Pignoise: «Empezamos dando palos de ciego; nos hubiera venido bien un consejero»

Este viernes su gira 'Diversión' hace parada en Santander, en donde la formación espera una acogida por parte del público igual de calurosa que hasta ahora. Aún quedan entradas disponibles.

-Ahora que tantas bandas están dándose un respiro, Pignoise vuelve con nuevo disco tras siete años: Diversión. Supongo que no hace falta preguntar con qué propósito regresan a los escenarios.

-El concepto del regreso era básicamente volver a vivir el comienzo de cuando te juntas con tu grupo a hacer algo que te apasiona, que son canciones, y no sabes si vas a tener un futuro profesional con ello, así que después de unos años sin funcionamiento había ganas de juntarnos. Mis ocupaciones profesionales ahora sí me permitían compaginarlas con la banda y decidimos volver, porque vimos que las sensaciones eran las mismas que cuando empezamos: tocar para divertirnos. De ahí el concepto del disco.

-En la mochila ya pesa la experiencia de saber cómo funciona la industria musical…

-(Risas). Eso nos faltaba totalmente. Nosotros teníamos un desconocimiento absoluto de la industria, de lo que significaba tener un grupo y de los pasos que había que dar para poder abrirse camino en este mundo; consecuencia de ello fue que nos equivocamos mucho. Fuimos aprendiendo a base de equivocarnos, con mucha ilusión e intentando hacer las cosas cada vez mejor, y ahora te puedo decir que somos dueños de nuestro destino empresarial; el grupo es nuestro, nos producimos los discos nosotros, lo grabamos todo nosotros… Así que bueno, sí, ahora mismo se puede decir incluso que somos unos veteranos.

-Esta gira les está llevando por ciudades como Málaga, Coruña, Granada, o Sevilla. ¿Con qué palabra definiría la acogida que les está dando el público tras tanto tiempo?

-(Piensa). Ha superado nuestras expectativas, sinceramente. No sabría decirte una palabra concreta, quizá sería 'sorpresa', aunque tampoco. Cuando estás siete años sin tocar no sabes cómo va a envejecer tu grupo y de repente hemos tenido una respuesta mucho mejor de lo que esperábamos; se ha quedado mucha gente de la que estaba y se ha sumado muchísima gente, público que era demasiado joven cuando nosotros estábamos en plena vorágine y que ahora nos viene diciéndonos: «llevo diez años esperando este momento, escuchandoos desde los doce años y nunca os había podido ver en directo». Al final vemos que ha sucedido una cosa maravillosa sin buscarlo, y es lo que más nos ha sorprendido de toda esta vuelta.

-La vuelta de 'Pignoise' comienza con un concierto en el Arenal Sound de 2019. Luego, pandemia. ¿Se plantearon no seguir?

-Yo (Álvaro Benito) dejé de entrenar en 2019 y ahí se abre la posibilidad de volver con el grupo. Al principio Pablo y Polo pasaron un poco la factura de yo haber abandonado prácticamente el grupo, pero al final decidimos hacer unos conciertos y ver cómo estaba la cosa. El concierto que tú dices fue clave porque fue el primero y ver cincuenta mil personas cantando todas las canciones a voz en grito es algo que no sé cómo describirte. Nos fuimos de allí diciendo: «¿qué cojones ha pasado?», dándonos cuenta de que estábamos vigentes y que había ganas de Pignoise. Hubiéramos vuelto igual porque nos apetecía mucho, pero obviamente fue un impulso extraordinario a la hora de preparar el nuevo material.

Luego esto -la pandemia- nos ha mantenido a todos con mucha incertidumbre; también en lo musical. Al final lo retrasó todo, incluida la gira, en la que tuvimos que posponer el primer concierto porque había límite de aforo en Burgos y también en Bilbao. Pero bueno, hemos ido adelante con la gira y no nos arrepentimos porque parece que la cosa se va disipando con las medidas y está yendo fenomenal.

-¿Esa doble vida laboral ha motivado algún roce en el grupo?

-Diría que no, pero también es cierto que tendrías que preguntarle a ellos. Mi percepción no es esa porque estuvimos desde 2006 a 2013 haciendo una media de casi cien conciertos al año, ¡una locura! Y eso sumado a grabar discos y demás… Queríamos descansar, pero a cada año que pasaba nos llamaba la oficina de contratación y nos decía: «¿descansar? pero si tenemos sesenta reservas ya para el año que viene». Y decíamos: «bueno, pues habrá que tocar». Entonces en 2013 decidimos parar y ahí me saqué la titulación de entrenador y me puse a entrenar. Pensamos en 2015 como la fecha estimada para volver tras dos años de parón, con el disco recién sacado, pero justo en ese momento me llaman para entrenar en la cantera del Real Madrid, y era un tren que yo tenía que coger…

Entiendo que fue una decisión mía personal y que costaría asumir en su momento, pero ahora la vida nos ha vuelto a juntar y te puedo decir que la energía que hay en el grupo es buenísima y la estamos saboreando.

