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Las Pintas es una mole de piedra caliza de color blanco, salpicado por pequeñas manchas oscuras compuestas de matorrales de sabinas y gorbizas, de ahí su nombre. No se trata de una única cumbre, si no que está formada por tres cumbres: Pico de ... Salamón (1985 m) (también llamado Peñas Pintas) al O, Pico de Las Salas, o del Medio (1958) y el Pico de Huelde (1975 m).
Desniveles: Subida acumulada: 1008 m. Bajada acumulada: 1008 m.
Distancia estimada: 11,0 km, con las siguientes distancias parciales: Las Salas a Los Collaos, 2,6 km; a La Traviesa, 0,6 km; al Pico de Huelde, 1,8 km; al Pico Las Salas, 0,6 km; al Pico de Salamón, 0,4 km; a La Traviesa, 1,8 km; a Los Collaos, 0,6 km; a Las Salas, 2,6 km.
Duración previsible: 6 horas
Dificultad: Dura y bastante difícil, ya que parte del recorrido tiene grandes pendientes, por caminos difíciles de seguir y la subida al Pico de Salamón se hace por una arista con fuertes caídas a ambos lados.
Las Pintas es la montaña por excelencia de Las Salas, su símbolo principal. Por eso subir a su cumbre es una excursión obligada para todo el que se considere amante de la zona. En la cumbre del Pico de Salamón hay una imagen de la Virgen de Roblo, patrona de Las Salas, Salamón y Valbuena y demás pueblos del Valle del río Dueñas. Junto a la Virgen hay dos placas conmemorativas y un pequeño altar labrado en la roca caliza en el que se han celebrado muchas misas el día 15 de agosto, día de clásica romería de subida todos los años desde Las Salas.
Se sale de la plaza al pie de la Iglesia de la Población de Las Salas por la carretera en dirección al pantano, pero antes de llegar a las últimas casas, frente al bar Las Pintas se tomará el camino de los Pozos, una pista que sale a la izquierda y enseguida se introduce en un bosque, en el que predominan los robles. Enseguida se llega a una curva a la izquierda, donde hay una desviación, pero se seguirá de frente (N). La pista entra en un profundo valle, formado por los montes gemelos de El Corón (1315 m) al E y La Corona (1303 m) al O.
Continuando la subida se sale del arbolado en los pastos de los Praos Bajeros (1178 m, en el centro de la campa), donde hay una fuente escondida entre las rocas. Se rodea este pastizal y en su parte superior se encuentra una bifurcación. Es mejor coger la de arriba, que pasa por una caseta forestal (1225 m) con fuente y pilón, que siempre mana. Aquí el camino gira bruscamente a la derecha llegando al rato al paraje de Los Arrosos (1298 m), donde hay otra fuente con pilón de agua escasa.
Siguiendo hacia el E se llega a Los Collaos (1350 m), hasta donde se puede llegar con vehículo todoterreno. Y desde donde se puede ver la parte del pantano que acaba en la presa, el pueblo de Horcadas y al fondo la esbelta silueta del Espigüete.
Desde los Collaos, el camino da un fuerte quiebro a la izquierda (NO) y comienza a subir en suave pendiente una vereda bien marcada que hay que coger bien desde un principio para no perderse y en la que empiezan ya a verse unas marcas amarillas, que guían hasta la cumbre sin pérdida.
Una vez acabada la campa, se entra en la Vereda Borriquera, que primero recorre una grieta en zigzags, para pasar a una terraza casi llana, continuar subiendo por una abertura con matojos, cruzar otra terraza y subir otro poco hasta llegar a Las Traviesas (1460 m), una amplia campera que atraviesa de un lado al otro (de E a O) la Peña de las Pintas.
En este recorrido por la Vereda Borriquera se pasa por la bocamina de unas antiguas minas de cobre (pirita, calcopirita) que ya explotaron los romanos y que han estado en activo hasta hace menos de un siglo. Puede recorrerse la galería durante unos 30 metros con una linterna, aunque no tiene nada interesante. Con esta mina en esta zona, está claro el nombre de la vereda, que sería por donde las acémilas llevaban la carga hasta Los Collaos, donde lo podrían cargar en carros.
El camino pasa cerca de una cabaña de pastores (1465 m), reparada no hace mucho, para seguir subiendo en diagonal (O-NO) por la campa a buscar en el farallón el inicio de una canal que, en un trazado de izquierda a derecha (NE), por terreno bien señalado, lleva hasta la Majada de Arriba (1650 m), al pie de un pequeño arbolito, que es una campera con hierba abundante entre las rocas.
Los hitos y marcas indican el camino que sube atravesando esta majada en dirección NE. Al lado del sendero hay una fuente, que solo tiene agua en invierno y primavera. Está situada en una oquedad de la peña, a mano izquierda según se sube, que recoge agua en su seno y se puede beber sólo si se dispone de una paja para chupar esta agua. Por eso se le llama Fuente de la Paja.
