Jan Margarit se luce en el Costa Quebrada

El corredor catalán estableció un monólogo de principio a fin de la prueba. Ni el correcaminos, ni tan siquiera Speedy González, avanzaban con tanta rapidez sobre el paisaje abrupto y recortado de la costa de Piélagos. En todos los tramos encabezaba la marcha sin dar opción a sus perseguidores. Corriendo cada centímetro con una mentalidad de disfrute, pero con gran potencia, como si le moviese un motor bien engrasado y con el depósito lleno de gasolina de 98 octanos. Y es que Margarit dominó la carrera casi desde que tomó la salida junto a unos 200 participantes más a las 10.00 horas. En otras palabras, después de atravesar el Parque Natural de Canallave, a través del pinar, y cruzar el sendero del Arroyo del Ganzarros se enfrentó al 'Tolío to parriba' -con unos 300 metros en línea y 100 verticales-, hasta el kilometro 5 aproximadamente, en la primera zona de montaña, y a partir de ahí se fue despegando.

Se erigió en el hombre a batir sobre senderos pedregosos y crestas verticales con una ventaja que llegó a estar cerca del minuto. Es cierto que finalmente cruzó la línea de meta con unos 45 segundos de ventaja sobre el segundo clasificado, Alejandro García, del Crevillent, pero es que en los kilómetros finales Margarit bajo sensiblemente el ritmo, calculando cuidadosamente con la precisión de un cirujano plástico el estado de sus músculos, pero sin ceder ni un segundo de más.

Lo cierto es que Alejandro García nada pudo hacer y se convirtió en el eterno perseguidor del catalán, al que siguió durante toda la carrera sin lograr alcanzarle. Finalmente el corredor del Crevillent cruzó la meta con un tiempo de 1h.03.05 en segundo lugar, una plaza que también le asegura un billete para el Europeo de Portugal.

El tercer cajón del podio fue para Antonio Martínez, del Crevillente, que cuajó una carrera de menos a más con una marca de 1h,03,15. Y es que «las grandes oportunidades nacen de haber aprovechado las pequeñas oportunidades», como decía Bill Gates en una de sus entrevistas. Eso es precisamente lo que debió pensar Martínez, que ni corto ni perezoso decidió alimentar su hambre de éxito en el Trail Costa Quebrada. En el Tolío, que es la escalada más vertical del recorrido, pasó en décima posición, pero después remontó hasta lograr la tercera plaza en un alarde de recursos.

En el Costa Quebrada hay cabida para todo. Para las sorpresas también. Y ayer fue Miquel Corbera, del CA Montornes, el encargado de dejar con la boca abierta a la concurrencia. El corredor se alzó con el primer puesto de la categoría sub 23 que además le corona como campeón de España de carreras de montaña con un cronómetro de 1h.03.58, pero es que también gracias a ese tiempo logró llegar en quinto lugar en la categoría absoluta masculina. Corbera rompió todos los pronósticos con su actuación, no tanto porque no se esperase que se llevase el sub 23, sino por cómo brilló en el absoluto, donde miró por el retrovisor a otros corredores que según todas las quinielas deberían haber cruzado la línea de meta antes que él, pero no lograron darle caza.

En la carrera popular, que tomó salida a las 10.30 horas, participaron unos 200 corredores, todos ellos dorsales reservados después de la suspensión de la prueba en 2020. Tampoco faltó ayer público en la prueba. Espectadores que además de disfrutar de la carrera se encargaron de dar ánimos a los corredores, que volvieron a sentir un poco de esa emoción de las carreras que les había robado la pandemia. Esa energía extra que insufla el aficionado cuando las piernas flaquean y que hace que la motivación aumente, y con ella las revoluciones y las ganas de cruzar la meta.