Un paraíso llamado Infierno

Iniciamos la marcha saliendo de Viaña hacia el este dejando la iglesia y la bolera a nuestra izquierda y en descenso llegamos hasta el arroyo de Viaña; si trae mucha agua no podremos cruzarlo y retrocederemos bordeando una casa restaurada para cruzar por el puente y seguir de frente, ignorando el desvío a la izquierda que encontraremos tres minutos después de pasar sobre el arroyo.

Seguimos la amplia pista y dejamos a nuestra derecha una cuadra grande construida recientemente. Seguimos la pista por la margen derecha del arroyo Viaña, atentos a desviarnos en algún momento para contemplar alguna cascada. Por ejemplo, al llegar al primer prado que encontraremos a nuestra derecha nos metemos a la derecha y seguimos una sendita para ver dos preciosas cascadas.

Volvemos a la pista por el mismo recorrido y bordeamos el prado por la izquierda. Vamos a ir muy atentos porque poco después dejaremos la pista que sube a unos invernales y nos desviaremos a la derecha por una vieja cambera que ya nos llevará sin pérdida ninguna hasta el final, hasta el llamado Pozo del Infierno, donde tenemos tres hermosos saltos de agua.

A lo largo de todo el itinerario se aconseja ir con el oído atento y, de vez en cuando, desviarse del camino para acercarnos hasta el arroyo con el fin de contemplar alguna cascada y volver de nuevo a la senda.

Así llegaremos hasta nuestro destino. Allí encontraremos para nuestro disfrute dos preciosas cascadas: una a la izquierda y, si el agua nos permite cruzar el cauce, luego nos acercaremos a la de la derecha, que baja del arroyo Cervatillo. Retrocedemos de ambas caídas de agua unos 25 metros y, a la derecha de un roble que a su vez tenemos a la derecha un poco más arriba del camino, buscamos una sendita que nos lleva hasta la cascada del Pozo del Infierno -curioso nombre para tal paraíso-. Merece la pena contemplarla, pero ojo con la senda, que casi se pierde, es aérea y una caída desde aquí podría resultar fatal.

El descenso y regreso hasta el punto de partida lo haremos por el mismo itinerario durante unos veinte minutos para luego tomar a la derecha el camino que sube un poco hasta llegar a unos prados con un invernal que dejaremos a la derecha. A partir de ahí continuamos por la pista buena que, ya sin pérdida nos vuelve a llevar a Viaña.

Como advertencia cabe recordar que en temporada de invierno o tras época de lluvias, algunos tramos del itinerario suelen estar muy embarrados, por lo que, si se tienen, se recomienda calzar botas de goma.