Betacam: «Los festivales están regresando, pero sólo están volviendo a tocar las vacas sagradas de la música»
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El artista torrelaveguense actúa este jueves dentro del ciclo 'Música en Las Llamas'Javier Carrasco es un músico hiperactivo que ha tocado con multitud de bandas y artistas y que, desde hace más de una década, se ha hecho un hueco en el panorama musical de nuestro país bajo el nombre de Betacam. El torrelaveguense desvela ... que ya tiene casi terminado su nuevo trabajo, que en septiembre publicará un primer adelanto y que ahora mismo lo que más le apetece es subirse a un escenario.
Este jueves a las 21.00 horas actuará dentro del ciclo gratuito de conciertos 'Música en Las Llamas', una serie de actuaciones musicales que se prolongarán durante todo el verano en el parque santanderino de Las Llamas y donde también podremos disfrutar de otros proyectos interesantes como Extraño Veneno y El Meister.
- Otro año más, otra actuación en casa
- Es genial poder tocar en tu tierra y sentirte querido. Normalmente estoy solo en los conciertos: me he adaptado a ir con lo mínimo y creo que eso hace que sea fácil que me llamen para tocar. Sólo se tiene que mover una persona, no una banda al completo con sus respectivos instrumentos. Como mucho, a veces sí que he llegado a actuar junto con un compañero, lo que hace que no tenga que estar pendiente de muchas cosas técnicas y mis 'shows' sean más completos y divertidos. La verdad es que cada vez toco menos en directo: antes llenaba mis directos de cachivaches y ni siquiera tenía tiempo de mirar a los asistentes. Puedes llevar mil máquinas y tocar todo genial, pero si no hay comunicación con el público, el espectáculo no funciona. La gente se aburre si no la miras.
- No es lo mismo un concierto en el que estás tú solo, que un bolo de una banda en el que puede haber seis personas sobre el escenario y no eres el centro de atención
- Esa es la magia de un grupo. No hay sólo un músico sobre el escenario que tiene que estar pendiente de todas las cosas. Hay varias personas que tienen una función definida y que, cuando se juntan, forman un todo que funciona. Además, nadie es más importante que el resto, aunque a veces sobresalgan el cantante o el guitarrista, ya que generalmente son los más pesados. Son los que en el canon de la música occidental se han erigido como protagonistas.
- ¿2020 era el año de Betacam? Había planificado una gira con banda que no pudo llevar a cabo
- Por una vez quería hacer algo diferente. Íbamos a ser cinco personas: el chico que me ha acompañado en otras ocasiones, tres chicas y yo. Había grabado un trabajo de cuatro canciones con guitarras y habíamos estado ensayando bastante, pero justo la semana que íbamos a presentarlo en directo nos confinaron. Llevo toda la vida abrazando la música electrónica, los sintetizadores son mi marca personal, pero el año pasado decidí publicar un disco que se llama 'Multitarea' y que es completamente opuesto a todo lo que había hecho hasta la fecha: tiene dos guitarras, un bajo y una batería. Me encantó hacer algo distinto, pero, por desgracia, no pude presentar el álbum en directo y creo que cayó un poco en el olvido. Obviamente había cosas más importantes en el mundo que un disco de Betacam.
- Se sigue notando que son canciones suyas, ¿no? 'Chica de los viernes' encaja perfectamente con todo lo que había hecho anteriormente.
- Soy yo con otro disfraz. De hecho, hay dos temas que he recuperado y adaptado para mis próximos conciertos.
- En una ocasión señalaba que 'Chacal', una de las canciones que han marcado su carrera, empezó siendo un tema de rock.
- La demo sonaba como 'El límite' de La Frontera. Al final acabó tomando matices electrónicos. Muchas veces compones algo con un piano o con una guitarra y luego lo vas disfrazando de una determinada manera: ahora me aburro y le voy a dar un toque electrónico o ahora voy a meter guitarras. Con el tiempo me suelen aburrir las cosas que he publicado, porque considero que necesitarían otro abrigo y no se lo he dado.
- ¿Algo de lo que se haya aburrido últimamente?
