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«Este programa es un canto a la vida». Paula Sumillera subirá este martes por la tarde a la tarima de la sala Argenta del Palacio de Festivales para dirigir un concierto de Navidad, organizado por el Gobierno regional dentro de su programa 'La Cultura Contraataca', que reunirá en el escenario a la Orquesta Sinfónica del Cantábrico (Oscan), el Coro Lírico de Cantabria y las solistas Marina Pardo y María del Mar Fernández Doval. Una actuación que dará comienzo a las 19.30 horas y a la que le sobran razones para calificarla como especial. Lo es porque para la nueva orquesta sinfónica se trata uno de los retos más importantes a los que se presenta hasta desde su creación en 2019 hasta hoy. También porque va a estar liderado por mujeres: La directora de la orquesta; Elena Ramos que dirige el coro; la dos solistas... Y porque el programa que van interpretar no está elegido porque sí. Sonará el 'Gloria en Re Mayor, Rv 589' de Vivaldi y la 'Séptima Sinfonía' de Beethoven. «Dos obras que son la mejor manera que tenemos como músicos de expresar la alegría de vivir, la lucha por superar los obstáculos del mundo y el descubrimiento de la energía interior que nos da fuerzas para seguir adelante en los momentos difíciles», aseguraba este lunes durante el ensayo general Paula Sumillera.
Y esa alegría de la que habla Sumillera se palpaba este lunes en las bambalinas de la sala Argenta durante el ensayo. Con todas las medidas de seguridad necesarias para que los músicos no corran peligro en el escenario, que esta tarde se trasladarán a la sala para que también el público pueda disfrutar de la música sin riesgo, en el escenario los músicos repetían las melodías a las órdenes de su directora. Uno de estos es Enrique Vázquez. Su instrumento es el oboe y está feliz, según dice, de poder tocar en su tierra. El forma parte de la Filarmónica de Heidelberg (Alemania) y ha vuelto para participar en el concierto. «Afronto esta actuación con mucha alegría porque siempre es un placer poder actuar en casa.
Para el chelista Pedro Martínez, esta actuación «es como jugar un partido en el Santiago Bernabéu». Martínez, que es profesor en el Conservatorio de Torrelavega, reconocía este lunes durante el ensayo que el ambiente era de euforia por subirse a un escenario de la categoría del de la sala Argenta, de ahí el símil futbolístico, y al tiempo con nervios ante las dificultades como el hecho de tocar con mascarilla hasta para los intérpretes de cuerda como es su caso. «En algunos movimientos cuesta controlar la respiración».
Pero sin duda, los que más sufrirán con los tapabocas son los miembros del Coro Lírico que participarán en el 'Gloria' de Vivaldi. Su directora, Elena Ramos explica que «cantar con mascarilla es como tener que disparar a un arco con un brazo vendado». Obliga a los coralistas a cambiar de manera de cantar porque los sonidos no salen de la misma forma y tampoco pueden respirar como se debe. «Tampoco se entiende muy bien las voces por lo que hay que exagerar mucho más la forma de cantar». Para ella, lo peor, es la distancia de seguridad que hace que no escuchen «y da la sensación de estar solo en el escenario». Han ensayado desde mayo para este día y solo en los dos últimos meses de manera presencial. «Pero aquí estamos, que es lo importante». Que no cese la alegría pese a las dificultades.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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