Al llegar a una repisa (1775 m), prácticamente horizontal, se continuará a la derecha (E) un tramo para tomar una trocha que sube diagonalmente(N-NE) hacia una horcada (1888 m) y continuar a la derecha (E) hasta cumbrear la Peña en su pico E, llamado también Pico de Huelde (1975 m) donde hay una cruz de hierro. Desde este pico la vista sobre el pantano y sobre Riaño y su entorno es impresionante, destacando las bonitas estampas del pico Gilbo y del Yordas.
La bajada se hace por el mismo sitio para dirigirse (O-NO) de nuevo a la horcada (1888 m) para subir seguidamente a una altura menor (1939 m), bajar a otro collado y subir al Pico de Las Salas (o del Medio) (1958 m). Se baja a otro collado (1926 m) y se empieza la vía de subida a la cumbre principal, en la que es necesario echar las manos a la roca de vez en cuando, pero que tampoco ofrece una gran dificultad, aunque hay que destacar las vertiginosas caídas que tiene la peña, especialmente en su vertiente N. Una vez se ha alcanzado la cumbre principal de la Peña de Las Pintas, el Pico de Salamón (1985 m), se estará en un grandioso mirador desde el que probablemente se disfruta de las vistas panorámicas más completas hacia todos los puntos cardinales. Los Picos de Europa, las montañas palentinas de Peña Prieta, el Espigüete, las sierras de San Isidro y Vegarada, el Susarón sobre el Porma y, en días claros, se llega a ver la catedral de León…
En el alto hay un mojón o vértice geodésico que lo afea bastante y un buzón escondido bajo unas piedras con un cuaderno en el que se puede dejar constancia del paso por allí. Pero la seña de identidad más importante de la cumbre es una imagen de la Virgen de Roblo, patrona de Las Salas, Salamón y Valbuena, que preside desde estas alturas el soberbio paisaje que desde allí se divisa.
La bajada se hace por la misma arista de subida hasta poco antes de llegar al último collado que se pasó, desde aquí se toma el camino que discurre entre los canalizos de la falda del pico, por la zona de los Serrones Negros, zona de piedra muy oscura que cubre la parte izquierda (O) de las Pintas en su entronque con los Canalizos de Salamón. Una vez que se llega a la repisa de los 1710 m, se girará a la izquierda (E), hasta llegar al camino que se trajo a la subida, por el que se bajará hasta llegar de nuevo a la Plaza de Las Salas.
Si se realiza sólo la subida al Pico de Huelde y se baja por el mismo camino, la subida acumulada es de 966 m, con lo que la dificultad será dura, ya que es un considerable desnivel, con fuertes pendientes, aunque sin problemas técnicos.
Una bonita marcha es subir sólo hasta la Traviesa, en cuyo caso el desnivel es de 450 m y la dificultad fácil. En este caso se recomienda recorrer esta terraza de un lado a otro descubriendo sus rincones. Por el E (hacia la derecha) puede irse por veredas de cabras hasta dar vista a Horcadas y al pantano sobre terreno del antiguo pueblo de Huelde (ahora bajo el pantano). Con suerte se podrá encontrar una fuente marcada con un mojón de piedras que lleva el bonito nombre de la Fuente de los Tres Rebollos, que mana en invierno y primavera, aunque su agua desaparezca a los pocos metros. Si desde aquí se vuelve hacia atrás (O) puede subirse a la cercana Cueva de las Chinas que durante muchos años servía de refugio nocturno para las vacas jóvenes no paridas ('chinas' es como llaman por aquí a las novillas) que permanecían allí durante la época de buen tiempo. Hasta más de 100 vacas podían dormir en su interior, que aún tiene el suelo cubierto de abono.
En el centro, más o menos, de la Traviesa hay una pequeña caseta rústica, recientemente restaurada, donde dormían los pastores que subían a cuidar las chinas o a dar sal a las cabras que por la Pintas campeaban. Continuando hacia el O, es decir hacia la izquierda en el sentido de la subida, se dejan muy cerca de la vereda y en la parte de abajo (izquierda) dos fuentes con sendos pilones, que manan muy poco: la cimera es la del Argayo y la bajera la de la Gorgolina (ésta mana algo más). Son el único sitio seguro para coger agua en toda la Peña de la Pintas. Continuando el recorrido por la Traviesa puede buscarse, hacia la izquierda y algo hacia abajo en una pequeña sierra paralela, el famoso Pozo de la Cabrera, que se encuentra junto a un gran roble seco, y que es una sima profunda (más de 30 m, como poco) Nadie, que se sepa, ha bajado a su fondo. Y por fin se llega al Monte de la Llueza, frondoso bosque de hayas, ya en el límite con terreno de Salamón, donde puede bajarse sin problemas por buenas veredas para desde allí regresar a Las Salas por la carretera.
http://desdelasierradelademanda.blogspot.com.es/2010/06/24-penas-pintas.html.
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