![La unión entre el deporte y la naturaleza en Castro Urdiales](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201911/26/media/cortadas/castro1-kY2C--1248x672@Diario%20Montanes.jpg)
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Un grupo de madres castreñas decidieron unirse en el año 1989 para ofrecer a sus hijos una actividad única en la que pudiesen disfrutar del deporte y de la naturaleza de una manera conjunta, siendo una alternativa de ocio. Hoy, treinta años después, permanece ese grupo consolidado y unido, manteniendo los mismos principios que en sus inicios: el amor por la naturaleza, el medio ambiente y el deporte. Así es el Grupo de Montaña Castro. Un colectivo que celebró su treinta aniversario el pasado 10 de noviembre y que continúa comprometido con el entorno, buscando potenciar la actividad física entre sus 113 socios y sus numerosos seguidores.
Para llegar a ser lo que es hoy en día, aquellas madres de los inicios del grupo contactaron con montañeros del lugar, firmando los Estatutos Fundacionales del Grupo de Montaña Castro en el mismo año en el que la iniciativa echó a andar. Desde entonces, sus integrantes no ha parado de recorrer kilómetros y kilómetros de montañas de entre los más bonitos valles de Cantabria y otras comunidades autónomas.
«La líder de todo esto fue Ana Giralt, quien fue presidenta del grupo durante años. Ella y otros cuatro fundadores crearon este colectivo, siendo uno de ellos Paco Mañeru, quien continúa hoy en día en activo en el grupo», recuerda la actual presidenta del Grupo de Montaña Castro, Maite Costa, quien comenzó siendo secretaria del colectivo en el año 2006 y lleva al frente del grupo desde hace casi diez años.
Aunque las bases siempre son las mismas, el colectivo ha ido evolucionando con los años. «Desde el año 1990 al 1995, la mayoría de los socios eran infantiles. Muchos de ellos pueden recordar las marchas y acampadas», señala Costa, añadiendo que hoy en día la mayoría de los socios son adultos, contando únicamente con dos menores.
El transcurrir de este grupo pasó por varios momentos «importantes», siendo uno de ellos el poder contar con sede propia en la Casa de la Naturaleza, junto con otras agrupaciones que también tienen su sede en el edificio. Y es que, el Grupo de Montaña Castro «siempre ha estado muy comprometido con la defensa de la naturaleza», destaca la presidenta, quien logró que los desplazamientos a las salidas pudieran realizarse en autobús.
Otro de los pilares del grupo es la práctica del deporte y el fomento del mismo. Tanto es así, que Costa recuerda que el colectivo participó en la elaboración de los Estatutos del Consejo Municipal de Deportes, en torno al año 2000, esforzándose por conseguir la construcción de la piscina del polideportivo Peru Zaballa y por crear el polideportivo Pachi Torre.
Además, la práctica de la escalada tuvo «un gran auge en el grupo», llegando a contar con unas instalaciones para la escalada en bloque en un local en la Casa de la Naturaleza y montando hace años un rocódromo en Santa Ana y en el Ayuntamiento durante la celebración de la Semana del Deporte.
El Grupo de Montaña Castro goza de un calendario activo, ya que presenta cada año sus marchas quincenales que complementan a otras de fin de semana. «Hacemos por lo menos 28 actividades a año. También hacemos el Descenso del Sella, y dos salidas en fin de semana. Como mínimo practicamos montañismo dos veces al mes. En agosto hacemos una salida, porque es una época en la que hay menos gente, porque se muchos se van de vacaciones y es más difícil coincidir», cuenta.
Además, desde hace diez años este colectivo se encarga del desarrollo de la Subida Popular a Cerredo. «Empezamos a hacer esta subida cuando aún había pocas marchas de este tipo. Queríamos hacer algo popular, porque mucha gente de Castro de toda la vida no había subido a Cerredo nunca y así lo pueden conocer y ven que es precioso. Se trata de dar la oportunidad a toda la gente, porque hay quien no sabe subir o no se atreven a ir solos», explica Costa, destacando que esta actividad está enfocada hacia las familias. «Tienen ese carácter popular y familiar, que puedan subir padres con hijos y también gente mayor», indica, asegurando que el evento ha ido cambiando con el paso de los años, ya que antes celebraban una pequeña fiesta con barbacoa, música y baile. «Lo hemos ido reduciendo pero se mantiene ese carácter familiar, no es una marcha competitiva. Se trata de que todo el mundo pueda hacer la marcha o una parte y que conozcan el entorno, porque es precioso. Tiene una parte de sierra, pero también de roquedo, que es una maravilla y unos hayedos a bajísima altitud», matiza.
El grupo incluye desde hace varios años la Subida a Cerredo en el programa de fiestas de la Semana Grande con el objetivo de que fuera «la guinda del pastel de la programación» y para que hubiese una actividad deportiva. «Es gratuita y siempre damos a los participantes un pequeño recuerdo y habituallamiento, contando con la aportación del Ayuntamiento, de colaboradores y de nosotros mismos», apunta la presidenta.
Con la finalidad de que nadie se quede sin hacer montañismo, y para que todos los socios y seguidores puedan participar en las salidas, en cada marcha suele haber dos rutas a su disposición. «Organizamos dos rutas de distinta dificultad. En la ruta corta el guía es Esteban Maguregui, el actual tesorero, y en la ruta larga, normalmente, somos los guías Maso Hierro, el secretario, y yo. «Nuestras salidas son de convocatoria pública. Hay gente que no es socia y que compran la camiseta del grupo y al final se acaban asociando. Contamos con muchos simpatizantes que nos siguen a través de las redes sociales y con integrantes de asociaciones como Mujeres Atalaya o el Club Ciclista», afirma Costa.
Una de las últimas salidas realizadas tuvo que ver con la celebración del treinta aniversario del grupo el pasado 10 de noviembre, una jornada en la que el tiempo no acompañó pero que no impidió que los participantes disfrutasen de un bonito día en buena compañía.
«En esta ocasión sustituimos la tradicional salida de fin de año por la del aniversario, en la que hicimos una ruta hasta Arenillas, donde comimos. Fue una pena que hiciese tan malo, y eso que nos respetó bastante la lluvia. Solo tuvimos que parar en Cerdigo a causa del un chubasco. Nos metimos en el Club Social, tomamos un café y pudimos continuar», cuenta la presidenta de este colectivo que es más que un grupo. «Se crean vínculos, somos un grupo muy abierto y queremos que la gente que viene se sienta cómoda y arropada. Siempre cuidamos mucho el ir agrupados, que no se quede nadie solo e ir cerrando la ruta. El compañerismo y la seguridad está muy presente en nuestro grupo, concluyó Costa, agradeciendo también el paso de todas aquellas personas que han formado parte del grupo a lo largo de sus treinta años de vida.
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Ana del Castillo
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