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Dos mujeres contemplan los árboles con flor en el Parque de la Marga de Santander. Javier Cotera
Los efectos de una primavera a destiempo

Los efectos de una primavera a destiempo

Las altas temperaturas, inusuales para esta época del año, alteran los ciclos de las plantas y el comportamiento de algunos animales

Laura Masegosa

Santander

Sábado, 22 de febrero 2025, 07:41

En los últimos años, los efectos del cambio climático se han vuelto cada vez más evidentes en Cantabria. Agricultores, ganaderos y expertos en fauna son testigos de un adelanto de la primavera, cambios en los patrones de temperatura, alteraciones en los ciclos naturales y un desajuste en los ecosistemas.

Eva Sañudo, de la finca ecológica La Garita, lo tiene claro: «Está haciendo mucho más calor del que sería normal en esta época del año». El anticipo de la primavera no solo se traduce en temperaturas inusuales, sino que también afecta a los cultivos. «La berza, por ejemplo, se sube prematuramente, y las cebollas almacenadas durante el invierno se pudren rápidamente. Tienes que tirar mucho más producto y las pérdidas económicas son considerables», explica.

Para David Bolado, recolector de Solo Frutales, el fenómeno es igualmente claro: «La maduración de la fruta se ha adelantado bastante, sobre todo en manzanas y peras». El desafío radica en la necesidad de recolectar antes y conservar la fruta para evitar pérdidas.

Una avispa asiática capturada esta semana en Vispieres, Santillana del Mar. Javier Rosendo

Quienes también lo sufren son los apicultores, que tienen que hacer malabares para que la producción de la miel no baje. Luis Ángel Antón, apicultor, explica que la primavera adelantada provoca un desajuste en los ciclos de las abejas. «Cuando las reinas comienzan a poner huevos por la floración temprana, un parón en el tiempo puede hacer que no haya suficiente alimento, lo que provoca la muerte de muchas abejas y reduce la producción de miel. Es necesario estar muy atentos para suministrarles alimento suplementario», asegura.

Por otro lado, Isidro Herrera de Sercant Antivelutina, destaca que el cambio climático también afecta a las avispas asiáticas. «Aun estamos encontrando nidos activos desde 2024. No es normal, las avispas ya deberían haber muerto. Esto indica que las altas temperaturas están alterando sus ciclos», argumenta. Tanto es así que los nidos del 2024 se están solapando con los de este año. «Esta semana hemos encontrado un nido primario en Santillana del Mar y lo normal es que aparezcan a mediados de marzo», apunta.

El cambio de temperatura también ha alterado los comportamientos de otros animales. Felipe González, de SEO BirdLife, observa que las aves residentes, como los gorriones y lavanderas, ya han adelantado su proceso de nidificación. «Las aves locales reaccionan rápidamente al buen clima, pero las migratorias enfrentan mayores dificultades. Cuando estas aves regresan de África, a menudo se encuentran con una primavera adelantada y una escasez de recursos, lo que puede perjudicar su reproducción», explica.

José Ignacio Pardo de Santayana, dueño del Zoo de Santillana, comparte una visión diferente. «La principal influencia del cambio climático no es tanto la temperatura, sino las horas de luz, ya que los animales responden principalmente al fotoperíodo. Aunque el buen tiempo puede influir en su estado de ánimo, como ocurre con los primates que se muestran más animados con el sol, el ciclo de reproducción de los animales no se adelanta significativamente por el calor. Los cambios de temperatura no modifican las fechas de reproducción, ya que los animales siguen sus ritmos biológicos internos, pero sí pueden influir en su alimentación, ya que el buen tiempo está asociado con una mayor producción de alimentos, como insectos y plantas. En cuanto a las especies exóticas, el cambio climático afecta principalmente a las migraciones, como ocurre con las cigüeñas, que han adelantado su llegada y época de reproducción», expone.

En el mundo bovino, el ganadero José Manuel Ruiz indica que las vacas se benefician de temperaturas agradables, produciendo más leche y requiriendo menos energía para mantenerse calientes. «Tiene sus ventajas, pero también inconvenientes. Estas condiciones también favorece la proliferación de plagas, como los topillos y mosquitos Culicoides, que pueden traer enfermedades como la lengua azul», apunta. Por su parte, Manuel Pérez, veterinario de La Montaña, señala que, en su experiencia, «el cambio climático no ha tenido grandes efectos aún en la ganadería, más allá de que los ganaderos están empezando a soltar los animales de las cuadras debido a la humedad del terreno por las lluvias». A pesar de la primavera adelantada, no ha habido cambios significativos en los ritmos de producción o manejo del ganado, «pero eso no quiere decir que en una semana la cosa cambie.

El cambio climático está alterando la vida en Cantabria de maneras complejas y a veces impredecibles. Desde la agricultura hasta la fauna local, los efectos del calor prematuro y los desajustes en los ciclos de las especies ya son una realidad palpable. Si bien muchos agricultores y ganaderos han aprendido a adaptarse, la incertidumbre persiste, y las consecuencias a largo plazo podrían ser mucho más graves si no se toman medidas de conservación y adaptación adecuadas.

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