La braña de la Virgen del Moral

Hay algo más que arroyos cantarines. Más que picos surgiendo entre la niebla. Hay algo más allá de los confines, donde la luz no rompe la niebla

Matilde Camus

Ala ermita del Moral se puede llegar desde la comarca del Besaya por el alto de Brenes, donde confluyen caminos desde Cieza o Los Llares. También desde Ucieda, aunque por un camino mucho más largo. Pero esta vez hemos elegido subir hasta la braña del Moral por la vertiente del Saja, por la ruta que parte desde Bárcena Mayor. Las suaves cresterías que hay por encima de este típico pueblo nos llevan hasta aquel punto donde, señalan las leyendas, un toro encontró la imagen de la Virgen escarbando con sus astas. Allí se levantó la ermita, en medio de un pastizal que hace de divisoria entre los municipios de Arenas de Iguña y Los Tojos. La propuesta de hoy es una ruta circular, sencilla y practicable casi todo el año.

Atravesamos Bárcena Mayor por la calle principal hasta el final del pueblo; después de pasar la última casa, a unos cincuenta metros, veremos a la izquierda una edificación en ruinas junto a un regato que baja del noreste. Ahí mismo parte a la izquierda una antigua cambera que subía hasta los prados de Alisas y zona del Moral. Al comienzo toma una dirección sureste, pero al cabo de unos minutos, cuando da una cerrada curva a la izquierda, va en dirección noroeste; entonces ya no tenemos más que seguir la vieja cambera, en algunos tramos muy deteriorada, pero preciosa entre robles, hayas, acebos…

Seguimos la cambera hasta que se convierte en casi un sendero. Cuando llegamos a un collado formado por las estribaciones del cueto La Guarda y la crestería de las Colladas, el collado Domesme, la ruta empieza a llanear. Continuamos el camino hacia el este-noreste hasta enlazar con la pista que va del Moral hacia Obios y los Cantones; al llegar a la misma, seguimos por ella a la izquierda, al norte, hasta llegar a las brañas que rodean la ermita del Moral, que tendremos a la izquierda de la pista.

Tras disfrutar de las vistas, de reponer fuerzas y del obligado descanso emprendemos el camino de regreso; desde la ermita desandamos un corto trecho del camino de antes hasta donde habíamos enlazado con la pista. Cuando tenemos a la derecha el cueto La Guarda, dejamos el camino en una curva bastante abierta y ascendemos al mismo campo a través por las brañas hacia la derecha.

Desde la cima descendemos también a campo través por donde mejor lo veamos, hacia el noroeste, hasta el collado antes mencionado. Una vez en él, ignoramos el sendero-camino por el que hemos subido y que dejaremos a nuestra izquierda, para seguir de frente por un sendero de ganado, al oeste ligeramente noroeste, hasta un próximo cueto, para seguir esta dirección por toda la loma adelante.

Esta sierruca, llamada Las Colladas, separa el arroyo Primavel y la Canal de Guzmeana, a nuestra derecha, al noroeste, de la cuenca del Lodar o Argoza y Bárcena Mayor, a la izquierda. Seguimos por todo lo alto casi hasta el final de la misma, e iremos fijándonos a nuestra izquierda para coger un sendero que desciende al sureste en diagonal, para más abajo convertirse en camino que va a dar a la entrada de Bárcena Mayor, muy cerquita del aparcamiento. Desde un rato antes vamos viendo la carretera y el pueblo de Bárcena.

u Otros datos. En todo el recorrido las vistas son preciosas y sobre todo desde la cima del Cueto La Guarda. En la subida, mientras seguimos la vieja cambera, podremos ver algunos ejemplares de robles y hayas de notable envergadura y belleza.

La ermita de la Virgen del Moral se encuentra en las brañas del mismo nombre a unos mil metros de altitud. La leyenda de su aparición es similar a otras muchas; en este caso fue un toro el encargado de encontrar su imagen a base de escarbar en el suelo con sus astas. Los vecinos se empeñaron en bajarla al valle, pero por tres veces volvió sola a las brañas, hasta que comprendieron que el deseo de la Virgen era permanecer allí.

Y Barcena Mayor, como ya hemos apuntado en anteriores ocasiones, merece una visita para recorrer sus callejuelas y reponer fuerzas tras completar la ruta.

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