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Al otoño no se le puede encerrar en una bola de cristal como al invierno. Simular el descenso de copos de nieve es más sencillo que imitar la elegante caída de las hojas, ese baile al compás del viento y la gravedad que las precipita suavemente hacia la tierra mientras se adormilan al ritmo del balanceo. Para contemplar esta danza lo mejor es salir a buscar el manto cubierto por la calvicie de los árboles. En Cantabria hay paisajes maravillosos que hoy os proponemos para que agendeis para el próximo fin de semana.
Ubicado en las inmediaciones de Cabezón de la Sal y situado en el monte de Corona. Durante los años 40 se decidió plantar en este terreno 800 secuoyas para el aprovechamiento de su madera, pero cuando se pudieron talar, su madera ya no interesaba y ahora han convertido a este lugar en un precioso bosque que forma parte del Monumento natural de las Secuoyas del monte cabezón. Podrás recorrerlo fácilmente en un paseo de media hora a una hora que merecerá la pena sobre todo por la belleza de estos árboles y porque en su interior encontrarás árboles de hasta 36 metros de altura. El nuevo acceso, ubicado en la parte baja del bosque donde se ha habilitado también un aparcamiento, permitirá aliviar el tráfico en la zona alta y mejorar por tanto la seguridad vial en el entorno de la entrada principal -ubicada en la carretera entre Cabezón de la Sal y Comillas-.
Esta braña situada en una pequeña meseta elevada repleta de tejos consigue una vista de 360° desde su interior con unas vistas privilegiadas a Picos de Europa, como a los montes de la Montaña Palentina y las Sierras Costeras de Asturias y Cantabria. La Braña de los Tejos ha perdurado siendo cobijo de pastores y ganado y lugar de paso entre Lebeña y Peñarubia. Para llegar a la Braña de los Tejos la forma mas facil y rapida es desde San Pedro de Bedoya de donde sale una pista indicada con carteles del PR-S4 (caminos de pequeño recorrido), no hay mas que seguirla hasta que en un alto nos encontraremos un autentico Santuario de la Naturaleza. La otra forma de llegar es partiendo de Santa Maria de Lebeña, un camino en buen estado nos sube directamente pero con mayor desnivel hasta la Braña de los Tejos.
En los alrededores de Bustillo del Monte, donde los ojos encuentran el techo de la comarca en el Monte Hijedo, aún resuenan los ecos de los celtas que un día habitaron el norte de la península. Ese legado pagano, anterior al tiempo de los romanos en este territorio, se aprecia a día de hoy en el bosque que rodea la localidad, donde decenas de robles milenarios hunden unas raíces tan profundas como la propia historia de esos primeros pueblos.
Situado en la zona centro occidental de Cantabria, el Parque Natural del Saja-Besaya es el de mayor extensión de la región. Ocupa seis municipios y cuenta con un total de 24.500 hectáreas. El recorrido es un lujo para los sentidos, más aún en esta época del año que las de masas de hayas y robles están en pleno cambio de color. Debido a su clima húmedo y oceánico en su interior abundan las hayas, varias especies de Robles, castaños, fresnos, arces, avellanos, madreselvas y un variado y floral sustrato herbáceo. En gran parte del recorrido se escucha la música del río Argoza.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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