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«Y en noche sosegada/ cuando ensayan su olas mil querellas,/ con voz entrecortada,/ fingen tus aguas bellas/ un romance de espumas y de estrella».
Jesús CANCIO
Si en un día soleado o de mar tranquila un paseo junto a los acantilados es un lujo, ... hacerlo sobre la fácil ruta que proponemos para esta semana supone un extra: ientras caminamos desde Tagle por los acantilados de Ubiarco encontraremos bellísimos rincones como la misma playa del Sable, la ensenada de Santa Justa, con la ermita escondida en el anticlinal bajo los restos de las ruinas de la torre de vigilancia de San Telmo, las calas de los Cuadros, Higuero y Jarosa o la bella ensenada de Calderón, destino último de esta marcha. Y mientras hacemos el camino de ida tendremos en lontananza Picos de Europa y Peña Sagra; es un paseo, de apenas 12 kilómetros entre ida y vuelta, que nos ofrece un regalo para los sentidos.
Comenzamos a caminar retrocediendo unos 200 metros por la carretera por la que hemos venido y tomamos el primer desvío a la izquierda. Lo seguimos, primero por camino y enseguida por senda hasta llegar a ponernos sobre los acantilados y tener ya una buena vista hacia la punta Ballota al este, y hacia el oeste toda la costa y al fondo los Picos de Europa y Peña Sagra. Luego seguimos hacia el oeste, campo a través, lo más cercanos a los acantilados hasta regresar hacia la playa del Sable, en cuyo aparcamiento hemos dejado el vehículo. Continuamos en la misma dirección bordeando el arenal, y seguimos una senda junto al acantilado que nos conduce hasta las ruinas de la torre de vigilancia de San Telmo que vamos viendo desde que salimos de la playa.
Desde esa torre continuamos al sur hasta encontrar la senda que desciende a la ensenada de Santa Justa. No tardamos en llegar a un cruce en el que una senda a la derecha sigue hasta la recóndita ermita de Santa Justa casi escondida en el anticlinal, y la que sigue hacia el sur baja hasta la playa.
Una vez que hemos contemplado la ermita, retrocedemos al cruce para seguir descendiendo hasta la playa. Al suroeste de la misma, en una especie de miradores, buscamos la senda que sigue por encima de la ensenada y que continúa hacia el oeste. La seguimos durante unos dos kilómetros, hasta llegar a la ensenada de la Jarosa; en este tramo iremos por sendas y a veces campo a través lo más cercanos a los acantilados y por donde mejor lo veamos. No tiene ninguna pérdida si tenemos un poco de sentido común y un mínimo olfato de senderista.
Merece la pena detenernos a menudo a contemplar los bellos paisajes del entorno, sobre manera hacia el mar y hacia los Picos. En las inmediaciones de la ensenada de la Jarosa llegamos a una buena pista, apta para vehículos que viene del cercano Ubiarco. Seguimos esta pista hacia el oeste y a los 200/250 metros, en una bifurcación, ignoramos la pista que sigue a la izquierda; seguimos caminando algo más de un kilómetro y en la siguiente bifurcación dejamos la pista principal para seguir el camino de la derecha que en llano nos lleva al final de la ruta en unos 400 metros.
Acceso La salida de la A-67 hacia Polanco, Suances y Santillana nos lleva por la N-611 hasta Barreda, donde tomamos la CA-132 en dirección a Suances. Una vez allí continuamos por la CA-351; a la entrada de Tagle seguimos las señales hasta la playa y el aparcamiento de la misma.
Horario Entre 4 y 5 horas.
Desnivel Alrededor de 200 metros acumulados
Recorrido aproximado 12 kms.
Punto de partida Aparcamiento de la playa del Sable, 10 msnm.
Cota más elevada El Higuero, 80 msnm
Dificultad Ninguna.
Grado de dureza Suave.
Cartografía Hojas 34-I y 34-III a 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional (MTN)
Época recomendable Preferentemente entre noviembre y marzo en que el pasto está corto y no hacemos daño en los prados por los que pasamos.
Ubicación Municipio de Suances y Santillana del Mar.
Tipo de ruta Ida y vuelta. Al final, semicircular.
Nos encontramos en la ensenada o puerto Calderón, que según la tradición ya fue puerto en tiempos de los romanos y que hasta el siglo pasado fue utilizado para cargar el mineral de zinc de las minas de las inmediaciones. Retrocedemos hasta el anterior cruce y volvemos por la pista de la ida hasta la ensenada de la Jarosa. En ese punto decidimos tomar la pista que sigue hacia Ubiarco, hacia el este; en el primer cruce ignoramos la pista de la derecha y seguimos a la izquierda hasta el barrio de Trasvalle; a la entrada del mismo nos desviamos a la izquierda para descender al aparcamiento de Santa Justa. Desde allí retomamos el mismo itinerario que a la ida por la torre de San Telmo hasta el aparcamiento de la playa del Sable.
Otros datos. Recorrer de ida y vuelta estos seis kilómetros de costa es un auténtico placer, teniendo como fondo, en algunos tramos, a lo lejos Peña Sagra y los Picos de Europa y una gran extensión de costa. En el bello rincón de la playa de Santa Justa, en las inmediaciones de Ubiarco, se halla la ermita semirrupestre de Santa Justa, metida en la roca, con sólo dos paredes y un tejado a una sola agua; García Guinea la data del siglo XVI. Sobre la misma, en la pradera están las ruinas de la torre de San Telmo que, según los historiadores, sería una torre de vigilancia medieval. Se suele datar del siglo XIV.
En el extremo occidental de esta ruta encontramos la ensenada o puerto Calderón. Parece que tiene su origen en tiempos de la ocupación romana. Más tarde, en las edades Media y Moderna volvió a tener cierta importancia. Hoy en día está totalmente obsoleto desde la finalización de las pequeñas explotaciones mineras
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