El torrelaveguense Óscar Velar se proclama subcampeón de España

El biker torrelaveguense continua así acumulando metales esta temporada después de la plata que consiguió en el Nacional de ultramaratón que se celebró en la localidad turolense de Calamocha el pasado mes de marzo. A esto hay que sumar su tercer puesto en el Open de España disputado en Valladolid y entrar en el top 10 en los 10.000 del Soplao en la modalidad de mountain bike.

Velar ha conseguido «un equilibro en el que me cuadran los resultados, el esfuerzo y el entrenamiento», asegura el torrelaveguense, que se define como «autodidacta» en cuanto a su aprendizaje en el ciclismo y que a día de hoy sigue «sin entrenador, ni médico, ni strava». Hace catorce años se compró una bicicleta para mantenerse en forma y «poco a poco me hice un grupo de amigos. A esto se añade que me coincidió con la primera edición de El Soplao en 2007 y desde entonces no he faltado a ninguna. En algunas incluso hice tanto montaña como carretera», explica Velar. Su primera participación en la carrera de Cabezón de la Sal «fue una aventura y me enganché», aunque su primera carrera como federado tardó un poco más en llegar. Hay que remontarse hasta el 2010 cuando se estrenó en el circuito del patatal en Sniace en la categoría Máster 40. «En esa ocasión gané y a partir de ese momento ya fui metiéndome más en profundidad en esto».

Lo que le enganchó del deporte de las dos ruedas es que «siempre hay pequeñas recompensas a cada esfuerzo. Este es un deporte de mucha constancia y poco a poco vas consiguiendo mejoras. Cuanto más entrenas, más andas, y cuanto más andas, mejor estás».

Ahora, tras nueve años, sigue sin decidirse por que modalidad prefiere cuando monta su bicicleta de montaña. Velar participa en carreras tanto de rally, maratones como ultramaratones. «Las compagino sin problema, aunque se me da mejor el maratón y el ultramaratón». Esa afirmación la corroboran sin lugar a duda sus resultados.

Lo que antes «era un hobby, ahora ya te lo tomas más en serio y tienes que ser constante con el entrenamiento». El torrelaveguense no duda en dedicar el tiempo que puede a la bicicleta «sin descuidar a la familia y al resto de facetas de la vida», asegura sobre la ingeniería de horarios que maneja. En su caso pasa por «salir a entrenar solo porque mi horario para hacerlo es a última hora ya que trabajo por la mañana». Sobre las 20.00 horas, Velar se sube en la bicicleta y da comienzo a la sesión que le corresponda, «aunque más de una vez subo hasta Ibio un par de veces a buena velocidad».

Los fines de semana el plan cambia y aprovecha para madrugar ya que «si salgo a las seis de la mañana para las doce puedo estar ya libre para disfrutar del resto del día con la familia», explica. Dos días entre semana y sábado y domingo son las citas ineludibles con la mountain bike de entrenamiento –tiene otra cuyo uso esta destinado exclusivamente a la competición–. «Lo más variable es el tiempo ya que depende mucho, pero intento alcanzar las diez horas a la semana», apunta.

A la hora de encarar sus temporadas, el de la capital del Besaya reconoce que marca «muy bien las pruebas del calendario. Además, hay que saber gestionar la carrera, es una especialidad complicada y compito lo menos posible porque es una modalidad peligrosa».