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Desde finales de mayo hasta mediados de septiembre, el calendario cántabro ha estado poblado de escenarios, voces, repertorios y público en formato XXL. La veda se abrió con Andrés Calamaro, el 19 de mayo y terminó la pasada semana con el ciclo La Plaza. ... En medio, siete grandes conciertos amparados bajo el paraguas del Año Jubilar y una decena de festivales ya consolidados, con algunas propuestas satélites de menor empaque a las que se suman las actuaciones en las salas y las diversas fiestas patronales que sufragan, en parte, los ayuntamientos, en parte las comisiones de festejos. Para todos los públicos, con diversas localizaciones, enfoques y carteles. Y, en conjunto, casi 300.000 personas eligieron la música en directo como opción de ocio y cultura y también de retorno económico. En 2022, a nivel nacional, el sector facturó casi 460 millones de euros y los festivales se han convertido, no solo en un motor cultural sino también en la principal fuente de ingresos para muchos artistas. En ese ejercicio Alejandro Sanz y Manuel Carrasco fueron los que tuvieron mayor poder de convocatoria en España. En 2023, los dos actuaron en Cantabria.
El evento más multitudinario fue el concierto de Muse en El Sardinero, que como la Puerta del Perdón, se abrió para la ocasión jubilar. 23.000 personas acudieron a ver a la banda de Matt Bellamy. En el otro extremo, el concierto de Josep Carreras y Sabina Puértolas, que sustituyó al de Andrea Bocelli -que nunca llegó a estar confirmado-, pinchó; 1.200 personas acudieron a Santo Toribio; menos de la mitad de lo previsto. Ambos, operados por el gigante Live Nation.
El festival más numeroso. Magdalena en Vivo reunió a 39.000 espectadores con cinco noches en Santander.
El concierto con más público. Casi 23.000 personas acudieron al Sardinero para ver a Muse, vía Live Nation.
La propuesta diferente. El Torrelavega Sound City sigue manteniendo su apuesta por ofrecer conciertos gratuitos.
También El Sardinero fue el escenario de la artista que, tras la polémica inicial por falta de representación femenina, se incluyó en la programación jubilar; Aitana. Reunió a 18.500 personas.
Algunas menos, pero también con una cifra destacable, se dieron cita en el recinto de La Lechera para acudir al Torrelavega Sound City. «Este festival se mantiene como una de las propuestas con mas calidad a nivel gratuito que se puede asistir en todo el territorio nacional», dicen desde Industrias Portugal, organizadores desde hace 13 años del Torrelavega Sound City. Dada la extensa propuesta musical que existe en la época estival desde el TSC «siempre se ha intentado apostar por estilos alternativos que han llegado a un gran número de gente que no encajaba en los circuitos habituales de conciertos», argumentan.
Para Manu Gutiérrez, de MG Producciones «¡Por fin!», terminó un verano «bastante duro», que se ha alargado en varios meses respecto a la temporada habitual. En su haber están los conciertos de Marea, Quevedo o Manu Carrasco antes de pasar a eventos como el My Fest. Eventos nuevos en recintos nuevos como el Óscar Freire que llevan más trabajo «hasta que sabes cómo posicionar las cosas». Que no haya habido que suspender noches y «gente haya podido disfrutar de los conciertos» ofrece una lectura positiva. Este año han notado un descenso de público respecto a 2022, el gran año post covid con «cifras brutales». «No ha sido más flojo, sino normal, con tantos eventos que hay que elegir a cuáles ir», matiza.
El calendario de un promotor se reinicia en torno a agosto, antes de terminar la temporada. Oferta y demanda. «Ya estamos planificando el año que viene, sobre todo los artistas internacionales», explica.
El balance también es «muy positivo» para Guillermo Vega, de Mouro Producciones. «Hemos notado sobre todo un gran movimiento de gente de fuera de Cantabria». A través de encuestas a pie de calle, han encontrado como, por ejemplo, en el My Fest, de mil personas consultadas, 700 venían de fuera y para 400 era, de hecho, su primera visita a la comunidad. Los festivales se configuran como motor de atracción. El resto de sectores lo van percibiendo «poquito a poco; aquí vamos despacio, pero va cuajando», indica. En este sentido, Vega señala que la nueva presidenta de Cantabria, Mª José Sáenz de Buruaga, ha puesto en valor la importancia de la música como parte de la oferta turística regional.
Mouro está tras los grandes eventos con unos 30 proyectos que representan el 70% de los asistentes en Cantabria. Magdalena en Vivo tuvo 39.000 espectadores, Música en Grande y Negrita Music Fest rondaron los 25.000 cada uno y Vive La Feria y La Plaza, sumaron en torno a 15.000 personas cada uno. Económicamente supone una inversión de unos 12 millones de euros. El modelo que aplican en cada evento implica un tercio de empresa privada, otro tercio de inversión pública que revierte en campañas de comunicación y en tercer lugar el riesgo que asume el promotor con la venta de entradas y la hostelería. Vega afirma sentirse «contento» de que sea una empresa cántabra la que lidera el volumen de festivales en Cantabria con todo lo que hay ahora de movimientos; intentamos defender nuestro territorio de la mejor manera posible.
Este dato lo comparte el festival más joven de los que se celebran en Cantabria. Al Sónica, en Castro Urdiales, acudieron más de 18.000 asistentes, de los cuales, el 63% procedían de fuera de Cantabria. Un síntoma, para sus organizadores «de que el nombre de Sónica se extiende por todo el país». La valoración de la tercera edición no puede ser más positiva. «Hemos vuelto a superarnos tanto a nivel de asistentes como a repercusión tanto dentro como fuera de Cantabria, siendo uno de los festivales más importantes de medio formato de todo el norte peninsular», señalan desde Moverground. Destacan que las sensaciones del público han sido también muy buena «lo que nos garantiza un futuro inmediato prometedor» indica Ernesto Castañeda. Al igual que compañeros del sector, con unas agendas que solapan la actividad con los planes, «llevamos ya meses trabajando en nuestra edición de 2024».
En la guía 'Festivales de España', un exhaustivo trabajo del periodista musical David Saavedra, aparece una mención a Cantabria: el Santander Music Festival. Para los organizadores de la cita indie, supone «refrendar que existen otras fórmulas» señala Alberto Zubizarreta. La suya es una apuesta por el crecimiento sostenible, sin excesos, combinando artistas que son ya marca de la casa con nuevas voces. Catorce ediciones reflejan -dicen- «que las cosas se pueden hacer de otra manera, con emoción, esfuerzo y la compañía de toda la gente que confía y decide buscar otros caminos». Un festival donde se contemplan todas las disciplinas artísticas y que añade el diseño gráfico y las exposiciones a cargo de firmas internacionales a su composición. Una idea que ha sumado este año Música en Grande, con dos sesiones de charlas con representantes del sector musical y un concurso gastronómico en Torrelavega.
La suma de público y retorno económico obliga a poner el foco en propuestas que son mucho más que entretenimiento.
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