El quebrantahuesos vuelve a la montaña pasiega

La Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos ha confirmado a El Diario Montañés que dos de sus ejemplares balizados, Eva y Resalao, han sobrevolado durante los meses de primavera la montaña meracha y pasiega. En concreto se han dejado ver por San Roque de Riomiera y por el alto Miera, lugares rocosos y con cavidades, ideales para que ellos aniden. Se trata de dos ejemplares muy jóvenes que han realizado varias «prospecciones» en busca de alimento, pero quién sabe si, en un futuro, cuando sean adultos, volverán para reproducirse.

«Se trata de animales que buscan lugares con comida en abundancia, ubicaciones que memorizan y a los que regresan si se dan las condiciones», explica Gerardo Báguena, presidente de la fundación para la conservación de esta especie en la Península Ibérica.

Las rapaces no sólo buscan alimento (huesos que golpean en superficies rocosas o pequeños invertebrados) sino que también suelen anidar en hábitats rocosos y cuevas, de las que al alto Miera no le faltan. En sus prospecciones, los animales buscan también «potenciales áreas de cría», lugares tranquilos donde no tengan competencia como el águila real.

En plena crisis eólica, por la amenaza de los proyectos de Garma Blanca y Ribota sobre el territorio pasiego, Eva y Resalao se han hecho un hueco sobrevolando las descarnadas montañas pasiegas. De hecho, muchos han visto en este par de ejemplares una luz de esperanza para que los molinos nunca se instalen allí. «La competencia del águila real o de instalaciones como los molinos eólicos o las plantas fotovoltaicas son un problema para ellas que seguro les van a disuadir», opina Báguena.

Los ejemplares que han ido de excursión por la montaña pasiega y meracha son Eva y Resalao, ambos ejemplares cedidos por el Gobierno de Aragón. La hembra nació en 2018 en cautividad dentro del programa de reintroducción de la especie en Pirineos y Picos de Europa. Su liberación tuvo lugar en el verano de ese mismo año y, tres años después, se ha dejado ver por San Roque de Riomiera y sus alrededores. Está balizada con una etiqueta amarilla en sus alas señalizada con el distintivo 1R. Por su parte, el macho es mucho más joven y también es aragonés. Su nombre es Resalao y se le puede distinguir al vuelo por su baliza verde con el distintivo 1M. Se trata de un ejemplar aún muy joven, ya que nació en enero de 2020 y fue soltado en julio de ese mismo año.

Ambos carroñeros han elegido estos meses la tranquilidad de estos valles y su superficie rocosa –ideal para quebrar su principal alimento, los huesos, lanzándolos desde las alturas– como parte de la aventura por encontrar un lugar ideal para anidar en un futuro. Los dos son jóvenes aún, pero si en la memoria de sus continuas incursiones en territorios montañosos recuerdan que fue un lugar adecuado, no es descartable que regresen en un futuro cercano.