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Si las carpas de circo -en este caso, el Quimera de Raúl Alegría- fueron concebidas para «el mayor espectáculo del mundo», este agosto en ... Santander acogen también a «la música del siglo»; en este caso, del siglo XX: el jazz. Así, el festival Jazz Santander alcanza su cuarta entrega con una voluntad realmente explosiva: crece en aforo, con el cambio de ubicación, pero también geográfica y temporalmente, pues a su 'semana grande', del 1 al 5 de agosto, hay que sumar el concierto de presentación que la neoyorquina Samara Joy ofreció el 20 de julio en el mismo recinto, y los dos recitales en Sarón y Renedo de Piélagos de la tejana Trudy Lynn, la 'golden girl' del soul blues.
En la edición de la consolidación, el evento se traslada pues al parque sardinerino de Mesones, donde tendrá lugar el grueso de una programación que arrancó el primero de agosto con el Bill Charlap Trio en la pista y casi todo el papel vendido. Algo frío en la ejecución, su reinterpretación de los clásicos en clave lúdica terminaría por encender al público, que terminó entregado al virtuosismo del pianista.
La segunda cita la protagonizó la franco-dominicana Cyrille Aimée, que encandiló al público no solo durante el concierto, sino también después, cuando se quedó para una improvisada sesión de dedicatorias y fotografías con los asistentes.
El jueves sería el turno de los italianos Luigi y Pasquale Grasso, a los que el festival reunió -Pasquale, guitarrista, está afincado en Nueva York y Luigi, saxofonista, en Alemania- especialmente para la ocasión como The Grasso Brothers. El reencuentro les motivó tanto que Pasquale tuvo que dar el concierto sentado: «estaba tan emocionado por venir a Santander que me fracturé un dedo del pie corriendo por el aeropuerto». Todavía tendrían que lidiar con alguna otra molestia menor, como las goteras que caían delante de su guitarra, pero nada que no solucionasen un cubo y una toalla, y toneladas de simpatía y buen humor. Estuvieron acompañados por el contrabajista Mathias Allamane, todo un apasionado del instrumento, y por Jason Brown, quien se lució con dos solos de batería pletóricos de potencia y swing.
Con Pasquale a las presentaciones, en un inglés muy fluido, los hermanos Grasso fueron alternando tanto las interpretaciones de clásicos y composiciones propias como el protagonismo, quedándose el guitarrista en solitario sobre el escenario durante varias canciones. El público les siguió con emoción contenida y un atento silencio, que se rompía con ovaciones en los numerosos solos que ofrecieron durante casi hora y media, con un bis de propina.
El plato fuerte llegó anoche con la presencia del histórico trompetista Randy Brecker. La velada la protagonizó una banda creada ad hoc para el festival, Thad Jones @100 Project. La idea era homenajear al trompetista Thad Jones en el Centenario de su nacimiento, para lo que se reunieron nada menos que cuatro trompetas sobre el escenario -a Brecker se sumaron Fabrizio Boss, Joe Mangarelli y Alex Sipiagin-, con arreglos escritos ex profeso por Duccio Bertini.
Esta noche tendrá lugar el cierre, a cargo de la 'big band' que acompañará a la neoyorquina Robin McKelle, que repasará su trayectoria, con guiños especiales a sus influencias más jazzísticas, de Ray Charles a Ella Fitzgerald.
Además, en esta edición se ha añadido una 'banda residente' que, en el más puro estilo informal de los speakeasies, interpreta estándares bluseros y jazzísticos, generalmente los más populares y animados, de Duke Ellington a Benny Goodman.
«El jazz siempre fue una música popular, y así debería seguir siendo», explicaba el organizador del evento, Enrique Bolado, sobre los acordes de 'Don't take my whiskey away from me', mientras la concurrencia le daba la razón, porque en mitad de la galerna medio centenar de entusiastas jaleaban al 'professor' Cunningham y sus músicos. «Quédate mi dinero, pero no me quites el güisqui», cantaba divertido el jazzman, quien además de voz solista es un reconocido multiinstrumentista e iba alternando el saxofón y el clarinete. Conocido también por llevar a terrenos del jazz y el swing temas de otros estilos, desde clásicos de Disney hasta temas en principio tan poco propicios como el 'You Shook me all night long' de AC/DC, El australiano, tras muchos años en la escena neoyorquina, ha conseguido replicar en Barcelona su banda americana, una suerte de supergrupo sobre la base de la Barcelona Jazz Orquesta que dirige el trombonista Dani Alonso, pero supervitaminada por la presencia de Ignasi Terraza, pianista de larguísimo recorrido.
Una estrategia muy acertada, que consigue convertir un ciclo de concierto en un auténtico festival, además de ayudar a «romper los estereotipos del jazz como una música intelectual, hermética, repetitiva», esta cita ya consolidada que afronta su etapa de crecimiento mirando tanto al público especializado como al generalista.
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Ana del Castillo
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