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Rocío Jiménez
Martes, 6 de junio 2023, 21:42
Situado en el corazón del Parque Nacional de los Picos de Europa, en el concejo de Cabrales a unos 649 metros sobre el nivel del mar y rodeado por poderosas cumbres de 1.600 metros de altitud, está Bulnes, un pueblo fundado por ... pastores que destaca, entre otras cosas, por ser uno de los pocos pueblos de Europa al que no se puede acceder en coche. En este rincón asturiano llegaron a vivir poco más de 50 personas que subsistían gracias a la ganadería y a la elaboración del queso de Cabrales, pero en la actualidad cuenta con unos 20 vecinos que viven, principalmente, del turismo.
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Durante cientos de años 'la Canal del Texu' fue la vía de comunicación de este destino con el resto del mundo, un camino de cabras empinado con suelo rocoso calizo y zigzagueante con las aguas del río Tejo como telón de fondo sonoro, y a veces visual, al que las personas se adaptaban con prodigiosa naturalidad. Son cuatro kilómetros que se pueden realizar, en función del estado físico de cada uno, en una hora y media o dos. Desde el puente de la Jaya, situado al lado del cruce de Poncebos, hasta Bulnes hay más de 400 metros de desnivel con pendientes que llegan a alcanzar el 18%. Esta ruta por la que existía un escaso tráfico de humanos y mulas cargadas de víveres y enseres apenas tenía función alguna en invierno ya que quedaba oculta entre la nieve y se precisaba de un helicóptero para urgencias y necesidades vecinales.
Fue en 2001 cuando su comunicación mejoró con la llegada de un funicular, que sale desde el pueblo vecino de Poncebos –lugar en el que se puede dejar el coche– y recorre, por un sistema de tracción por cable sobre vía, una distancia de 2.227 kilómetros por el interior de la roca de La Peña Maín en apenas ocho minutos a 22 kilómetros por hora. Después solo hay que andar unos cinco minutos por un camino de tierra para llegar a las primeras edificaciones del lugar.
En temporada alta el horario es de 10.00 a 20.00 horas, mientras que en temporada baja es de 10.00 a 12.30 y de 14.00 a 18.00 horas. El precio del billete de ida y vuelta es de 22,16 euros.
Una vez se ha llegado a este rincón es momento de echar a andar para descubrir la autenticidad y magia que nos rodea. La entrada se realiza por su cementerio y la derruida casa rectoral. A un lado está la capilla de Nuestra Señora de las Nieves, restaurada en 2014, que guarda a su patrona cuya fiesta se celebra a principios de agosto, y la iglesia de San Martín, un templo con una única nave que forma parte del Patrimonio Cultural Asturiano. Si bien es cierto que aquí el visitante no encontrará grandes monumentos, lo que sí podrá hacer es desconectar y fundirse con el entorno natural del que presume.
El pueblo se divide en dos barrios, Bulnes de Arriba o del Castillo y Bulnes de Abajo o La Villa. La parte alta es la más antigua y en ella se pueden ver edificaciones tradicionales de piedra caliza con tejados rojos de arcilla y puertas y ventanas de madera, así como los restos de una torre de observación (de ahí lo de 'castillo'). Desde este punto se obtienen, además, unas vistas panorámicas excepcionales.
La zona más baja y más nueva es donde se concentran la mayoría de servicios turísticos y donde hay que hacer una parada obligatoria para probar la gastronomía típica de la zona capitaneada por el queso de Cabrales. Para pasar de una parte a otra hay que caminar por un sendero asfaltado y en pendiente de unos 500 metros.
Más allá de recorrer sus calles hay que acercarse al mirador de Bulnes, que situado a unos quince minutos del barrio de la Villa permite descubrir uno de los mil rostros del Urriellu. Los visitantes encontrarán aquí un panel explicativo para saber un poco más de este espectacular entorno.
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Además, desde aquí se pueden realizar varias rutas senderistas como la que lleva al Picu Urriellu, más conocido como Naranjo de Bulnes (2.519 metros) un recorrido histórico con interés de carácter geológico que recorre toda la antigua trayectoria glaciar más larga que hubo en los Picos de Europa.
El tiempo de ida y vuelta es de unas ocho horas y la dificultad media/alta. También se puede hacer el itinerario de dificultad media que lleva al Collado Cerredo superando unos 850 metros de desnivel, desde donde se puede disfrutar de toda la grandiosidad y salvajismo del bello caos geológico que constituyen estas montañas.
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