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Natalia Magdalena González-Cuevas

Vicente y Lupi, dos pastores lebaniegos con amor a un oficio extinto

EL OJO AVIZOR DE LA FAUNA CÁNTABRA ·

Durante años han subido al ganado a los puertos y permanecían allí unos cuatro meses guardando a sus animales. Sus testimonios permiten detenernos a observar con mimo nuestras raíces etnográficas

Lunes, 23 de noviembre 2020, 15:23

El tintineo de los campanos y las voces de los pastores resonaban en la Cordillera Cantábrica cada primavera. Era el momento de subir los animales a los puertos para pasar toda la estación veraniega en alfombras verdes ricas en pastos variados. Las desbrozadoras vivientes ... surcaban laderas hasta llegar a su 'albergue' entre cumbres, y, ahí, en los puertos, yacían y pacían hasta que el alimento dejaba de ser bañado por días dorados y noches sin manto blanco. Junto al ganado, los pastores y pastoras pasaban unos 4 meses guardando a sus animales.

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