Los Panchos y Mocedades: canciones de ayer, hoy y siempre
crónica ·
El Palacio de los Deportes de Santander acogió anoche la primera jornada del ciclo Magdalena Winter, que arrancó su tercera edición con los himnos de las veteranas formaciones. A la cita asistieron casi un millar de personas
Un horario prudente, una platea serena en sus asientos y un despliegue de canciones de esas que sientan cátedra. Ese es el resumen de una noche en la que Rafael Basurto, única voz original de Los Panchos en activo a día de hoy, fue maestro ... de ceremonias: «Buenas noches Santander. Saludar es lo más importante porque es darles luz a ustedes, así que les saludo y les deseo con todo mi cariño y mi respeto mucha salud, por siempre y para siempre».
Así, deseando salud —que nunca está de más— la formación mexicana se subió al escenario cargada de boleros, anécdotas, armonías en clave de mariachi y canciones que, tal y como se encargaron de subrayar, les hicieron sonar en todas partes en la década de los setenta: «llegamos a vender 1.700.000 copias de un álbum, una cifra que hasta ese momento no se había alcanzado nunca, ¡y nosotros lo logramos!». De aquellos barros, estos lodos; esas canciones les trajeron anoche a la capital cántabra, una ciudad de la que el actual vocalista se siente parte: «mis abuelos son de aquí». También les llevaron al estadio Vicente Calderón, pero eso es otra historia.
En charla distendida con el público, la banda fue interpretando esos temas que desde el otro lado del escenario, el del espectador, sonaban suaves, pausados; un susurro sosegado propio de quien no tiene prisa. Si lo piensan tiene sentido: los asistentes que anoche acudieron al recinto eran de perfil senior, de los que llevan la entrada impresa en papel y la cabellera blanca. No todos, pero sí la mayoría.
Entre hitos y canciones, Los Panchos fueron invitando al público a abrazarse, achucharse, ponerse ciertamente románticos y a disfrutar de una velada en la que los mexicanos recordaron a quienes fueran sus fundadores al interpretar 'Rayito de Luna'. compuesta por Chucho Navarro y 'Caminemos', de Alfredo Gil. Recordaron cifras y también compañeros, saliendo a la palestra el nombre de Armando Manzanero: «hoy nos acordamos de nuestro amigo Armando Manzanero dos años después de su fallecimiento por la maldita pandemia. Seguramente esté en el cielo cantando y componiendo, así que esta noche va por ti, por ser tan buen compañero, amigo y compositor». Y llegó el aplauso, que se prolongó durante el escaso minuto que duró el cambio de banda sobre el escenario.
Poco o nada tardó Mocedades en salir a escena cuando el reloj marcó las 21:30. Lo hicieron de uno en uno, en fila, con paso lento y conjugando el verbo recordar desde el minuto uno: «estamos felices de estar en la tierra de nuestro papá musical, Juan Carlos Calderón. Vamos a darle un aplauso en el décimo aniversario de su muerte y a celebrarle, porque él vive en nuestros conciertos. Bienvenidos a un repaso por 50 años de historia, cargados de inspiración cántabra».
Quien fuera piedra angular de la historia de Mocedades estuvo presente en la velada de anoche desde la primera hasta la última canción, cobrando su figura más protagonismo a mitad de repertorio, cuando la formación anunció que estrenaban canción en ese preciso instante gracias a Jacobo Calderón, actual productor de la banda: «vamos a estrenar aquí en Santander una composición en la que se rememoran estos 50 años de manera muy emotiva; parece que el mismo Juan Carlos se la ha dictado desde el cielo a su hijo».
En el Palacio de los Deportes sonaron 'Secretaria', 'Desde que tú te has ido', 'Charango', 'Dónde estás corazón', y tantas otras composiciones que forman parte de la banda sonora de padres, abuelos y vecinos. Por supuesto, todas arrancaron el aplauso, pero ninguna lo hizo como la aparición de Izaskun Uranga sobre el escenario, única integrante de la formación original que aún continúa en gira y a quienes sus compañeros de oficio denominan como la bandera y timón del grupo.
Desde ese momento hasta el final del espectáculo Mocedades tuvo tiempo de cantarle el cumpleaños feliz a Valeria, que ayer cumplía 10 años; de interpretar la que puede que sea una de las mejores adaptaciones del 'Somebody to love' de Queen al español con 'Un poco de amor' y de rendir homenaje no a una persona —que también—, sino a una temática: la emigración: «Juan Carlos compuso una de las canciones que más nos representa —'La Otra España'—, esa que habla de quiénes tuvieron que partir, dejando aquí a sus familia llegando a ese maravilloso continente que es América. Cuando vamos de gira a latinoamérica, muchos de los que nos aplauden son nietos de aquellos españoles que un día se fueron. Y eso nos emociona».
Mocedades es ese grupo en el que se juntan la mirada clásica de un mundo que poco se parece al de hoy, con las ganas de permanecer en el ideario de quiénes pisamos las calles en 2022. Un grupo que perdura en el tiempo porque así lo hacen sus canciones, y anoche volvieron a demostrarlo
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