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El concepto 'one hit wonder' hace referencia a aquellos artistas que triunfaron únicamente con una canción. El próximo día 24, Santander podría llenarse de cantantes que hagan vibrar al público solo con una interpretación. Conjunta, eso sí.
Ese es el planteamiento del Coro Efímero con ... el que el Centro Botín quiere celebrar el Día de la Música. Será en el Anfiteatro del luminoso edificio, a partir de las 19.00 horas, con el compositor y pedagogo Esteban Sanz Vélez a los mandos. Al teclado estará Ana Sanz Pastor y a las voces, todo el que se anime a poner sus cuerdas vocales en la meta común. Sin dejarse amedrentar por la garganta privilegiada que entonó en su día la canción elegida para esta fiesta sonora: 'We will rock you', de Queen. Pero no hace falta ser Freddie Mercury (solo hubo uno) para dejarse seducir por el plan.
La elección de 'We will rock you' combina dos elementos. Que la conozca todo el mundo y que dé juego para inventarse cosas a su alrededor. Incluido el texto. «Pedimos que la gente aporte ideas, sugerencias, cambios en la letra original». Es la celebración del Día de la Música, el inicio del verano, el desarrollo de la creatividad, eje de la actividad del Centro Botín. «Todo sirve para reconstruir esa melodía llevada al lugar donde los artistas quieran llevarla». Para ello, pueden enviar sus sugerencias compositivas al correo: creatividad@centrobotin.org. Con un código QR será posible descargar sobre la marcha el texto final para interpretarla frente a la bahía.
Es la primera vez que se promueve esta actividad improvisada en torno a la música, que sí se ha llevado a cabo con otras artes. Las propuestas del resto del año que dirige Vélez son más estándar: siete u ocho ensayos con una actuación final.
¿Qué requisitos tiene que cumplir quien quiera cantar? Ninguno. Se admite a cualquiera que entone bien o mal. «Lo que queremos es que se junte todo el mundo al que le apetezca, porque seguro que será una experiencia satisfactoria», defiende Vélez. Cantar juntos, en grupo, sobre todo en uno grande como puede ser este «es estimulante, gratif'icante y muy beneficiosa para la salud física, emocional y mental». Se apoya en numerosos estudios existentes para sostener estos tres planos que van muy unidos entre sí. «En todos los coros que hago hay una parte física de coreografías; es rara la canción en la que estamos totalmente quietos». Alejarse del estatismo refuerza la expresión vocal. Existe un componente de movimiento físico, porque «se canta con todo el cuerpo y con todo el espíritu». Aquí con más razón.
Como pedagogo, es un desafío realizar esta labor en la que puede haber tres personas o trescientas. «Confío en que se apuntará mucha gente a la que le va a apetecer, y muchos otros que se animarán al verlo al pasar». Lo que quiere conseguir sí lo tiene más claro: que todo el mundo experimente la potencia y emoción de cantar en un grupo grande. «En pocos momentos, con pocas pautas, todo el mundo puede estar haciendo música al unísono y experimentar todos sus beneficios», resalta el compositor.
Será además una puerta abierta a futuras actividades corales más «formales» a las que los participantes podrán sumarse más adelante si esta vivencia les despierta el gusanillo de sopranos, crooners o prodigios escondidos de la canción. De esta manera, el concepto efímero, entendido como pasajero o de corta duración, podría transformarse en duradero o perpetuo, sus antónimos, con solo pulsar la tecla adecuada, como dice la canción original, «haciendo un gran ruido, jugando en la calle»
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