Un recorrido por los alrededores de Ruente entre robles y hayas

La marcha no presenta dificultades técnicas para personas avanzadas en el monte, aunque hay alguna zona en la que los senderos pueden estar algo escondidos entre la vegetación. Sin embargo, una vez en ruta se atraviesan bien si se presta atención.

La dificultad de esta ruta es moderada por la distancia a recorrer y el desnivel a salvar. En total el recorrido fueron 19,41 kilómetros y el desnivel alcanzó en algunos tramos los 647 metros. De todas formas, un consejo, si la ruta es demasiado dura se puede acortar y aparcar el coche en vez de en Ruente, tres kilómetros más adelante.

La mayor parte de esta ruta es por pistas y tan sólo el tramo para ver los árboles singulares se adentra en el bosque. Si se sigue el camino se llega hasta el lugar donde nació y murió el 'Cajigo del Cubilon'. En la zona del Collado de Monte Aá, se sigue un estrecho sendero señalizado que llega hasta una zona con diferentes árboles catalogados dentro del inventario de árboles singulares de Cantabria. Se trata de espectaculares ejemplares de roble y haya.

En el Collado de Monte Aá, las vistas son espectaculares. Esta zona está habitada por aves como el azor, el gavilán, milano negro, ratonero común, el cernícalo vulgar, el pájaro carpintero y otras aves forestales. Mamíferos como el corzo, el ciervo o el tejón y carnívoros como la marta o el turón., que ofrece unas vistas espectaculares.

Una vez en el alto comienza el regreso y si el tiempo lo permite la recomedación es comer en el pueblo de Barcenillas, buena comida y a un buen precio.