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TAMARA CACHERO
Santabder
Viernes, 4 de noviembre 2022
'Dida', la hembra de elefante conocida por sus largos colmillos, murió el martes 1 de noviembre en el parque nacional Tsavo East (Kenia) por causas naturales. La elefante tenía entre 60 y 65 años, la máxima esperanza de vida cuando estos animales están ... en cautividad.
Los elefantes viven en manadas compuestas por hembras jóvenes y crías, que siguen a la más lonjeva. Se trata, por lo tanto, de organizaciones matriarcales que tienen en su centro al animal de más edad. Teniendo esto en cuenta, puede entenderse la consternación que ha causado la muerte de 'Didi' que «condujo a su manada a lo largo de muchas temporadas y momentos difíciles», según ha twiteado el El Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS).
«Dida era una verdadera matriarca, icónica en Tsavo y una tremenda depositaria de décadas de conocimiento», se lamentaba el parque nacional Tsavo East a través de sus redes sociales.
A matriach has rested 🐘
Kenya Wildlife Service (@kwskenya) November 1, 2022
We are saddened by the death of Dida who was possibly Africa’s largest female Tusker and a Matriarch residing in @KWSTsavoEast National Park. She died from natural causes due to old age having lived a full life to about 60-65 years old. pic.twitter.com/914FMPKLoF
Estos animales establecen relaciones complejas y duraderas con los miembros de la manada y viven la muerte de una forma muy particular. Según un estudio realizado por el Instituto Smithsoniano (Estados Unidos) y publicado en la revista especializada Primates, no son raros los casos en los que el grupo permanece junto al cuerpo del fallecido, velando su cadáver hasta que este empieza a descomponerse. También se aprecia cierto interés por los restos y huesos de sus congéneres, que examinan habitualmente. Puede, incluso decirse que, al igual que los gorilas derraman lágrimas por otros elefantes muertos, aunque no tengan relación con ellos. Esto revela cierta inteligencia emocional, según este estudio.
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Las poblaciones de elefantes en Kenia se encuentran en proceso de recuperación desde 2014. La caza furtiva está detrás de las alarmantes cifras que han acompañado a la especie a lo largo de los siglos XX y XXI. Tampoco ha ayudado la sequía que asola el norte del país y que ha afectado también a las manadas de elefantes de la zona, causando la muerte de otra hembra icónica.
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'Monsoon', madre de siete crías, había sobrevivido cinco veces a los ataques de cazadores furtivos, pero tuvo que ser sacrificada a los sesenta años, cuando la organización Save the Elephant declaró que su salud estaba gravemente dañada —además de por su edad—, por la sequía que afectaba a la reserva de Samburu en la que vivía.Pero no todo son malas noticias y en los últimos siete años se ha registrado un aumento de la población de elefantes, en parte gracias a las medidas de protección establecidas. En enero de este año tuvo lugar en esa misma reserva el nacimiento de dos gemelos, algo muy poco común en los paquidermos. Las dos crías han sido vigiladas desde su nacimiento por la asociación Save the Elephants.
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