Los organismos de Atletismo y Deportes de Montaña rivalizan por la organización de las pruebas a la espera de que medie la acción de un juez | Una legislación excesivamente laxa impide saber a qué federación pertenece esta modalidad
Carreras de montaña y carreras por la montaña no son lo mismo. Y es aquí -en algo aparentemente tan sencillo y hasta trivial- donde radica una polémica latente entre dos entes, la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) y la Federación de Deportes de Montaña (Fedme). Determinar a qué organismo debe pertenecer la más que incipiente modalidad del 'trail' no es para nada sencillo y pese a que existe actualmente una resolución del Consejo Superior de Deportes no está nada claro. La Ley de espectáculos y la vigencia de las transferencias de las competencias, cedidas por parte del Gobierno Central a cada una de las comunidades para la organización de este tipo de eventos, aún deja más abierto el debate.
Cantabria, como no podía ser de otra manera, no ha quedado al margen de esta supuesta rivalidad entre organismos -aunque a este periódico fuentes cercanas a ambos entes hayan declarado que no existe ninguna confrontación-. En román paladino: actualmente si alguien quiere organizar una carrera que transcurra por la montaña puede acercarse a la Federación que le apetezca para tramitar su solicitud y poner en marcha el evento. Curioso, pero real.
En la región esta circunstancia ha convertido al calendario de 2019 en el secreto mejor guardado después de que durante este año que se aproxima a su fin haya aflorado este vacío legal tan alarmante. El escenario es el siguiente: en la legislación vigente (Ley de Espectáculos) existe un apartado que impide que una modalidad deportiva pueda estar incluida en dos federaciones distintas. Ante esas circunstancia, la RFEA solicitó al CSD la modificación de sus estatutos para incluir al 'trail-runnig' dentro de su ámbito de competencia. Sin embargo, el pasado 25 de julio, la Fedme presentó un escrito ante el máximo organismo deportivo nacional para que se desestimase esa modificación al entender que eran ellos quienes debían hacerse cargo de dichos eventos. El CSD desestimó el recurso y le dio la razón a la RFEA. Así las cosas, en la actualidad nadie le ha puesto el cascabel definitivo al gato y existe una incertidumbre que no es buena para nadie.
Y es que el problema viene de lejos. Hasta en el nombre para referirse a las carreras hubo controversia. El 16 de noviembre de 2005 el Ministerio de Educación y Ciencia emitió una resolución a través de la cual se concedía a la Federación de Atletismo la organización de las 'Carreras de Montaña' y a la Federación de Deportes de Montaña y Escalada las 'Carreras por montaña. Tal cual.
Tres años después se llegó a un pequeño consenso que diferenciaba estos dos eventos y que ponía el foco en las distancias y en el desnivel como criterio. Así las cosas, las competiciones hasta 21 kilómetros y con menos de 1.000 metros de desnivel serían cosa de la RFEA y las que superasen ambos parámetros formarían parte de la Fedme. Este acuerdo -verbal y amistoso y en ningún caso oficial- se rompió con la proliferación casi inimaginable de organización de competiciones y con la ferviente pasión por el 'trail-runnig'.
Una reunión que no llega
Esa supuesta falta de entendimiento obliga a una reunión entre ambos entes que se está demorando en exceso. Actualmente, la controversia aumenta después de que el CSD en su resolución del pasado mes de julio se ampara en la International Skyrunnig Federation (a la que está adscrita la Fedme), que distingue como 'carreras por montaña' a aquellas que superen los 2.000 metros de altitud, tengan un 6% de desnivel medio y posean rampas de al menos un 30%. Sin embargo aún así sigue sin haber 'fumata blanca'.
Y en este escenario un tanto desconcertante se sitúa el galimatías cántabro que ha deparado un 2018 en el que se han suspendido carreras ya aprobadas, se han eliminado otras que estaban previstos y ha originado que todo organizador que quiera presentar un proyecto no sepa ni cómo ni dónde acudir para que pueda ver la luz.
Por si fuera poco, en la región, desde hace unas temporadas se venían celebrando las llamadas 'Trail Series', un circuito de carreras cerrado en el que participaban alrededor de 4.000 corredores y cuyos reglamentos, parámetros, estatutos y logística siempre caminó de forma autónoma y de manera independiente a las dos federaciones existentes, tanto a la de atletismo como a la de deportes de montaña, hasta que se requirió para ello un permiso federativo. Y fue así cuando en diciembre de 2017 surgieron las desavenencias.
Situación
En esa fecha, el Epic Trail Villa de Cartes, la primera de las pruebas de dicha competición cerrada solicitó la organización de la carrera y la Fecme le sugirió que necesitaba el permiso federativo. Los responsables del Trail argumentaron que pertenecían a las 'Trail Series' y decidieron respaldarse en la Ley de Espectáculos. Es aquí donde vuelve a surgir un vacío legal que urge solucinarse cuanto antes; conforme a la redacción de la ley, las autoridades competentes solicitaron a la Fedme que les otorgara dicho permiso a lo que los federativos se negaron.
La junta directiva de la Fedme acudió al Gobierno de Cantabria -quien tiene las competencias- pero este se inclinó por un silencio administrativo que impidió que se celebrara dicha prueba y con ella el resto de las que estaban programadas para 2018. Ante este contratiempo, los organizadores de Trail Sierra de Ibio, Trail Dobres y Cucayo se plantearon la celebración y otras como Pico Jano, Ecoparque de Trasmiera o el Trail de Sámano, hasta entonces pruebas incluidas en las 'Trail Series', acudieron a la Federación de Atletismo para obtener el permiso federativo y poder así organizar sus competiciones.
Varias pruebas de las 'Trail Series de Cantabria' al no recibir la autorización de la Fcdme acudieron a la FCA a por su permiso
Legislación
Este puzzle no parece que pueda ser resuelto a menos que medie la acción de un juez. Todo hace indicar que este litigio acabará en un contencioso-administrativo que ponga fin a una disputa que se ha llevado por delante la celebración de muchas carreras. Es una polémica encubierta, puesto que ninguna de las dos federaciones que intervienen en este asunto -interrogadas por este periódico- quieren que la situación se demore. Ninguno ha denunciado la situación y pretenden seguir adelante en 2019 con la tramitación de las pruebas con arreglo a la legislación vigente, pero es ahí donde surge el problema. «Es una pena que algo tan sencillo tenga que resolverse en los tribunales», asegura la Fedme de Cantabria. Por su parte, la Federación de Atletismo territorial tampoco quiere dar más explicaciones: «Nosotros seguiremos aplicando la legislación vigente mientras no nos digan los contrario».
La nueva Ley de Espectáculos obliga a que toda prueba requiera de un permiso federativo para poder ser tramitada
Federaciones
Ambos entes insisten -pese a no querer hacer declaraciones publicas en que han solicitado en varias ocasiones una reunión a cuatro bandas -Atletismo, Montaña, Juegos y Espectáculos (Presidencia) y el Gobierno de Cantabria- que no termina de producirse.
Mientras tanto, el calendario para el año que viene sigue en el aire y todas aquellas pruebas nuevas que quieran celebrarse a día de hoy no saben con certeza a que federación acudir para que le aprueben el proyecto.
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