Liébana, lugar de leyendas y Reconquista

Iniciamos la ruta en Camaleño para seguir por la margen derecha del Deva sobre una pista asfaltada: el antiguo camino de Subiedes que fue asfaltado en el verano del 2013 por si el argayo de Sebrango seguía avanzando, llegaba hasta la carretera CA-185 y había que desviar el tráfico por ese camino. Seguimos esa pista hasta Los Llanos, tocamos la CA-185 unos metros y tomamos un camino que sale a la izquierda, antes de llegar al barrio de San Roque; continuamos hasta llegar al camino que viene, por la derecha, del barrio de Bárcena.

Lo seguimos a la izquierda hasta llegar a una portilla canadiense y bifurcación; seguiremos de frente, el camino de la izquierda. A partir de ahí desechamos cualquier desvío, cruzamos un pequeño regato y más adelante un segundo pequeño arroyo, la riega del Aguasayo, y alcanzamos unos prados ya perdidos. Los atravesamos para seguir hacia el noreste por una amplia valleja entre robles y alcanzar la Collá Pedro González, el cierro que separa los pastos del concejo de Baró de los de Los Llanos. Al llegar al cierro retrocedemos al oeste y por su parte izquierda, hasta llegar a Cabezo Castillo; ahora, la alambrada ha complicado un poco el acceso a la cima, pero merece la pena llegar. Las vistas compensan ese pequeño esfuerzo.

Desandamos de nuevo hasta el collado mencionado y llegamos hasta el cierre de la alambrada, cruzamos hacia el este y alcanzamos un prado ya perdido a nuestra izquierda. Desechamos el desvío que sube a la derecha y comenzamos a descender bien por el camino o a derecho, por la valleja que va a Brañes, donde se encuentra un invernal, una tenada y, más al oeste, una cabañita.

Al norte de la tenada (corralada para el ganado del pueblo), parte el camino en descenso, bastante pendiente en algunos trechos; en la primera bifurcación seguiremos de frente, desechando el desvío de la derecha. Tras dejar unos prados a la derecha entre montes, llegaremos a un invernal junto al camino, a la izquierda. Continuamos bajando por este camino hasta llegar, a un kilómetro y pico, a otra bifurcación; tomamos el camino de la izquierda, dirección oeste, y llegamos a Camaleño.