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En el corazón de los Valles Pasiegos, en Borleña, se encuentra una ruta es una de las rutas de senderismo más fáciles que puedes hacer con niños en Cantabria. El recorrido desde aparcamiento situado junto al Parque de Borleña, lugar apropiado para estacionar el vehículo y comenzar a pie. Su acceso se encuentra en el cruce de la N-623, a la altura del propio núcleo de Borleña.
La cascada del Churrón de Borleña permite conocer un fenómeno natural que raramente se puede observar en lugares tan accesibles como éste: las formaciones tobáceas. Geológicamente, la mayor parte del municipio de Corvera de Toranzo está compuesto por roca caliza (formada mayoritariamente por carbonato cálcico, CACO3), que se disuelve por la acción del agua y el anhídrido carbónico presente en la atmósfera, produciendo formas del relieve muy típicas conocidas como formaciones kársticas. Cuando el agua de lluvia entra en contacto con la roca, a la vez que la disuelve se infiltra en ella.
Indicador que encontraremos en el pueblo según empezamos el recorrido.
La ruta transcurre en un bello entorno de naturaleza
Durante el otoño, el camino está inundado de hojas.
En cada paso de esta ruta se descubren paisajes llenos del encanto de la propia naturaleza salvaje, como este árbol caído que cruza el camino.
Los bosques de ribera son bosques caducifolios.
Esta ruta es muy fácil para iniciarse en el senderismo o para, incluso, ir acompañado de niños.
En este punto, el bosque se vuelve denso y comienza el paseo hasta el Churrón de Borleña
Tras cruzar un pequeño paso de piedras nos encontramos el Churrón de Borleña, aunque en este año las pocas lluvias no lo hacen tan espectacular.
Los visitantes pueden entrar hasta el salto de agua y observar el bello enclave.
En invierno es cuando más caudal y vistosidad tiene el Churrón de Borleña, que es una roca sedimentaria muy porosa formada por la acción del agua en los paisajes de roca caliza (Kársticos).
La imagen actual de estos días en los que es evidente la escasez de agua.
Tras visitar ambos churrones, sólo queda regresar hacia Borleña. Primero, cruzando el bonito avellanar, y luego a lo largo de la pista forestal que, sin pérdida, nos dejará nuevamente en Borleña, dando por finalizada la ruta.
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