Secciones
Servicios
Destacamos
Nació en Taiwán, pero antes de cumplir su primer año de vida su familia ya se había asentado en el madrileño barrio de Vallecas. Allí transcurrieron su infancia y adolescencia, periodos en los que la búsqueda de su propia identidad fue una aventura tan ardua ... como emocionante. La música jugó un papel esencial en ese descubrimiento constante de sí mismo, en el que debió de enfrentarse a la hostilidad de un entorno social que los estigmatizaba por su origen y su identidad sexual. Aunque su nombre real es Chenta Tsai (Taiwán, 1990), fruto de esa situación de acoso e incomprensión surgió un personaje, Putochimaricón, que acabó conquistando su propia persona y por el que es conocido en la escena musical española. Letras críticas, mordaces, divertidas e irreverentes sobre la hipocresía social, la libertad sexual -utiliza durante toda la entrevista el género neutro- y la abducción digital se suman a su parafernalia estética y a una amalgama de sonidos en los que convergen el pop, el indie, la electrónica e incluso el punk. Son los elementos distintivos de un creador multidisciplinar que recala mañana a las 14.45 horas en el Palacio de Festivales de Santander para participar en el Festival Indiferente.
-Visita Cantabria por primera vez y lo hace para regresar a los escenarios, de los que llevaba un tiempo apartado. ¿Cómo afronta este concierto?
-Estoy ilusionadísimo porque hace un año que no toco, así que imagínate. He estado durante una larga temporada en Taiwán con mi familia y escribiendo nueva música.
-Usted ha vivido en España desde muy pequeño. ¿Qué ha supuesto regresar a su tierra?
-Ha sido algo muy especial porque nunca había estado allí una temporada tan larga y me ha permitido reconectar con mis raíces. Ha sido una experiencia muy catártica, algo así como 'volver al pueblo', como soléis decir aquí (ríe). He experimentado ese concepto planteado por Du Bois de la 'doble conciencia'. Es algo aplicable a cualquier persona no hegemónica, que crece cuando llega a entender su identidad desde dos espectros distintos, tanto desde ellos mismos hasta cómo son vistos desde la mirada hegemónica. Al haber crecido en España estaba acostumbrado a verme desde esa hegemonía y de alguna forma esa otra mitad no estaba completa.
-¿En qué medida le ha permitido ese viaje completar su propia perspectiva de sí mismo?
-Haber regresado a Taiwán me ha permitido descargar todo el peso que ha supuesto ser de mi raza en un entorno distinto y ver otras dimensiones de mi identidad. Es algo que se manifiesta en cosas tan simples como salir de fiesta y poder disfrutar sin que te vean como algo exótico y sin que se hagan comentarios inadecuados. No señalo a nadie en concreto, pero es indudable que vivimos en un sistema que alimenta constantemente el racismo estructural e institucional.
Fecha y lugar Hoy en el Palacio de Festivales.
Grupos y horarios Niña Polaca (13.00), Putochinomaricón (14.45), Arde Bogotá (19.00), Triángulo de Amor Bizarro (20.45) y León Benavente (22.30 horas).
uutochinomaricón El cantante taiwanés presentará su álbum 'Miseria humana' y algunos de sus nuevos singles.
-¿Su último disco, 'Miseria humana', apunta a ese tipo de políticas, actitudes y comportamientos?
-La verdad es que mis álbumes son un caos porque mi identidad también lo es. Es lo que pasa cuando te estás autodescubriendo en público. Es algo que hablo con otros compañeros, y es que como persona racializada, en mi caso asiática, de la diáspora, y además disidente sexual y de género, hemos crecido con referentes que no hemos construido desde la autenticidad y desde la naturalidad. Siempre hay una parte que se ha demonizado y parodiado. Crecer sin espejos te lleva a negar muchas posibilidades y muchas realidades.
-¿En qué medida le ha transformado ese proceso de descubrimiento en público?
-Hasta que no comencé ese proceso, irónicamente no estaba conectado con mi condición racial. De hecho conecté antes con mi condición sexual que con mi identidad asiática. Hubo un momento en que tenía tantos conflictos con quien yo era que no me quería ni ver. Ese proceso de aceptarse y quererse ver como es uno lo inicié hace solo cuatro o cinco años, y esa conexión caótica, que se contradice, que vive en constante construcción y deconstrucción se muestra en todos mis discos.
-¿Cómo ha evolucionado ese reflejo de sí mismo a través de sus proyectos musicales?
-Los dos primeros son como gritos de alivio, de enfado y de ira. El nuevo álbum que estoy construyendo ahora, que se va a publicar el 22 de abril, viene de otro lugar porque lo escribí mientras estaba en Taiwan y tras aquella crisis de identidad y conectar con esa otra parte de mí en cierto sentido me liberé.
-¿Cómo ha planteado y desarrolado su nuevo trabajo?
-También es un disco lleno de contradicciones. Lo escribí en Taiwán durante la pandemia, que allí llegó un poco más tarde, en 2021. Fue un periodo en el que viví con un doble sentido virtual, por un lado el hecho de no sentir ningún tipo de segregación racial y por otro el de la propia virtualidad digital.
-Su figura no se puede entender sin esa dimensión. Ha publicado todos sus discos en YouTube y es todo un 'influencer'.
-Sí, es mi entorno natural, orgánico, desde que comencé. Y es una realidad que con la pandemia se potenció mucho. Es un altavoz desde el que gritar y contar, pero no desde una perspectiva dogmática. Crítica sí, pero sin catecismos. De hecho uno de los elementos que creo que más me representan es el humor, aún en la crítica. Me meto mucho con la gente, pero siempre el primero del que me río es de mí.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.