-El primer single de este trabajo viene con videoclip debajo del brazo. ¿Dónde grabaron?

-La historia del videoclip es curiosa. Habíamos preparado un videoclip super pomposo, -la vuelta tenía que venir con un videoclip de la hostia-, y cuando hicimos el visionado del montaje vimos que era demasiado para nosotros; no nos sentíamos identificados con lo que queríamos transmitir con este disco, así que lo tiramos atrás y una tarde fuimos a un estudio al lado de mi casa, grabamos algo muy natural mientras ensayábamos y eso sí nos gustó, porque mostraba la naturalidad con la que estamos viviendo ahora toda esta vuelta. Así que nos quedamos con eso.

-El vinilo de 'Diversión' viene con un tema extra: 'Mi Naturaleza'. ¿Una recompensa para el comprador del formato físico?

-Sin duda. Yo (Álvaro Benito) soy comprador del formato físico, coleccionista de vinilos y cd's -de hecho ahora estoy intentando conseguir todos los discos favoritos de mi vida, y algunos de ellos son realmente difíciles y caros de conseguir- y nos congratula mucho que esté resurgiendo el vinilo. De hecho me atrevo a vaticinar que también pasará con el CD, que ahora nadie lo valora. Al grano, no me enredo; sí, nos hemos dado el gusto de hacer formato físico de cassette, cd, vinilo y recompensar a la gente que hace el esfuerzo de gastar su dinero con ese extra.

-¿En qué medida les ha ido calando la formación académica según el grupo iba cumpliendo años?

(Risas). En cuanto aprendí a tocar quintas me puse a hacer canciones, pero es cierto que nosotros nos saltamos los primeros pasos. Empezamos dando palos de ciego, sin pretensiones de nada y sin ningún consejero -cosa que nos habría venido bien en su momento, alguien que nos hubiera dicho qué pasos seguir- y a partir del segundo disco ya comenzamos a tener una perspectiva más profesional y a formarnos como instrumentistas.

En mi caso eso todavía continúa a día de hoy porque el tiempo que puedo sigo estudiando música con mi voz y sigo evolucionando mucho, y eso es de lo que más orgulloso estoy. A veces nos preguntamos qué disco haríamos si nos juntáramos ahora por primera vez en función de la música que nos seduce y apasiona, pero nos hemos centrado en mantener la esencia de lo que siempre ha sido Pignoise creando algo que también nos representa en esta etapa de nuestras vidas.

-«Busco mi papel en la función», escribe en el tema homónimo del disco. ¿Alguien que ha vivido toda su vida a caballo entre la música y el fútbol es capaz de conseguir un equilibrio, un papel protagonista, en ambos terrenos de juego?

-Bueno, el fútbol siempre ha sido lo mío, pero en la música me ha llevado más tiempo sentirme cómodo y manejar la situación. Han sido muchos años de estudiar y formarme. Al principio me llegué a sentir casi como un intruso; cuando empezamos a tener éxito parecía que tenía que pedir perdón por ser un exfutbolista al que ahora le estaba yendo bien con la música. Tenía esa sensación, no sé si justificada o no, pero ahora te puedo decir que estoy muy cómodo y me considero músico sin lugar a dudas. No hay día que no pase todas las horas que tengo libres con la guitarra colgada, estudiando, componiendo… Me apasiona más la música ahora que cuando vivía exclusivamente de ella.

-¿Recuerda un momento extraño en el que le haya venido la inspiración musical?

-Yo estoy siempre con melodías en la cabeza y en las notas de voz del teléfono puedo tener mil ideas, y no exagero. Aprovecho los viajes del fútbol para ir escuchándome y las que me van gustando las marco con una señal. A partir de ahí voy haciendo las canciones, por lo que se podría decir que estoy constantemente haciendo canciones. Algunas son para Pignoise y otras muchas son para otros proyectos musicales que tengo.

-¿Ha compuesto para algún compañero de profesión?

-Sí, pero no es lo que más me seduce, no me gusta que me marquen un objetivo concreto: «tienes que componer una balada que suene de esta forma». A cada uno le hace feliz una cosa, yo compongo canciones de pop-rock y soy feliz haciéndolas. No soy un compositor por encargo, pero sí, alguna vez me han pedido alguna que tenía por ahí desechada.

-Este sábado Santander.

-Sí, y no es la primera vez; hemos tocado en varias salas y creo recordar que también estuvimos en el Sardinero tocando, no sé si durante las fiestas patronales. Tenemos muchas ganas. A veces voy por carretera y a medida que voy pasando carteles de pueblos voy diciendo: «uy, ahí he tocado, y ahí, y ahí también…». Creo que nunca hemos estado en Escenario Santander y esperamos que la gente nos reciba con la misma sintonía que hasta ahora, que es muy buena.

-Si el Madrid gana La Liga, ¿con qué canción lo celebraría?

-(Risas). No lo he pensado, vivo tan al día que ni se me ha pasado por la cabeza. Solo espero que el miércoles haga un buen partido y podamos pasar la eliminatoria contra el Chelsea.