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A Raúl Gutiérrez, Rulo (Reinosa, 1979), no le es ajena la escritura, empezando por la propia composición de sus canciones desde que era un chaval, esas que llenan las trayectorias de sus etapas en La Fuga y La Contrabanda. También había publicado hasta ahora tres « ... librillos», como el propio músico y guitarrista los define, en forma de relato de una gira, autobiografía y colección de aforismos, reflexiones y poemas. E incluso se lanzó a ser articulista en El Diario Montañés. «Pero una novela son palabras mayores», destaca. Y esa novela es 'Cuestión de suerte' (Suma de Letras), en la que Rulo supera todos los vértigos aparecidos durante más de dos años de escritura para trazar la historia de Roi Núñez, un «antihéroe en plena crisis de identidad». El libro lleva apenas cinco días en el mercado y ya ha sido objeto de una segunda edición. De todo ello hablará el polifacético creador cántabro el próximo jueves (19,00 horas) en la Librería Gil de Santander, donde estará acompañado por el fotógrafo Raúl Lucio, «un buen amigo de toda la vida».
-¿Quién es Roi Núñez?
-Un soñador gallego que quería ser músico y termina trabajando en una compañía de discos, una persona que no se puede quejar de la vida pero que, obviamente, la vida le ha dado menos de lo que soñaba. Todos soñamos un poco alto y la clave de encontrar la felicidad/calma interna es cómo te llevas con lo que no conseguiste de lo que soñaste. Roi tenía muchos sueños y consigue vivir dentro de la música, pero no de la suya. Es un soñador con un supuesto golpe de fortuna: le tocó un premio de lotería supermillonario y en lugar de alegrarse y salir a a celebrarlo, se hace un montón de preguntas respecto a su vida. Y lejos de buscar una moraleja, la novela te puede hacer pensar qué es tener suerte. Para mí, desde fuera, Roi sí es un tipo con suerte, también desde antes que le tocase la lotería, pero claro, no se puede conseguir todo lo que uno sueña, yo no lo he conseguido. Soñar es peligroso porque si sueñas mucho y no lo consigues, si no lo gestionas bien se vuelve en tu contra. Pero si no sueñas, cuesta vivir también.
-¿Cree en la suerte?
-Creo más en la mala suerte que en la suerte. Considero que la suerte se puede trabajar bastante, pero ojalá no te toque tener mala suerte en la vida; puedes vivir sin tener suerte, pero como tengas mala suerte... te puede hacer mucho daño. Pero, básicamente, no te encomiendes solo a tu suerte.
-¿Se considera un tipo afortunado?
-Sí, en las patas del banco de la felicidad de cada uno, las mías están todas ahí firmes. También soy un tío optimista, aunque sea norteño y melancólico; cuando vienen mal dadas, creo mucho en esa frase de que la vida no es lo que te pasa, sino cómo te lo tomas. Aunque alguna vez he tenido algún agujero profundo, me considero un tipo optimista y afortunado.
-¿Qué le empujó a escribir una novela?
-'Cuestión de suerte' es mi cuarto libro, pero los otros tres los llamo 'librillos'; una novela ya son palabras mayores. Tenía cinco capítulos escritos que no enseñé a nadie porque la palabra novela me imponía muchísimo, y me sigue imponiendo; no sabía si iba a ser capaz. Los escribí sin intención de publicar nada, pero hubo dos factores clave que me hicieron seguir adelante. El primero es que enseñé estos capítulos a mi editor, Gonzalo Albert, y a mi pareja, María. Los dos lo leyeron y me dijeron, por separado, «quiero saber más de Roi, estoy enganchado». Eso fue gasolina para seguir escribiendo y para creérmelo, en el buen sentido de la palabra, ya con la idea de publicarlo. Y la segunda razón fue que leí una entrevista a Quentin Tarantino, del cual soy muy fan, en la que decía que si tú amas profundamente el cine y has visto muchísimas películas, puedes hacer una película. Y llevé honestamente esta reflexión a mi terreno, porque leo dos novelas a la semana. Y porque no tengo tiempo de más... No voy a pedir perdón por publicar una novela, pero la publico con el convencimiento de que es digna, más allá de que te pueda gustar o no. Y con el respeto a los géneros y a los especialistas de cada uno de ellos. Soy muy receloso de lo que publico, esta novela o cualquier disco, porque no quiero que dentro de cinco o diez años me saque los colores alguna cosa que lleve mi nombre, por eso me autoexijo mucho y me rodeo de gente que me exige también mucho.
–¿Qué es lo que más le ha costado?
-He escrito la novela en dos etapas: la primera, hasta casi la mitad, más o menos, pero luego hubo un bache en el que estuve parado porque sentí el vértigo y la necesidad de saber cómo iba a acabar la historia, cómo cerrarla. Hasta que, después de un buen consejo, decidí seguir escribiendo capítulos sin mirar más lejos. No me cuesta escribir, no me cuesta hacer canciones, pero sí me cuesta que me guste lo que hago.
–Cantante, guitarrista, compositor y, ahora, novelista.
–Antes que nada, me considero un escritor de canciones; antes que cantante, antes que músico, soy compositor, pero reconozco que cada vez me gusta más escribir sin música. Me pasó con 'Vértigos y norias', me pasa con las columnas de opinión de El Diario Montañés...
–¿Cuánto tiene de autobiográfico el personaje de Roi?
–Pues depende de quien lea la novela, algunos me dicen que mucho. Mis amigos escritores coinciden en que cuesta mucho separar ficción de realidad. Luego las novelas te sirven también para homenajear a ciertas personas: por ejemplo, el abuelo de Roi en la ficción comparte cosas con mi abuelo. En definitiva, en este libro se cuela mucho de realidad, de autobiografía, pero quiero dejar claro que Roi no soy yo, aunque tenga retazos de mí, como su ilusión por ser músico.
–Otra de las conexiones autobiográficas entre ficción y realidad es la de subrayar la felicidad de las pequeñas cosas, una máxima que aparece en muchas de sus canciones y en su día a día, ¿verdad?
–Siempre ha sido mi filosofía, quizás por mi origen, Reinosa, quizás por mi educación, pero se ha acentuado más con el paso de los años. Con 20 años lo piensas, pero no lo ejecutas tanto como con 40. Es una forma de estar en la vida, saborear las pequeñas cosas.
–La música también es protagonista en 'Cuestión de suerte', más allá del argumento y la portada...
–Así es. El libro se estructura en treinta capítulos que corresponden a los treinta días de cuenta atrás que tiene el protagonista para ir a cobrar el premio de la lotería. Y cada capítulo lleva aparejada una canción que tiene que ver con lo que sucede y que el lector puede escuchar vía Spotify para disfrutar de una experiencia sonora que acompaña la historia de reflexión y superación del protagonista.
–¿Hay final feliz?
–Depende de lo que cada uno interprete qué es la felicidad...
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