A zancadas para cruzar los Pirineos

Pablo Criado partió el 31 de julio desde la localidad francesa de Ban Yuls, una playa bañada por el Mediterráneo, con el objetivo de llegar al Cantábrico tras 890 kilómetros corriendo para atravesar los Pirineos de Este a Oeste. Su reto consiste en completar el recorrido de la Transpyrenea, una carrera que nació hace dos años y que contiene una dificultad con datos que hablan por sí solos: 55.000 metros de desnivel positivo acumulado.

La apuesta de Criado se encuadra dentro del proyecto de completar las 'Five Legends', cinco de las carreras más duras del mundo en el plazo de un año. Ya completó en abril la 'Spine Race' (244 kilómetros), en Inglaterra, y cuando acabe la Transpyrenea le quedarán el Tor des Geants (Italia, 333 kilómetros); Transomania (321 kilómetros en Omán) y la Artic Yulon Ultra, (525 kilómetros, Cánada).

El objetivo es también solidario. «Se llama 'Kilómetros por brazadas' y la intención es que cada kilómetro que yo recorro tenga una contraprestación que ayude, a través de la Fundación Obra San Martín, en la colaboración y potenciación de la natación adaptada. Quiero que todas esas personas con discapacidad que allí están puedan familiarizarse con el medio acuático y mejoren su calidad de vida». A través de esta página web se puede colaborar y aportar de mil maneras.

Pablo Criado ya se encuentra en el Pirineo vasco-francés, con ganas de llegar al Cantábrico para darse un baño y dar por finalizado el reto.

Es una localidad y comuna francesa situada en el departamento de Pirineos Atlánticos en la región de Aquitania.

La soledad del corredor de fondo permiten contemplar amaneceres como este.

Pablo Criado corre por la zona de bosque próxima a la estación de esquí de Gourette.

El cántabro está cerca de este mítico lugar de los Pirineos que alberga un observatorio astronómico.

Criado continúa con su 'tour' particular. La tormenta le persigue. La foto curiosa es el cruce en la subida a Luz Ardiden, una de las llegadas más conocidas del Tour de Francia de ciclismo, con el camino que permite cruzar los Pirineos a pie.

Las jornadas pasan y los kilómetros se van acumulando en las piernas del atleta cántabro. Antes de llegar a Fos, el séptimo día es un día de orientación, con muchos cruces de caminos. «El calor es insoportable y cualquier lago es bueno para refrescarse».

«Llevo 5 días corriendo ya para llegar del Mediterráneo al Cantábrico por una buena causa: quiero que los niños con discapacidad de la Obra San Martín, donde trabajé siete años, puedan ir a la piscina . Si quieres y puedes colabora. Solo tienes que pinchar aquí».