Pocas victorias se han recibido con tanta alegría por todos los aficionados e incluso por sus propios competidores como la lograda por Fidel Fernández Varela (Helguera de Reocín, 1982) en el reciente Ultra Trail del Desafío Cantabria. En su vida y en la montaña ha ... sabido ganarse el cariño y la admiración de todos los que le conocen, pero además en esta ocasión, su más importante triunfo deportivo llegó pocos meses después de conocer que padece esclerosis múltiple, lo que evidencia su extraordinaria fuerza mental y su espíritu de superación junto a sus grandes cualidades deportivas. En la llegada a la meta junto a su perro Zar que le ha acompañado en estos últimos meses en sus entrenamientos, tuvo la generosidad de compartir su enfermedad para motivar positivamente a los que están pasando por la misma situación.
-¿Esperaba este triunfo en el Desafío Cantabria?
-Para nada, ha sido para mí una sorpresa encontrarme desde el principio en la pomada con los principales favoritos. La carrera se fue desarrollando de forma positiva, me vi a un ritmo cómodo y en el kilómetro 30 me situé en cabeza hasta la meta. Sinceramente pensaba en poder obtener podio en veteranos, pero no en absolutos.
-¿Qué sintió al entrar en la meta junto a su perro Zar?
-Una amalgama de sentimientos y sensaciones. Lo primero tras un año tan duro una satisfacción muy grande y mucha felicidad por vencer en una carrera tan especial para mí como es el Desafío Cantabria. Pensé en todo lo que me había llevado hasta ese momento, los duros entrenamientos, los grandes sacrificios, los esfuerzos realizados durante tanto tiempo para lograrlo.
-¿Cómo se inició en las ultras?
-Por un compañero de trabajo hice la maratón de montaña de Somiedo y al mes siguiente el primer Desafío Cantabria, sin tener mucha preparación ni conocimiento de la prueba. Tardé casi 20 horas en hacer el recorrido y lo pasé fatal, fue un esfuerzo mayúsculo, la recuerdo como la carrera más dura de mi vida, casi como algo inhumano.
-¿Cómo se prepara para carreras tan exigentes como el Desafío?
-Entre semana, por el trabajo no tengo mucho tiempo por lo que intento meter la carga los fines de semana entrenando en la montaña, pero no hago muchos kilómetros. Intento meter más calidad que cantidad en los entrenamiento para no desgastar el cuerpo y así evitar lesiones. Ente semana hago ejercicio de fuerza y con el Club Atletismo Torrelavega, con Raúl Gutiérrez.
Mentalidad positiva
«Correr una ultra es como la vida, en unas horas pasas por todos los estados de ánimo»
-¿Y cómo lo compagina con su vida laboral y familiar?
-Hasta hace poco trabajaba a turno partido, por lo que era complicado encontrar un hueco. Y tenía que sacrificarme con madrugones o con entrenamientos con frontal por las noches. Por otra parte mi pareja asume tareas que nos corresponderían a los dos por lo que ella también se sacrifica para que yo pueda tener más tiempo.
-¿Y mentalmente cómo se prepara?
-Creo que es lo más importante. Una ultra es como una vida comprimida en unas horas, en la que pasas por todos los estados de ánimos con sensaciones contrapuestas. Los mismo te sientes fluir disfrutando y al rato te da un bajón impresionante en el que no puedes con la vida, por eso es muy importante tener confianza y paciencia, saber que todo pasa y sobre todo dosificarse. Es imprescindible tener una mentalidad positiva, a mí me ayuda el pensar en mi gente, en los que me apoyan. En mis seres queridos, especialmente en mis padres que no están aquí, es cuando los siento más cerca, lo que me da un plus de energía que me ayuda en esos momentos malos.
-Este ha sido para usted un buen año en lo deportivo.
-La verdad que sí, no me puedo quejar, he tenido muy buenos resultados logrando varios podios. Con el Atletismo Torrelavega ganamos el Campeonato de Cantabria, con el Club La Braña Solorunners fuimos subcampeones de Castilla y León, fui primer veterano en el Trail Gordón de León y gané por equipos junto a los hermanos Pajares en la Cien Millas en el País Vasco. Después vino la victoria en el Desafío y a la semana siguiente he sido subcampeón de España en veteranos en la prueba que se realizó en Sanabria, entre otros.
Perspectiva
«A veces solo vemos nubes negras, pero casi siempre hay un rayo de sol al que nos podemos aferrar»
-Sin embargo en lo personal ha sido un año muy duro.
-Sí, en enero me llegué a quedar sin sensibilidad en el 80 por ciento de mi cuerpo. Ingresé en el Hospital Sierrallana y tras muchas pruebas me diagnosticaron esclerosis múltiple. Al principio fue un mazazo muy grande, pero con la información que me han dado los neurólogos y con las mejoras que se han logrado en los tratamientos lo he ido asumiendo porque la enfermedad no tengo forma de quitarla. Lo que he hecho ha sido conocerla mejor y actuar en los factores con los que se puede ayudar.
-¿Se planteó el abandonar la actividad deportiva?
-Viéndome como estaba pensé que no volvería a pisar los montes. Desde las ventanas del hospital veía el Dobra y se me caían las lágrimas, pero con el tratamiento recuperé la movilidad, mejoré mucho y en cuanto salí lo primero que hice fue subir al monte Ibio y al Dobra. Tuve claro que yo no me iba poner límites, será la enfermedad, pero no mi cabeza. Mientras pueda haré lo de siempre.
-¿Qué le diría a las personas que están atravesando por momentos similares?
-No soy nadie para dar consejos, cada uno vemos la vida con una perspectiva diferente. La vida es muy bonita pero también te da grandes varapalos. Yo lo que tenía claro es que no me iba meter en una habitación a llorar y a decir lo desgraciado que era. Hay que levantarse convivir con la realidad, conocer la enfermedad y hacer todo lo que esté en nuestras manos para vivir con la mayor calidad de vida y saber sacar cosas positivas de todo esto. A veces solo vemos nubes negras, pero casi siempre hay un rayo de sol al que nos podemos aferrar.
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