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Con el cambio de hora, los planes al aire libre se reducen porque anochece antes, pero viviendo en Cantabria podemos hacer una escapada a la vecina Burgos para descubrir numerosos destinos para los amantes de la naturaleza y para quienes quieran desconectar del día a día. Además de pueblos encantadores como Frías, Covarrubias o Crespos, la provincia que linda con Cantabria por el sur-este cuenta con 27 espacios naturales distinguidos como Zona de Especial Conservación (ZEC) y 11 zonas de Especial Interés para las Aves (ZEPA). Estas son las propuestas para disfrutar de la naturaleza en estado puro a muy pocos kilómetros de nuestra región:
Al noroeste de la provincia de Burgos, los cursos fluviales de Ebro y Rudrón marcan la orografía de un enclave singular y pintan una postal de inusitada belleza: un gran cañón, entre grandes cortados, salpicados de cuevas y formaciones kársticas. Para verlo, la mejor ubicación es el mirador de Pesquera de Ebro, parada fundamental en esta área. O el Pozo Azul, un manantial de agua cristalina en las cercanías de la localidad de Covanera, cuyas aguas coloridas en brillantes tonos verdi azules constituyen un pequeño paraíso escondido.
El complejo consta de 110 kilómetros de galerías, de las que solo se puede explorar una parte y siempre en compañía de un guía. Para el paseo no se exige gran fuerza física: solo ser mayor de 12 años y tener muchas ganas de adentrarse en la oscuridad, siempre en grupo, acompañados de profesionales y con todo el equipo necesario, para acceder a un mundo de historia y patrimonio natural que arroja mucha luz sobre lo que fue el mundo hace millones de años y los primeros pobladores de la Península.
Al noreste de la provincia de Burgos se abre el Parque Natural Montes Obarenes - San Zadornil, donde las montañas se elevan por encima de los mil metros y se multiplican las hoces, los desfiladeros y las gargantas tallados por los ríos Ebro, Oca y Purón. Este territorio rico y diverso, a caballo entre los climas atlántico y mediterráneo, es el lugar ideal para airear cuerpo y mente y desconectar a base de experiencias outdoor y hallazgos bonitos de pueblos y rincones.
Con sus 222 metros de altura es el salto de agua más grande del territorio peninsular: un verdadero show natural que alcanza su punto álgido en épocas de deshielo. Y si bien alcanzarlo es el «premio gordo» para una exploración natural, aventurarse por los caminos que llevan a él es ya de por sí un regalo.
Este parque natural, enclavado entre las provincias de Burgos y Soria, sorprende por la belleza de su paisaje e invita a recorrer a pie sus senderos y a disfrutar de su abundante y variada flora y fauna, entre la que se pueden encontrar desde buitres y águilas reales, a corzos y gatos monteses.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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