- De casi todo el 'setlist'. He pasado tanto tiempo a solas con mis temas en los últimos meses que lo veo hasta normal. En los conciertos sonarán tres o cuatro canciones que siempre tienen que sonar, pero el resto serán versiones y cosas nuevas. He preparado varias versiones locas. Aún no puedo desvelar cuáles son. A ver cómo reacciona la gente.
- Recientemente ha publicado los sencillos 'Norteamérica triste' y 'Lo único que tengo', ¿qué nos puede contar sobre ellos?
- Estoy preparando mi segundo disco de larga duración, que va a ser un poco como una vuelta a mis orígenes. Esos dos temas no me encajaban en el álbum, pero sí me encajaban entre ellos. Durante el confinamiento escuché muchísima música de finales de los años sesenta y principios de los años setenta. A riesgo de sonar un poco cuñado: creo que es la mejor música que se hizo. Es una época que hizo que me enamorara de la música, siempre vuelvo a ella cuando no sé qué hacer. Las dos canciones tienen un toque retro deliberado.
- ¿Cuándo tiene pensado publicar su nuevo trabajo?
- Está ya casi terminado y verá la luz en primavera. Inicialmente estaba planificado que saliera en febrero del año que viene, pero no sé por qué febrero me parece un mes raro y saldrá finalmente en marzo o en abril. En septiembre publicaré un primer adelanto e iré lanzando otros sencillos cada mes y medio, para ir dando un poco la lata. No va a ser como mi primer trabajo, ya que no tendría sentido volver a hacer lo mismo, pero me he acercado otra vez a los sintetizadores. Voy a quedarme en mi zona de confort. Grabar un álbum puede ser una experiencia traumática, pero yo quiero que sea divertida. Ha habido demasiadas mierdas últimamente como para encima tener que ponerme algún tipo de exigencia artística. No me quiero torturar, lo que necesito es un poco de gratificación.
- En una de sus canciones canta: «Ya nadie escucha discos enteros».
- Es muy raro que la gente lo haga. Sólo escuchamos álbumes al completo algunas personas a las que les mola hacerlo y los cuatro colgados que crecimos escuchando discos enteros. El noventa por ciento de la gente tira de 'playlists'. Yo lo hago muchas veces. Es un hecho, los hábitos han cambiado.
- ¿Aprovechó el confinamiento para componer?
- No mucho. Hice alguna cosilla, pero sobre todo redescubrí el placer de tocar por tocar. Hice mucha música ambiental. Por suerte, la pandemia no me ha afectado más allá de tener que estar encerrado en casa una temporada y estar en paro. Soy un privilegiado, porque tenía paro y, justo cuando se me acababa, conseguí trabajo. Había muchísima gente que lo estaba pasando mucho peor que yo. Obviamente tuve buenos y malos momentos, pero me di cuenta de que no me podía quejar y me centré en mis cacharros.
- En una entrevista publicada en este medio antes de que comenzara la pandemia señalaba lo siguiente: «La clase media de la música está igual que la clase media de la vida real: hecha una mierda».
- Ahora todo está mucho peor. Los festivales están regresando, pero sólo están volviendo a tocar los elefantes, las vacas sagradas de la música. Los artistas pequeños nos podemos dar con un canto en los dientes si nos llaman para dar uno o dos conciertos. Estamos pensando ya en el año que viene. Hay un techo de cristal: es muy raro romper el ecosistema establecido, aunque siempre ha habido algunas personas que lo han conseguido. Si me dices hace cinco años que el grupo Carolina Durante iba a tener el éxito que tiene actualmente, no me lo hubiera creído. Muchos artistas somos eternamente emergentes: tendré cincuenta años y seguiré teniendo que suplicar por un hueco en un cartel. Pasa lo mismo que en el fútbol: hay eternas promesas, como Guti. Lo peor es que en la música en los últimos años hemos visto varios casos de gente que llevaba mil años dedicándose a ello sin tener un gran reconocimiento y que de repente estaban en el sitio adecuado, alguien les ha dado confianza y por fin han recibido el reconocimiento que se merecen. Hay otro techo de cristal que es el que tienen que sufrir las mujeres en la industria musical, ya que no obtienen ni la visibilidad ni el espacio que deberían tener. Es un problema muy serio, hay un sistema de machitos que es repugnante.
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