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I. M. M.
Viernes, 6 de marzo 2020, 19:54
Las sierras litorales de la costa oriental de Cantabria, entre las que sobresalen Breñas y La Alcomba, presentan extensas formaciones kársticas: lapiaces, torcas (simas) y dolinas, que conforman una morfología agreste que complica los desplazamientos por su interior. Candiano corona las Breñas, uno ... de los mejores miradores del curso final del río Asón, y el hosco Rubrillo o Montes del infierno se eleva como un faro en el extremo más elevado de La Alcomba. Desde su vértice hay una gran vista de los picos de San Vicente y Ancillo, sobre Ramales de la Victoria.
La marcha comienza muy arriba, en las Casas de Alcomba, a 550 metros sobre el nivel del mar. Antiguamente Rubrillo quedaba aún más lejos. Había que subir desde los 90 metros del valle, por Mentera y Barruelo hasta Alcomba. Una verdadera paliza. Ahora el coche facilita la marcha. Tras pasar Casas y antes de llegar a la ermita de San Bernabé, cuando la cima destaca a nuestra izquierda, ganamos unos metros hasta una vaquería cerrada, donde aparcamos. Un letrero señala la ruta al 'Mirador de 14 canales'.
Ya a pie, seguimos en esa dirección hasta un cruce (0h.07«). Hay un depósito. A la izquierda queda un pozo lleno de agua. Los mapas aseguran que en punto hay una fuente. No conseguimos localizarla. De allí sale una antigua pista minera reforzada para camiones que trepa a media ladera. Es muy pendiente y atraviesa una pedrera descarnada, sin árboles. Tampoco se ven hitos.
Rubrillo / Rubrillu. 911 m. (UTM:30T 460139.89 E, 4793744.42 N)
Cómo llegar. A-8, Colindres. N-629 a Ramales. Desvío S-530 a Arredondo y 3,5 km. al cruce subida a La Alcomba (5 km).
Cartografía: Mapa 60-I (Ramales), 1:25.000, del IGN. Valmaseda (20-5) (60), SGE.
Horario: 2h.35« (1h.15» de ascensión).
Desnivel positivo: 365 m.
Finalmente alcanza el collado (0h.44«/768 m). La pista comienza a perder altura hacia la dolina del Hayal de las Cornejas. Unos 'cairns' (mojones) marcan (derecha) la ruta hacia Rubrillo. Es un camino fácil de seguir, que zigzaguea por la garma hasta un collado. La cima queda a la derecha. A la izquierda se abre un gran colina salpicada de hayas. En las laderas se aferran algunos tejos. Seguimos caminando hasta avistar un monolito calizo en forma de seta (1h.00«/830 m).
El vértice se hace visible frente a nosotros. Nos aproximamos hacia él (izquierda) por terreno más complicado. Hay que superar lajas que cortan como cuchillos, sortear varias torcas y pisar siempre con cuidado por terreno traicionero hasta coronar la cima (1h.15«/911 m). Es herbosa, ancha y está ocupada por un vértice geodésico en mal estado. Cierra por el Norte el valle de Ruesga y cuelga sobre el barranco del Asón. A 14 kilómetros se divisa la bahía de Santoña. Cuentan que su cumbre era una referencia para los marinos en apuros, que en medio de la tempestad intentaban superar la barra de Laredo.
Se debe volver por la misma ruta. No hay que caer en la trampa de improvisar y bajar a la tentadora dolina de Verganzo. Salirse del camino es complicar la excursión. Perdemos altura hasta el monolito y ya por ruta conocida retornamos hasta el coche (2h.35«/550 m).
Otra opción es subir por el puerto de Campo El Hayal (435 m.), en la carretera entre la Bien Aparecida y Voto. Desde allí un sendero bien indicado conduce a la hoya de Monticueva (550 m). Continuamos hasta las cabañas y fuente de Sotombo (680 m) y desde este paraje se encara sin sendero claro la trepada por la garma a Rubrillo. Muy complicada.
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