otros dos pantanos más modernos se sumaron a ese objetivo: La Requejada, aguas arriba (apenas a quince kilómetros del nacimiento del Pisuerga); y el de Aguilar, que entró en servicio el día de San Antolín de 1964.

Con una capacidad de diez millones de metros cúbicos, el embalse de Cervera-Ruesga es el decano de toda la cuenca del Duero pero el de menor capacidad si se exceptúa El Pontón Alto (siete hectómetros cúbicos) que, desde su construcción en 1993, se destina en exclusiva a abastecer de agua potable a la ciudad de Segovia.

El pantano de Cervera se alimenta del río Rivera, afluente del Pisuerga, y posee una presa de 130 metros de largo, con una altura de poco más de treinta sobre el cauce, a los que se añaden otros seis de cimentación. En la construcción, efectuada bajo el proyecto de Francisco Panella Miota, se emplearon unos 40.000 metros cúbicos de hormigón, siendo una presa de las llamadas de gravedad en planta curva.

Para la mayoría de los visitantes, la estampa de este embalse está asociada al Parador Nacional de Fuentes Carrionas, emblemática infraestructura hotelera de la provincia que ofrece unas magníficas panorámicas de esa zona de la Montaña Palentina, con Peña Almonga y Peña Redonda escoltando la masa de agua del vaso del embalse. De hecho, la incorporación de los embalses más modernos y capaces de La Requejada y Aguilar han acentuado el carácter turístico del pantano de Cervera, si bien se mantiene operativo para sus funciones estrictamente hidrológicas. En sus aguas se permiten casi todos los deportes náuticos, excepto la navegación a motor, así como el baño público y otras actividades de ocio, ya que dispone de zonas de servicios y acampada controlada.

Asaja-Palencia reconoce el coste no solo económico de esas obras emprendidas pensando en el bien común, como el sacrificio que supuso para aquellas generaciones perder sus raíces como se refleja en el libro 'En memoria de las praderas sumergidas. Historia de los pantanos de Palencia', del ingeniero José Javier Ruiz Monge.

En esa historia, pese a que su capacidad se viera superada por los pantanos posteriores, el embalse de Cervera-Ruesga fue un primer hito para la paulatina extensión de los cultivos de regadío en la provincia de Palencia, que cuenta en la actualidad con unas 66.000 hectáreas entre ambos sistemas (Carrión y Pisuerga). A