Subimos a La Cuera, un punto estratégico y el mejor mirador de Cantabria

Al inicio del barranco y de la marcha se alza una peña cubierta de encinas y eucaliptos, en la que se abre la cueva de Hornos de la Peña. En su interior se localizaron grabados prehistóricos similares a los de Puente Viesgo. Abarcan un período entre los años 18.000 y 13.000 a. c. A esta última época (magdaleniense) corresponden las figuras interiores (www.culturadecantabria.com).

Las encinas sombrean el aparcamiento de la cueva, donde comienza la caminata. La pista de grava sigue el curso de río Tejas, transparente, bordeado por vegetación de ribera. Deja atrás una cabaña y se adentra en el barranco. La arboleda se espesa. Destacan robles de dimensiones considerables, castaños, avellanos, fresnos.... Pájaros y la presencia furtiva de ardillas y corzos nos animan mientras vamos hacia el fondo del barranco (0h.40«). Curva y puente que permite cambiar de orilla. Otra senda que desechamos sigue de frente. Se interna en la espesura y remonta hasta el collado de La Corba y a Quintana.

Continuamos ladera arriba protegidos por el bosque, hasta alcanzar terreno abierto y un paso canadiense (1h.00«). A la izquierda hay una cabaña habitada. Vemos caballos, ovejas y vacas tudancas de capa oscura y cuernos imponentes. Otros setecientos metros más de camino en ligero ascenso llevan a un pinar y una bifurcación. Por la derecha, la pista, polvorienta o embarrada, sube a una gran vaquería y enlaza con el cortafuegos que termina en las argomas de la base de La Cuera.

Es más sencillo seguir la pista principal unos trescientos metros hasta un rellano (1h.20«). Empieza la cañada (huellas de ganado y rodadas de todoterreno) que remonta al collado de Cercas. Es un tramo de un kilómetro, pendiente y exigente, que sube por el prado y nos deja en la braña (1h.50«).

Estamos arriba. Vamos (dcha.) por la pista que sube por las suaves brañas que rodean la cima de Las Cercas (1h.55«), mirador del campamento romano de Campo Las Cercas (letreros). Las piedras de la base de la empalizada y foso (rellenado) delimitan una superficie de 18 hectáreas donde ahora pacen caballos, ovejas y vacas tudancas. Los historiadores estiman que fue base de dos legiones (unos 12.000 soldados) desembarcadas en Suances o en Santander durante las Guerras Cántabras. A pesar de que sus dimensiones, es difícil de apreciar.

Bajamos a La Collá (2h.05«). Una cabaña en mal estado puede servir de refugio. Enfrente aparece La Cuera. Un pinar batido por el viento y el fuego ocupa su flanco izquierdo. Vamos por el centro, en paralelo a una franja de argoma crecida. Salvamos zanjas y tapias derruidas, para enfrentamos al último trecho, que exige un esfuerzo. Un poco antes de la cumbre, hacia la izquierda, está la fuente del Cecio. La cima, techo del municipio de Puente Viesgo, es amplia y herbosa, con un vértice en el centro (2h.35«).

Es un punto estratégico, un magnífico mirador de Cantabria. Además de Dobra, Santander y el Cantábrico, Cildá, Mozagro, Pico Ibio... se ven las montañas pasiegas, desde Porracolina hasta el Castro Valnera y Cotero. También los dosmiles del Alto Campoo, Peña Sagra y al fondo (O), los Picos de Europa. Volvemos por el camino de subida (4h.30«).