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La iglesia de los Franciscanos se llenó de coralistas y de público para un concierto único en el que la música de Handel marcó el inicio de la Navidad. Roberto Ruiz
Mucho más que el 'Aleluya'

Mucho más que el 'Aleluya'

'El Mesías' sonó este sábado a solidaridad y despedida en la iglesia de los Franciscanos por un coro de 160 voces

Rosa Ruiz

Santander

Domingo, 1 de diciembre 2019, 08:08

La idea de organizar un 'Mesías' participativo en favor de valores universales como la armonía, la convivencia, el diálogo y la cohesión social no es precisamente nueva. Se viene celebrando en todo el mundo desde que su compositor Handel la presentase en 1742. Pero nunca, hasta ayer, se había cantado con tanta emoción, exaltación y enternecimiento. Detrás del espectáculo que se pudo vivir en la iglesia de los Franciscanos de Santander, que cerrará sus puertas próximamente, hay un trabajo de 180 personas que en los últimos meses se han volcado con la iniciativa y, sobre todo, con su sentido solidario porque la recaudación del concierto se destinará, siguiendo los deseos de su compositor, a una buena causa, en este caso a la impagable labor que realiza la Cocina Económica.

La aventura musical de este 'Mesías' surgió de un grupo de entusiastas de la música coral que han logrado liar a tres agrupaciones de la ciudad: A Capella, Don Bosco, y R. S Tenis La Magdalena y a casi sesenta coralistas a título individual para entonar la primera parte de la famosísima partitura del Handel. Algunos de estos organizadores ya habían participado en anteriores ocasiones en otros conciertos similares en Londres o París y soñaban con repetir la experiencia en casa. Para ello no dudaron en crear una asociación a la que han llamado Olas Musicales Santander y se lanzaron a buscar ayuda económica para poder ponerlo en práctica.

Anoche, por fin, el sueño se vio cumplido con una emoción que también transmitieron ante un público que desde el principio se volcó con la iniciativa en la que finalmente participaron 160 cantantes, quince músicos, un organista y un director musical.

Los coralistas, que estuvieron dirigidos por Manuel Galán, en un momento de la actuación. Roberto Ruiz

Horas antes del concierto, presentado por el periodista de El Diario Álvaro Machín, algunos de estos quisieron compartir con este periódico sus impresiones. Como Jesús Manuel Piedra, músico, compositor y director de coros, una de las personas más respetadas en este mundo y, que en las grandes ocasiones, y la de ayer lo era, también pone su voz. «Estoy disfrutando como un enano con esta experiencia», aseguraba en tono coloquial. «Encontrarse con 160 personas con esta calidad de voces y con esta ilusión es una maravilla».

Piedra asegura que no es fácil sacarle de casa para cualquier actuación, pero que si se trata de algo solidario no duda en involucrarse como el primero. «¿Te puedes creer que me siento como cuando actúe por primera vez en una ópera?».

Como fundador entre otras formaciones de la Coral Salvé de Laredo, el Orfeón de Castro Urdiales o la Coral Canta Laredo, de la que estuvo al frente durante más de veinte años, tiene la suficiente autoridad para afirmar que «Manuel Galán está haciendo un milagro». Se refiere al director de este espectáculo, que no pudo decir que no cuando los organizadores del concierto le transmitieron su proyecto. «Lo que más me ha impresionado de esta experiencia es la abrumadora respuesta positiva a la propuesta que les fui haciendo a cada instrumentista y cada solista para participar en este evento. Todos dijeron que sí al instante y desde entonces se palpa una ilusión por formar parte de esta iniciativa que nos tiene a todos quienes componemos el equipo organizador, verdaderamente entusiasmados».

Además del trabajo musical, que ha corrido a su cargo, Galán destaca el que no se vio ayer en la iglesia y sin el que no hubiera sido posible el concierto. «La financiación, el embellecimiento del recinto para el concierto, la instalación de las gradas para albergar a 160 cantantes, la instalación de iluminación decorativa, la organización de la retransmisión por televisión, los permisos, los ensayos de solistas, los ensayos con el gran coro, los ensayos generales....Todo ha sido posible con la fuerza de la ilusión y el poder de la filantropía en su pura esencia».

En el concierto participaron voces de tres coros de la región y 60 coralistas a título individual. Roberto Ruiz

Ya en lo musical reconoce que «es una suerte» haber podido contar con un elenco de instrumentistas de primera categoría formado por buenos profesionales y entusiastas y con las voces solistas formadas por Marina Pardo, Noemí López, Helena Herrero, Cristina Galán, Jesús Lavid y Ángel Simón. «Ellos representan un compendio de admiración, reconocimiento y amistad que hacen de su participación un entrañable encuentro de la mano de Handel para interpretar varias de las arias mas bellas de la historia de la música. Es muy de agradecer que todos ellos hayan aceptado participar y nos permitan disfrutar de unos momentos tan especiales».

Rocío Mons es miembro del coro del Tenis. Ella es una de las que sabe lo que es entonar esta partitura con otros cientos de personas, pues el pasado día 17 participó en otro Mesías participativo en París y el año pasado en Londres. «¿Pero sabes qué? Que estoy disfrutando tanto con este que me da pena que se acabe», afirma.

Según explica para poder participar en este espectáculo solo se pedía un requisito: «que ya se hubiera participado en otro Mesías participativo o que se supiera la partitura». Luego ya, como señala, cada uno se lo preparaba por su cuenta si bien, antes de salir ayer al escenario las más de cien voces han ensayado juntas tres veces.

De la obra reitera que es una composición «preciosa» y que incluso ella, que es corista desde 2013 y que nunca se había interesado por la música barroca «he acabado cautivada». Recuerda también, como todos, la historia solidaria que hay detrás de ella. «El estreno fue un éxito, y a Handel le llovieron los parabienes. Muy emocionado tanto por la forma en que la primera representación había resultado como por la cálida acogida que se le había dado, anunció que nunca cobraría dinero por la representación, y que todos los derechos de autor irían a parar a tres instituciones benéficas. Cómo no participar en algo así».

Carmen Hoyos no había participado antes en espectáculo de este tipo, pero su experiencia musical se retrotrae a 1978 en los preliminares de lo que hoy es el Coro de Cámara A Capella. «No es fácil poner de acuerdo a tanta gente para un proyecto de este tipo», reconoce esta coralista.

A esta música, con formación de canto y de piano, le apasiona la partitura. «Una especie de ópera, pero con la gente quieta», asegura. «Creo que esta pieza debería ser declarada patrimonio inmaterial de la humanidad».

También recuerda que 'El Mesías' es la obra por antonomasia de la Navidad. «Si la Semana Santa tiene su 'Pasión de San Mateo', la magnífica obra de Bach, la Navidad debe empezarse con la obra de Handel. No hay otro Aleluya igual».

La actuación

Decía Josep Guàrdia que «cada generación ha modelado 'El Mesías' para reflejar sus propias preocupaciones», la que se puedo escuchar en la capital cántabra, cuyas entradas se agotaron en apenas unos días, nace con vocación de continuidad. La interpretación se centró en la primera de sus tres partes, la relativa a las profecías, el nacimiento y la vida de Jesucristo y este precisamente ha sido el anhelo de sus organizadores y los aplausos de los espectadores a su término no pudieron ser más efusivos.

La Navidad ha empezado en Santander y lo ha hecho con algunas de las mejores voces de la ciudad, al menos las más solidarias, y con una obra que quintaesencia como pocas el humanismo musical contemporáneo y que se ha definido como un momento estelar de la humanidad.

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