![El grupo de Peñas Arriba en la cima del Vallegrull.](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201911/29/media/cortadas/ruta-valderejo%20(2)-kxoC-U90831775153cTH-624x300@Diario%20Montanes.jpg)
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Una treintena de animados montañeros del grupo de senderismo Peñas Arriba de Santander, capitaneado por nuestro compañero Tomás Fernández Agüero -que hizo de guía-, partimos en autobus desde la capital cántabra hasta la localidad burgalesa de Rufrancos, perteneciente al valle de Tobalina, desde donde fuimos a conocer un bello rincón desconocido por muchos del grupo.
El Parque Matural de Valderejo es una extensión de 3.496 hectáreas y está situado en el extremo oeste del municipio de Valdegovía, en la provincia de Álava. Limitado por las sierras de Anderejo y Peña Gobea, se adentra tanto en el noreste burgalés como por la parte castellano-leonesa (montes obarenes), siendo administrado por la diputación foral de Álava.
Para poner en contexto donde nos situaremos, geográficamente destacan los escarpes rocosos de Recuenco (Peña Gobea), Vallegrull (sierra de Anderejo) y Santa Ana que rodean al pequeño valle del río Purón, donde el desfiladero y la cascada son de gran belleza para los sentidos. El parque natural alberga una gran diversidad faunística como el gato montés o el peculiar piquituerto (un pájaro pequeño de pico grueso y cuyo sonido no dejábamos de escuchar mientras caminábamos), o aves como el águila real o el alimoche, aunque el protagonista es el buitre leonado con la mayor colonia de la comunidad autónoma vasca.
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También destacar los densos bosques que crecen en las laderas de las montañas, que son de pino silvestre, encinas y hayas. Y cuatro pueblos a mencionar dentro del parque: Lahoz, Lalastra (donde está el centro de interpretación del parque), Ribera y Villamardones, estos dos últimos abandonados desde hace más de dos décadas.
Salimos de Rufrancos cogiendo la pista principal que sale a la derecha, dirección sureste y que va girando al norte. El día de nuestra ruta hace una mañana otoñal con buen tiempo y algo de viento Sur. Por el camino nos encontramos con unas cuantas nueces y con ellas en nuestros bolsillos nos situamos pronto en la ermita de la Virgen de Calleros, donde degustamos unas cuantas en una pequeña área recreativa al lado de la ermita rodeado de fresnos, nogales y chopos.
Proseguimos por el barranco de Palacios y, tras pasar dos puertas metálicas, nos encontraremos con el letrero de la entrada al Parque natural de Valderejo. Continuamos de enfrente y nos topamos con un cruce, cogiendo la pista de la derecha nos llevará un kilómetro de subida muy pindia al collado del Acebedo, donde nos reagrupamos.
Giramos a la izquierda (norte) por un sendero marcado con cintas en los árboles e hitos durante la subida, y tras otro kilómetro de ascensión, llegamos al collado de Vallegrull (1.224 metros) la cota más alta de la sierra de Anderejo. Un balcón asomado a un espectacular barranco abierto en dos como una cicatriz y en la que había que extremar mucha precaución para no caer por un despiste.
Las vistas desde allí son bien bonitas con Lalastra, Lahoz y la ermita de San Lorenzo, patrono del valle de Valderejo y que vela por el bienestar de sus habitantes desde las alturas de la sierra de Anderejo.
Tras dejar Vallegrull algunos optaron por visitar la ermita de San Lorenzo. Así que la mayoría bajamos por una pista entre bosques de hayas -cuyas hojas destilaban una coral belleza en otoño- para llegar al pueblo abandonado de Rivera, donde contemplamos la iglesia románica de San Esteban Protomártir del siglo XIII. Famosa por un retablo expuesto en un museo de Vitoria y unos frescos góticos descubiertos en los años ochenta, todo pendiente de restauración.
Después de reagruparnos en Ribera, bajamos por un camino escarpado y nuestro siguiente objetivo fue el desfiladero del río Purón, la 'joya' del parque. Caminamos siguiendo el cauce del río, cuya cuenca está asentada sobre calizas dolomíticas por las que la madre naturaleza ha esculpido un camino con numerosas cavidades y que nada tiene que envidiar a otros desfiladeros de renombre como los del Cares o las Xanas. Nos tropezamos con otros senderistas de todas las edades, niños y mayores.
Ya nos vamos acercando a nuestro destino final que es el pueblo de Herrán, allí nos espera el autobus y la sensación de haber conocido una ruta que nos perdurará en el recuerdo.
Distancia total: 19,30 kilómetros.
Desnivel positivo: 680 metros.
Desnivel negativo: 760 metros.
Altura máxima: 1.224 metros.
Altura mínima: 576 metros.
Apúntate: Si queréis acompañarnos a nuestra próxima ruta, pinchad aquí
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