Una playa entre Burgos y Cantabria

Embalse del Ebro (Arija) ·
Campanarios sobre el agua, canoas, necrópolis, restos romanos... el embalse del Ebro tiene de todo

Iraitz Casillas

Lunes, 15 de abril 2024, 15:16

El embalse del Ebro ya es de por sí un lugar que merece ser visitado en cualquier momento del año. Pero, además, se da la circunstancia de que a su alrededor reúne lugares de lo más curiosos. Emplazado entre Cantabria y Burgos, el paisaje ... que se despliega a la vista puede variar de invierno a verano, pero su belleza permanece intacta. El atractivo principal del pantano es su playa. Sí, sí, como lo oyen. Aunque parece increíble, Burgos tiene playa, situada concretamente en el pueblo de Arija, parada no lo olviden del ferrocarril de La Robla. En verano es un buen sitio en el que remojarse y aliviar así el calor provocado por las altas temperaturas; pero en invierno su paisaje tiene aún más encanto.

Esta playa ubicada entre pequeños pueblos, campas y ganado, al llegar las bajas temperaturas es un lugar ideal para pasear mientras la niebla acecha. Eso sí, recuerden ir abrigados, la brisa viene helada. Ya sea con bruma, lluvia o nieve, el paisaje es espectacular. Si deciden ir en temporada alta, cuando el nivel del agua es más bajo, también podrán disfrutar pero de otro modo. Durante este periodo se llevan a cabo diversas actividades acuáticas en el pantano, como atestiguan los muchos negocios que se nutren del ocio. Surcar el embalse con canoas, una actividad entretenida y refrescante para los largos días de estío, se suma así a la práctica de la vela, el kite, el wind y el paddle surf. También la pesca, porque el lugar es refugio de siluros, percas y carpas.

No muy lejos de la playa de Arija se encuentra una de las necrópolis mejor conservadas de la zona. Conocidas como 'Tumbas de los Moros', en Quintanilla de Santa Gadea se conservan 19 sepulturas -de niños y adultos- excavadas en la roca que datan de los siglos VIII y X. A escasos minutos de allí, una vez en Cantabria tras pasar la 'frontera', podrán contemplar por el camino la pequeña ermita de la Virgen de Avellanal. Símbolo de resistencia frente al pantano, la leyenda cuenta que si dan tres vueltas al edificio mientras piensan en un deseo, este se cumplirá.Muy cerca se ubica otro ejemplo de fortaleza. Pese a ver desaparecer cuatro pueblos a su alrededor sumergidos con la construcción del embalse entre 1921 y 1945, la iglesia de Villanueva de las Rozas continúa ahí. No esperen encontrar una imponente construcción, porque la también conocida como 'Catedral de los Peces' consta de una sola torre.

Es preferible visitarla con el agua a bajo nivel para poder descubrir sus cimientos. A través de una pasarela se accede al interior de la torre y subiendo por unas escaleras de caracol se llega al antiguo campanario desde donde se tiene una de las mejores vistas del embalse.De la posguerra darán un salto en el tiempo al Imperio romano. Cerca de Reinosa podrán visitar la antigua Julióbriga. Allí tendrán la oportunidad de pasear entre las ruinas de la ciudad fortificada de Julio, construida bajo el mandato del emperador Octavio Augusto tras imponerse a las tribus cántabras en el año 19 a.C. Junto al yacimiento hay una reproducción de una domus romana en la que el guía les explicará la historia de este enclave. Antes de cerrar este recorrido, podrán disfrutar de las vistas del embalse del Ebro desde el otro lado, ya que el itinerario que les propongo da la vuelta completa al pantano.

El siguiente lugar, ya de vuelta en Burgos, es uno que está de actualidad -para bien o para mal, según el cristal con el que se mire-. Se trata de la Pirámide de los Italianos. Recientemente declarado Bien de Interés Cultural, es un mausoleo que se construyó bajo la dictadura de Franco para albergar los cadáveres de los soldados italianos fallecidos durante la Guerra Civil. Es un edificio singular que llama la atención. Les desafío a descubrir más lugares interesantes alrededor del embalse del Ebro, que seguro que los hay.