El emblemático alto de El Vivero, un balcón para ver la salida del Tour en Bilbao

El sábado 1 de julio está marcado a fuego en las agendas de los amantes del ciclismo, sobre todo de el País Vasco. Ese día parte de Bilbao el Tour de Francia. Solo en otra ocasión este acontecimiento deportivo de escala planetaria había comenzado en tierras vascas, en 1992 en San Sebastián. Pues bien, el recorrido que aquí sugerimos es ideal para presenciar el paso del pelotón por uno de los puntos clave y el más elevado de esa primera etapa de la ronda gala, el emblemático alto de El Vivero.

El área recreativa de El Vivero se encuentra a mitad de la ruta, una circular de 11 kilómetros que sube desde Etxebarri hasta el Ganguren. La cumbre ofrece desde sus discretos 477 metros una generosa panorámica sobre el 'Botxo', las localidades vecinas y el valle del Txorierri. En lo alto y a lo largo del camino, la vista se extiende desde más allá de Arrigorriaga hasta El Abra. Galdakao, Etxebarri, Basauri, Lezama con el inconfundible arco del viejo San Mamés, el seminario de Derio, el aeropuerto… Alrededor se yerguen, entre otros, el omnipresente Ganekogorta, Pagasarri, Malmasin, Sollube, Jata, Udalaitz y Mugarra.

El trayecto arranca en el aparcamiento junto al polideportivo. Subimos por la pronunciada carretera que flanquea la tapia izquierda del cementerio durante algo más de un kilómetro, hasta una pista de tierra que sale a la derecha. En ella podemos ver ya, pintadas en la raíz de un pino, una franja azul y una roja superpuestas, itinerario balizado por Ganguren Mendi Taldea que nos acompañará buena parte de la ruta. Nada más adentrarnos en el camino, tomamos la bifurcación de la derecha y la seguimos hasta una pista de hormigón. A partir de aquí, los postes informativos nos guían hacia El Vivero-Elorritxueta, que alcanzaremos tras cinco kilómetros de caminata.

En este punto acaba el viaje para los que suban solo a ver el Tour, pero ya que hemos llegado hasta aquí, compensa el esfuerzo de continuar hacia la cima del Ganguren sin perder de vista las rayas azules y rojas pintadas en árboles, piedras y postes eléctricos.

Para bajar de nuevo hacia Etxebarri, tras disfrutar del paisaje desde la cumbre, no hay más que continuar al cordal en dirección a Bilbao y luego descender hacia el hospital de Santa Marina y el punto de partida.

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