De ruta por el sur de Cantabria

En este auge del senderismo y de los deportes al aire libre vienen colaborando desde hace años los ayuntamientos campurrianos, inmersos en acondicionar, señalizar y promocionar innumerables rutas, en su mayoría homologadas. Tanto los espacios de mayor interés paisajístico o natural, como los bosques y montañas o los cauces de los ríos, vertebran estas rutas por las que a lo largo del año y especialmente los meses de verano transitan numerosos ciclistas y senderistas.

Empezando por el GR-99, el Camino Natural del Ebro, que en sus primeras etapas discurre por Campoo, antes de adentrarse en Burgos, y siguiendo por los PR, senderos de pequeño recorrido, o los SL, senderos locales, la oferta abarca infinidad de propuestas y dificultades según el tiempo disponible, los gustos y, por supuesto, el estado de forma. Las hay que recorren el pantano del Ebro por sus dos orillas, que se adentran en el Monte Hijedo, que acercan a quienes los recorren por los menhires de Valdeolea, que unen el Santuario de Montesclaros con Aldea de Ebro, que descubren el nacimiento del río Besaya, que permiten disfrutar de ruinas romanas o de templos románicos y que ascienden a los techos de la comarca, los picos de la Herradura de Campoo, en el municipio de la Hermandad de Campoo de Suso, un ayuntamiento que en los últimos años ha hecho un importante esfuerzo para rehabilitar sus cabañas, enclaves estratégicos para disfrutar de infinitos paisajes. Objetivos similares a los de Valderredible o Valdeolea, el primero infinito en cuanto a propuestas naturales y patrimoniales y el segundo volcado en el senderismo y especialmente en la bicicleta de montaña, gracias a la puesta en marcha del Centro BTT de Mata de Hoz.

Por estos senderos, los del sur de Cantabria, discurren precisamente algunas de las rutas guiadas que el CIMA, mediante sus centros de visitantes (Fontibre, Corconte, Pesquera, Riopanero y La Puente del Valle) y a través del programa Provoca, desarrolla a lo largo del año y, sobre todo, en verano, por la comarca campurriana.

Hace unos días El Diario acompañó a uno de estos grupos en su ruta por una de las nuevas propuestas planteadas para este periodo estival. Un recorrido circular guiado por Vanesa Cabuérniga, del Centro de Visitantes Monte Hijedo y que, partiendo de Aldea de Ebro (Valdeprado del Río), discurrió por parte del GR-99 entre rebollos y hayas para llegar a Loma Somera (Valderredible) y disfrutar allí de La Piruta, un gran roble centenario situado en la parte alta del pueblo. El regreso a Aldea de Ebro se realizó bordeando las faldas del Bigüenzo y atravesando pastizales y bosques. Un recorrido de gran belleza, en el que prima el silencio y la naturaleza en una de las zonas mejor conservadas de Valderredible.

Sobre estos valores naturales insistió Cabuérniga a los senderistas, destacando los diferentes tipos de bosque, las particularidades de robles y hayas, la importancia del río Ebro como eje vertebrador, así como la fauna existente en esta zona del sur de Cantabria.

«Me apetece mucho hacer esta ruta. Yo vivo en Castro Urdiales y me resulta difícil acudir a las diferentes actividades que se promueven desde Provoca, la mayoría me pillan lejos, por lo cual cuando me desplazo aprovecho para pasar el fin de semana y realizar varias actividades», aseguraba antes de iniciar la marcha María José Patiño, una enamorada de Campoo, de su paisaje, su patrimonio y su fauna.

Una opinión similar a la de Angélica Irigoyen, de Pontejos, que se informa de estas actividades a través de la Fundación Naturaleza y Hombre. «Recientemente he realizado la ruta de Pesquera a Bárcena por el Camino Real y me ha encantado. Estoy descubriendo la comarca campurriana y me gusta mucho lo que ofrece».