Cuatro rutas para pasear por Cantabria

En Somahoz se encuentra la senda fluvial del Canal de las Tejeras. Un sendero lleno de saltos de agua y pozas entre el bosque del Monte Brazo desde el que se pueden visualizar los Valles de Iguña, Buelna y Anievas. Llegar al punto de partida es fácil. El sendero es sencillo, muy cerca de Los Corrales de Buelna. En Somahoz hay que atravesar un puente muy estrecho hacia el Barrio de San Andrés. Aquí se puede aparcar antes de coger la pista junto al río. La primera cascada está al inicio de la ruta. Poco después hay un bosque que va cambiando de especies hasta llegar a las hayas. Pasado el bosque se inicia el ascenso hasta lo alto del Monte Brazo donde está el refugio perteneciente al Grupo de Montaña Orza. Un buen lugar para parar a comer con vistas a los Valles de Iguña, Buelna y Anievas. A partir de este punto, comienza el descenso a través de una pista que nos llevará de vuelta al Barrio de San Andrés. La ruta discurre por pistas y senderos. Son algo menos de 9 kilómetros y el tiempo invertido en hacerla ronda los 4 kilómetros.

Es una ruta circular que comienza en San Vicente de la Barquera y pasa por la playa de Fuentes (3,8 km), el mirador Ensenada de las Fuentes, la cueva del Culebre (5,1 km) y las ruinas ermita de Santa Catalina. La primera parte del recorrido transcurre entre pastizales. Una vez en la costa hay que seguir las marcas de sendero de pequeño recorrido (amarillas y blancas). Tras este tramo, prácticamente llano, poco a poco el sendero coge altitud hasta llegar a la punta del Fraile, desde donde hay unas impresionantes vistas hacia la playa de Fuentes. Y desde este punto, se inicia el regreso a San Vicente por pistas y algunos tramos de carretera, ya más en el interior.

El paseo comienza en el pueblo de Lamiña. En el primer tramo, la ruta se desarrolla por una zona en la que se alternan praderías, setos y bosques. Tras un kilómetros de camino se llega a la ermita de San Fructuoso. Dos kilómetros más adelante se encuentra al cruce del camino de Barcenillas. Hay que ir en dirección sureste, y unos metros más adelante, tras pasar un paso canadiense, hay que abandonar la pista en el lugar señalizado y adentrarse en el bosque hasta el río cuyo cauce hay que seguir hasta llegar a la confluencia de los arroyos Moscadoiro y Barcenillas, donde se encuentran las cascadas. El camino está balizado y el regreso se puede hacer por el mismo sendero, o continuar -pasadas las cascadas- por un sendero ascendente que llega a la pista a 550 metros de distancia de donde partimos.

El paseo se inicia en Puente Viesgo, junto a su curiosa iglesia noerrománica, una de las escasas muestras de este estilo en Cantabria. A la izquierda queda el ayuntamiento y a la derecha los jardines del hotel-balneario. Avanzando por el paseo nos encontramos con la antigua estación, actualmente acondicionada como pequeño museo. Después hay que cruzar la carretera que conduce a Corrobárceno, Penilla y El Soto, más o menos paralela al camino y al río Pas. Un rato después llegaremos a Corrobárceno, barrio de Puente Viesgo situado a nuestra izquierda, quedando a la derecha un bonito parque sobre la orilla del río, con chopos, mesas y bancos, papeleras, fuente, un parque infantil... Siguiendo la ruta se alcanza un puente y el convento de la Virgen del Soto, patrona del Valle de Toranzo. Su torre constituye una de las siluetas más características del valle.