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Un jabalí cruza la carretera cerca del barrio de El Bosque, en Loredo, tras el paso de dos personas. Marco García Vidart
El paso adelante de la naturaleza

El paso adelante de la naturaleza

Los días de confinamiento y la ausencia de actividad humana han hecho que muchos animales se hayan acercado a núcleos urbanos de la región

Lunes, 25 de mayo 2020, 14:28

Aquel 14 de marzo fue el primer día oficial del silencio. Ese sábado costaba encontrar a alguien por la calle. Si acaso, los que sacaban al perro el tiempo imprescindible. La escena tenía algo de película apocalíptica, de sensación de ser el único habitante de un pueblo. Ningún humano a la vista. Pero el silencio impuesto por el estado de alarma no era absoluto.

Los pájaros se desquitaban de tanto ostracismo y sus cantos resonaban en los oídos como nunca. Al inicio de esa noche y de muchas más que vinieron detrás, otros animales más sigilosos tomaron el relevo al protagonismo diurno de los pájaros. Vecinos que casi siempre han estado pero pocas veces se dejan ver. Jabalíes, corzos, venados, zorros, algún lobo... En Cantabria, como en el resto de España, los casi dos meses de confinamiento de los humanos han hecho que muchos animales den un pasito hacia adelante.

La naturaleza se ha atrevido a recuperar un poco de espacio ante tanto silencio y tranquilidad. Aunque la opinión mayoritaria de los que más saben de esto es que será transitorio. En el momento en el que los humanos recuperemos nuestras actividades de antaño, los animales optarán por una discreta retirada y no dejarse ver. Los dos meses transcurridos son un periodo muy corto de tiempo como para que se produzca un cambio de costumbres.

«En Ucieda, los venados han paseado por el pueblo. Y se ha visto una pareja de lobos en el centro de Valle, en Cabuérniga»

César Fernández | Guarda Mayor Reserva del Saja

«El tráfico en las carreteras, sobre todo en esas primeras semanas, ha sido muy pequeño. Y eso ha generado que la fauna que no vive lejos de entornos urbanos, pero que normalmente no es visible, se haya hecho visible en horas y sitios que no son los habituales», explica Antonio Lucio, director general de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático del Gobierno de Cantabria. Los corzos y sobre todo los jabalíes, «que no rehúyen la presencia humana», han sido los que más se han descarado. Aunque Lucio recalca que su presencia en ciertos lugares no es una excepción. «Nos sorprende que haya jabalíes a las puertas de Santander o Torrelavega. Pero los hay».

Esa proximidad, unido a que «no pasaban coches» es lo que ha convertido a muchos animales en estrellas de vídeos que han saltado de móvil a móvil, grabados por gente que pasaba un rato en la ventana o balcón de turno. «Ven que hay comida en abundancia y que no hay molestias. Un día comen media hora y como ven que nadie les molesta, al día siguiente vuelven», añade Lucio.

«La gente ha descubierto en esos días de confinamiento los cantos de las aves, aunque siempre han estado ahí»

Felipe González | Delegado SEO Birdlife

Más en los pueblos

Si en localidades costeras alguno se ha dado cuenta de que en sus alrededores viven esos vecinos casi siempre invisibles, en los pueblos del interior, mucho más que acostumbrados a ver fauna salvaje, la presencia de animales si cabe se ha intensificado. «Además de los jabalíes y los corzos, los venados también se han acercado. Por ejemplo en Ucieda, que han paseado por las calles del pueblo», apunta César Fernández, guarda mayor de la Reserva del Saja. En estas semanas, él y sus compañeros de la guardería han podido ver incluso ciertos cambios de comportamiento en su 'oficina', en los montes. «Si antes los animales iban por sus senderos, ahora van por las pistas forestales. Si no hay nadie... Se nota que hemos desaparecido». En una mañana de esta semana, «he pasado a tres metros de un 'venao'. Y ni se ha asustado».

Al igual que en las ciudades, la mayor tranquilidad ha sido la clave para que la fauna salvaje se deje ver más en los pueblos de la región. «Si les dejas, amplían campo». Fernández rememora el que quizá ha sido el episodio estrella del que ha tenido constancia en este confinamiento. «Un par de lobos por el centro de Valle, en Cabuérniga. En la carretera y a plena luz del día. Luego se fueron para la mies. Fue, creo recordar, en el periodo más duro del confinamiento, cuando sólo se permitían los servicios esenciales y la movilidad era mínima».

«Son animales que no viven lejos de nosotros, pero que normalmente no son visibles y en estas semanas sí lo han sido»

Antonio Lucio | Director General Biodiversidad

Para los amantes de los animales, ha sido «una oportunidad única en la historia de ver cómo se comporta la naturaleza cuando desaparece la actividad humana», resalta Felipe González, delegado de SEO Birdlife en Cantabria. Como otros animales, las aves están «muy pendientes de las personas» y han aprovechado la oportunidad de ocupar algo más de sitio. «Por ejemplo, en la marisma negra de Astillero ha estado un águila pescadora, un ave muy tímida». Los cantos de las aves, la banda sonora de esos primeros días de confinamiento y que la gente «ha descubierto, aunque siempre han estado ahí», han provocado un mayor interés por las actividades de SEO Birdlife, «con más visitas a nuestra web».

La inquietud de González con las aves es la de saber «qué pasará con las que han hecho nidos en zonas cercanas a nosotros. A ver qué pasa ahora», que habrá más actividad humana. Con jabalíes, corzos, venados o lobos, hay menos dudas. «Entendemos que ha sido una circunstancia momentánea. Y que no tendrá trascendencia en su comportamiento», comenta Antonio Lucio. «Habrá animales que han cogido una trayectoria e intentarán mantenerla, pero en cuanto nos vean o nos huelan...», concluye César Fernández. Cuando se consolide la libertad de movimientos de los humanos, los animales volverán a ser esos vecinos invisibles que sólo buscan comida y algo de tranquilidad.

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