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Vista desde la Brecha al amanecer.

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Vista desde la Brecha al amanecer. J. Garay

Una noche a 3.000 metros de altura en los Pirineos

Subimos al Taillón y dormimos en la Brecha de Roland, uno de los enclaves más conocidos y bellos de la cordillera pirenáica

Jon Garay

Sábado, 28 de septiembre 2019

Son las 23.02 de la noche. Ahora ya las 23.03. Se oye el ligero rumor del discurrir de un pequeño riachuelo. Por lo demás, el silencio es absoluto. El cielo luce estrellado. Ni una nube. Estamos embutidos en los sacos de dormir en ... un recoveco en la roca a 2.850 metros de altitud. A apenas unos pasos, unos 20 metros o quizás menos, a la izquierda, se encuentra uno de los lugares más conocidos e impresionantes de los Pirineos, la Brecha de Roland, un enorme tajo en la montaña de 100 metros de alto y 40 de ancho que permite el paso desde Francia a España. Bueno, quizás sea mejor decir que de España a Francia. Según una preciosa (y lúgubre leyenda), fue Roland, el valiente sobrino de Carlomagno, el que abrió esta enorme hendidura en la montaña cuando ya agonizante tras la batalla de Roncesvalles trató de lanzar su imponente espada, de nombre Durandarte, hacia su tierra natal. Tres veces lo intentó sin lograr su objetivo hasta que en su último esfuerzo la arrojó con tal fuerza que logró partir literalmente la montaña.

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