Por la linde entre el Miera y el Pas a través de los picones de Sopeña

La crestería caliza que cierra por el este el valle de Carriedo, y que es conocida como los picones de Sopeña, bien es digna de ser recorrida. Compuesta por varias cumbres, todas ellas con alturas en torno a los 1.200 metros −entre las que destacan Coteru Teju, Picón de la Bayorga, el Alto de Sopeña o la cumbre de la Zamina, que da nombre al hayal que se extiende por su ladera oriental−. Todas ellas forman un hermoso cordal que hace de divisoria entre las cuencas del Pas y del Miera.

Comienza nuestro recorrido unos metros antes de alcanzar el Alto del Caracol, en una pista a nuestra izquierda donde existe un refugio para el ganado (440840/4785775) y que se introduce entre las cumbres del Mojón y del Caracol. Comenzamos a caminar por ella y en 450 metros dejamos un primer desvío a la izquierda, que nos conduciría hasta La Concha.

Continuamos ascendiendo por la pista principal ignorando varias entradas que conducen hacia cabañas hasta alcanzar en 1,75 kilómetros un camino (440988/4784326) que va hacia la izquierda y que en caso de seguirlo nos llevaría hasta el hayal de la Zamina. Continuamos de frente y en pocos metros alcanzamos el Alto del Tejuelo y la cumbre de Coteruteju (1051m) (440779/4783696), donde encontramos una antena y un vértice geodésico que señala la cumbre.

Continuamos de frente, por debajo de la antena, dejándola a nuestra derecha, por un camino que se convierte en sendero y que en un kilómetro alcanza el collado de Cerro Crespo (998m) (441495/4783015). Tras superarlo hemos de dirigirnos hacia las paredes rocosas de los picones de Sopeña que tenemos frente a nosotros, para lo cual ascendemos por una cuesta de hierba hasta alcanzar las primeras crestas calizas de los picones de Sopeña. Las superamos hasta llegar a un grupo de cuatro cumbres el picón de la Bayorga Honda (1131m) (441853/4782698).

Desde aquí tenemos una espectacular caída hacia el oeste con el nacimiento del río Pisueña, Selaya y Villacarriedo a nuestros pies. En este punto tenemos la opción de continuar cresteando hacia el sureste y alcanzar el Portillo del Ocejo (443050/4780005) y desde él bajar a la carretera de lunada, aunque esta opción es larga y se hace por terreno bastante agreste, obligándonos a contar con un vehículo de apoyo.

Nosotros optaremos por volver hasta el collado de Cerro Crespo desde donde, campo a través, descenderemos hacia la derecha hasta alcanzar un ancho camino (441742/4783443), que por la derecha nos conduce hacia el bello paraje del Hayal de la Zamina y por la izquierda nos saca a la pista por la que hemos venido. Seguiremos descendiendo por ella y en dos kilómetros alcanzaremos de nuevo el punto de partida.